"Bruno es un terremoto, un pícaro y un niño alegre y feliz"
El pequeño de 7 años nació prematuramente y sufrió insuficiencia respiratoria en el parto, que le generó secuelas contra las que sus padres se baten el cobre
"Un terremoto, un pícaro y un niño alegre y feliz". Así define David Bustos Soto a su hijo Bruno Bustos Armenteros, de siete años de edad.
Un activo pequeño de ascendencia orcereña cuyo nacimiento prematuro derivó en una insuficiencia respiratoria cuyos efectos arrastra desde entonces y contra los que los autores de sus días, unos auténticos padres coraje, se baten el cobre para que su hijo tenga una existencia de lo más normal.
Esa normalidad que si para unos se traduce en rutina, para otros supone el mayor de los logros posibles. "Estuvo hasta los seis años en el CAIT (centro de atención infantil temprana), dependiente de la Junta de Andalucía", comenta David. Pero a partir de ese momento, la historia cambió.
"Parece que dan por hecho que la parálisis cerebral se acaba a esa edad, y hay que seguir por lo privado. Él va a terapia tres días por semana en Jaén, dos horas el lunes, una el martes y otras dos el miércoles".
Unos procesos costosos, que afrontan a fuerza de trabajo y esfuerzo aunque sin despreciar, en absoluto, los capotes que puedan echarles. Ahí está la representación que hoy mismo, en el teatro Emilio de la Cruz de Orcera, pone en escena el grupo escénico local, con Jesucristo Superstar en el cartel.
"Un año más el grupo de vecinos y vecinas de Orcera que interpretan la obran ha decidido hacer una función con la que recaudar fondos para una buena causa, como vienen haciendo los últimos años. En esta ocasión se trata de ayudar al pequeño Bruno Bustos Armenteros", informan desde el Ayuntamiento del municipio serrano.
Y es que toda ayuda es poca para que el niño siga avanzando como, según sus padres, ven que avanza desde que recibe las citadas terapias: "Al principio íbamos a un centro en el que veíamos que estaba estancado, pero desde que lo cambiamos ha variado la situación como de la noche al día", celebra el papá.
"Va al colegio, donde también recibe algo de apoyo y clases con el logopeda; a nivel cognitivo, aunque está afectado y también tiene un poco tocada la vista, académicamente va bien, algo por debajo de la media de su clase pero con posibilidades de desarrollar una vida normal a ese respecto", explica su padre a este periódico.
Ya en casa, juegos con su hermanito Martín (su mellizo) y, sobre todo, con su personaje favorito, "Super Mario": "Echa sus peleíllas con los muñecos y le gusta jugar a la pelota en el pasillo, a gatas", apostilla.
Una casa volcada en la felicidad de estos dos campeones, pero con especial atención a las necesidades del pequeño Bruno: "Esto es una lucha para toda la vida", concluye David.
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