HISTORIAS DETRÁS DE UN TRAJE DE FLAMENCA
'Origen' es el nombre que recibirá el vestido de flamenca que confecciona la diseñadora Beatriz Peñalver y está basado en más de 250 historias de andaluzas. Entrevistamos a jiennenses que han participado en la singular iniciativa de Aguas Lanjarón
Empoderada. Puede que no sea el adjetivo que inmediatamente venga a la cabeza cuando se habla de un traje de flamenca. Quizás para la persona que no lo haya vestido nunca. Porque tras los volantes, lunares, peineta y flor se esconde mucho más.
Es identidad de la cultura andaluza; está presente en las fiestas tradicionales y romerías que se celebran en Andalucía. Se sube a los tablaos para vestir al flamenco, que en noviembre de 2010 fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Es el único traje regional que evoluciona con el tiempo. Se reinventa con nuevos estilos, texturas, asimetrias, materiales, complementos o estampados. Y se sube a la pasarela año tras año con icónicos desfiles de moda como We Love Flamenco y SIMOF. Aquí, en Jaén, lo hace en Andújar Flamenca.
Detrás del popularmente conocido como traje de gitana hay mucho más; hay historias.
LA HISTORIA DE MARTA
—Hasta hace unos años no conseguí mi sueño de vestirme de flamenca, y volví a sentir lo mismo que cuando lo hacía de niña en el salón de casa: esa sensación de poderío, fuerza, seguridad y raíces que hacía que me empoderase cada vez que me lo ponía.
El de Marta Pérez, una jiennense de 30 años de Lahiguera, es uno de los más de 250 relatos en primera persona que compondrán el traje de flamenca Origen. Un diseño que, bajo el paraguas de la marca de agua Lanjarón, recopilará las historias vinculada a un icono cultural. "Origen" será confeccionado por la diseñadora granadina Beatriz Peñalver y beberá las aguas de los recuerdos y sensaciones de todas las andaluzas que han respondido a la convocatoria de la firma de agua mineral natural.
Mañana termina el plazo para concurrir a tan original convocatoria, de la que Marta Pérez se enteró por Instagram, tal y como relata a este periódico.
—Sigo a la diseñadora y a Aguas Lanjarón y me pareció una idea innovadora y muy emotiva poder compartir mis recuerdos y mi historia.
Bromea con el hecho de que nadie en su familia siguió la tradición de vestirse, ni lo hace ahora. Sin embargo, con apenas tres años, ella ya pidió unas castañuelas. Su familia tuvo que ideárselas para encontrarlas en Valencia. Esta vecina de Lahiguera se emociona recordando cómo regresaba de clase, soltaba la mochila y corría a ponerse el vestido, blanco y rojo, de lunares y repleto de volantes. Era una herencia de su prima Virginia.
¿Cuándo y cómo llego a tener el suyo propio? Hace unos ocho años. Su abuelo dejó una pequeña cantidad de dinero a cada uno de los nietos y esta jiennense tenía claro a qué iba a destinar esa cantidad. A su primer vestido de flamenca. Amarillo fue el color escogido para una prenda que, además de tradición es historia, esconde el recuerdo de su abuelo.
—Cuando me lo pongo me siento empoderada; una mujer con todas las letras, llena de fuerza, orgullosa de mi raíz y guapa.
Un sentimiento que su madre, la que nunca se vistió y no entendía de dónde le venía esa pasión, hoy le pide que la grite a los cuatro vientos para compartirla con Andalucía y el mundo.
LA HISTORIA DE MÍRIAM
Entre todos estos más de 250 recuerdos se encuentra la historia de Míriam López, otra jiennense, de Jaén capital, de 25 años. Uno de los ocho trajes de flamenca que tiene ahora cuenta con un significado muy muy especial. Nació durante el confinamiento de la pandemia de Covid-19, de la mano de su madre, que se valió de su habilidad para la costura para crear una pieza única. Ella es peluquera, pero con mucha habilidad para coser. Hizo mascarillas, en aquella época que nunca nadie olvidará. Hasta que un día se le ocurrió dar un paso más.
