El lagunero que sueña con pasear por las calles de Hornos

Fernando Afonso solo conoce el municipio serrano por lo que le han contado unos amigos nacidos en el pueblo, pero lo ha convertido en su máxima aspiración
"Hornos de Segura, rincón detenido, / pueblo que late con voz antigua; / quien sube a tu cumbre queda prendido / de esa paz clara que nunca se olvida".
¿A que parecen versos escritos por un hijo del precioso municipio serrano? Pues no, o al menos no por lo que se entiende por un hijo natural, porque Fernando Afonso (San Cristóbal de la Laguna, Tenerife, 1979) no nació en el mar de olivos, sino a cuatro pasos del Atlántico, y sin embargo lleva años enamorado de este rincón jiennense que todavía ni siquiera han pisado sus pies: "Aunque todavía no he podido visitarlo, lo siento como mi segunda casa", asegura a Lacontradejaén.
Su singular historia comenzó en 2012, cuando conoció a unos amigos "por casualidad" y estos le hicieron ver, con los ojos de la hondura, la belleza del pueblo que posee el único castillo conocido cuyas almenas, lienzos de muralla, torres y matacanes están dedicados a la astronomía.
"Son dos hermanos nacidos en Hornos de Segura que, por motivos de trabajo, tuvieron que trasladarse a Murcia y a Andorra. Cuando me hablaron de su pueblo y me dijeron lo bonito que era, sentí algo difícil de explicar: como si mi alma y mi corazón quedaran unidos para siempre a Hornos. He soñado con pasear por sus calles de casas blancas, respirar el aire serrano y perderme en su silencio".
Tanto lo desea, que lo ha convertido en musa geográfica de sus poemas: "En lo alto de un sueño de piedra dormida, / Hornos despierta con luz de aceite, / entre pinos antiguos y cal blanca que brilla / como un faro sereno sobre el valle que crece".
Y si tanto lo ama, ¿como es que aún no ha cumplido su mayor deseo? "No he podido ir porque hemos tenido que arreglar unos asuntos familiares,pero en cuanto pueda me gustaría visitar Hornos, el pueblo que me ha robado el corazón", responde.
¿No dicen que el amor es ciego? Pues eso, y Fernando Afonso lo cumple a rajatabla, amando sin ver, pero amando mucho: "Me encanta Hornos", concluye.
Únete a nuestro boletín

