Desmantelada una red de distribución de whisky que operaba en Jaén
La Guardia Civil detiene a 14 personas que integran la red hispano-asiática dedicada a la elaboración y distribución ilegal de whisky
Hasta 14 personas han sido detenidas por la Guardia Civil en el marco de una operación contra la venta ilegal de whisky que tenía a Jaén como una de sus bases principales, según indica la Guardia Civil en un comunicado. El fraude a la marca legal de bebida ascendía a 3.810.000 euros. Los detenidos han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número Tres de Calahorra y la Fiscalía de Tribunal Superior de Justicia de La Rioja.
En concreto, se han incautado 300.000 botellas, 171.200 precintas fiscales falsificadas, 47.660 litros de whisky y 9.550 litros de alcohol para elaborar el líquido fraudulento.
El resto de bases principales en la red, de origen hispano-asiático, eran La Rioja y Ciudad Real. Los detenidos tienen edades comprendidas entre los 37 y los 52 años. Están considerados como presuntos autores de delitos de pertenencia a organización criminal, falsifiación de efectos timbrados, contra la hacienda pública, contra la propiedad industrial y contra la salud pública.
La mayoría de los arrestados, indica la Benemérita, tienen antecedentes. Aunque no se ha podido constatar, los investigadores sospechan que parte de las 300.000 botellas incautadas iban a ser destinadas a abastecer el mercado ilícito de bebidas alcohólicas posiblemente del sur de España.
FALSIFICACIÓN EN CADENA
Las personas implicadas en esta trama utilizaban una persona jurídica vinculada al sector de la distribución de bebidas alcohólicas en La Rioja. La primera base de operaciones, en Ciudad Real, estaba dirigida por un empresario asiático que importaba desde Asia precintas fiscales falsas e importantes cantidades de botellas de vidrio, etiquetas y tapones falsificados de una conocida marca. La segunda base estaba situada en La Rioja, donde se encargaban de preparar la mezcla alcohólica y embotellarla.
Una vez entraba el material en el territorio nacional, el empresario detenido derivaba las botellas y los tapones a la base de La Rioja —dirigida por un clan familiar—. De acuerdo con el relato de la Guardia Civil, seguidamente procedían al envío de las botellas a Ciudad Real donde le colocaban las etiquetas y las precintas, quedando listo para su distribución.
Por otro lado, la facción riojana tenía consolidado una línea de distribución en la provincia de Jaén, para la comercialización final de las partidas que tenían previstas remitir.
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