—Comenzó un viaje creativo que transformaría prendas comunes en una obra de arte única. Mi madre buscó en nuestro armario y encontró el material perfecto para el traje: un vestido mío de una boda y un par de faldas de baile que mi hermana y yo usábamos cuando éramos pequeñas.
Así, con paciencia y dedicación, estas prendas cargadas de recuerdos crearon el vestido de Míriam.
—El resultado fue un traje que no solo era bonito, sino profundo en su significado. Se convirtió en un símbolo de amor, creatividad y resiliencia en tiempos difíciles.
Míriam, al igual que Marta, se enteró de la convocatoria de esta iniciativa a través de la red social.
—Me pareció una idea muy original y creí que era una buena idea compartir el vestido que cosió mi madre. De hecho, ella se ha enterado hoy, que me hace esta entrevista, de que he participado en esta iniciativa y le ha gustado mucho.
Como Marta, el calificativo que emplea para describir su sentimiento cuando se lo enfunda es empoderada.
LA DISEÑADORA Y EL VESTIDO FINAL
Tras las entrevistas con Lacontradejaén, ambas tienen la misma pregunta. ¿Cómo lo hará la diseñadora Beatriz Peñalver para dar forma a un vestido con más de 250 historias detrás? Y se lo hemos preguntado.
Desde el 28 de febrero, Día de Andalucía, Lanjarón, agua que nace en las cumbres de Sierra Nevada, comenzó la cuenta atrás para la creación, invitando a los andaluces hasta mañana, 24 de marzo a enviar fotos, vídeos e historias vinculados al traje de flamenca.
Desde los alegres colores hasta los más amplios volantes, el traje de flamenca es mucho más que una prenda; es un símbolo de elegancia, orgullo, pasión y herencia cultural. Por ello, el vestido Origen será no solo presentado en el mes de abril coincidiendo con el inicio de la Feria de Abril, sino que lo lucirá la modelo andaluza Carmen Santa Cruz, y formará parte de distintas acciones y eventos durante los próximos meses a nivel nacional.
—No sabía la cantidad de historias, de trabajo, de retos y desafíos que se esconderían detrás de este proyecto.
Cuando apenas quedan 48 horas para que se cierre el plazo, la diseñadora atiende a este periódico mientras todavía recibe historias vinculadas a un traje que ella misma ha vestido desde que era pequeña. Ahora, se encarga de coser, con todo su equipo detrás, esas más de 250 historias con el desafío de que el resultado final tenga coherencia, sentido.
—Está siendo un proceso muy bonito y a la vez más complicado. Aunque estoy acostumbrada a diseñar piezas complicadas, ésta sin duda gana. Hazte a la idea que es como tener 250 clientas en lugar de una y tener la responsabilidad de reflejar unas historias con las que me siento totalmente identificada y que representa nuestras raíces.
No da pista alguna de cómo será el resultado final pero confiesa que después de mucha investigación, el diseño "está bien resuelto" y ahora se encuentra en la fase de implementación, junto con todo su equipo.
Como a Marta, a Míriam y a tantas y tantas mujeres, a ella también se le viene a la cabeza el adjetivo empoderada al hablar del traje de flamenca.
—Es el traje regional más bonito de toda España. Desde que somos pequeñas hemos soñado con el día en que nos dan la libertad de escogerlo, de ir a la tienda con tu madre o tu abuela, de ponernos tacones, de maquillarnos, de empoderarnos. Ese era nuestro día, o al menos el mío. Me sentía y me siento la persona más segura del mundo vestida de flamenca.
Y pese a los nervios propios de quien subirá su diseño a la pasarela de la Feria de Abril, Beatriz Peñalver hace suyo el empoderamiento de las cientos de mujeres que nos enfundamos, año tras año, ese traje de flamenca y paseamos por las calles el orgullo de ser mujer y andaluza.
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