
EL SÍMBOLO DE RESILIENCIA QUE RECONQUISTA ANDALUCÍA
El quebrantahuesos: un vuelo de esperanza desde la extinción en los años 80 a once territorios reproductores en Andalucía con Cazorla como referente mundial en la cría en cautividad de la especie. Este 2025, además, se cumple el décimo aniversario del vuelo de Esperanza, un hito clave
En las escarpadas sierras de Andalucía, el quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) ha protagonizado una de las historias de conservación más inspiradoras de Europa. Extinguido en la región en 1987, tras desaparecer de la Sierra de Cazorla, esta emblemática ave ha resurgido gracias a un esfuerzo liderado por la Junta de Andalucía, la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) y la Vulture Conservation Foundation (VCF).
En 2025, Andalucía celebra la consolidación de once territorios reproductores, un récord de nacimientos en cautividad en Cazorla y una expansión hacia el Parque Natural Sierra de Grazalema, el punto de suelta más meridional de Europa. La consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Catalina García, ha destacado este logro en el pleno del Parlamento andaluz, calificándolo como “un caso de éxito” que demuestra el poder de las políticas de conservación a largo plazo.
Un hito clave ocurrió en 2015 con el nacimiento en libertad del primer polluelo, Esperanza, hijo de una pareja reintroducida. Este año se conmemora el décimo aniversario de ese momento, que demostró la viabilidad del proyecto de reintroducción.
Nacida en febrero de 2015 de una joven pareja de quebrantahuesos criada en cautividad, formada por un macho nacido en 2006 y una hembra de 2010, Esperanza fue la primera puesta en libertad en estos parajes naturales, lo que resultaba un importante avance para su conservación después de cincuenta años sin quebrantahuesos en los cielos de Andalucía.
UN OCASO AL BORDE DE LA DESAPARICIÓN
En 1987, el quebrantahuesos desapareció de Andalucía. Fue un punto crítico para esta especie incluida en el Libro Rojo de las Aves de España como “en peligro de extinción”. “Como consecuencia de la acción humana, muchas especies de aves necrófagas han sufrido un declive progresivo, e incluso han llegado a desaparecer de nuestro territorio”, afirmó la consejera de Medio Ambiente.
Factores como el uso de cebos envenenados, la electrocución en tendidos eléctricos, la caza furtiva, el expolio de huevos y la degradación del hábitat redujeron la población nacional a apenas 30-40 ejemplares, confinados principalmente a los Pirineos. En Andalucía, el último avistamiento en la Sierra de Cazorla en la década de los 80 simbolizó un vacío ecológico y cultural.
Con una envergadura de hasta 2,8 metros y un peso de 4,5 a 7 kilos, el quebrantahuesos es una de las rapaces más grandes de Europa. Su plumaje, que varía de pardo oscuro en juveniles a anaranjado en adultos por teñirse con barro, y su dieta basada en un 70-90% en huesos, lo convierten en un eslabón clave de los ecosistemas. “Facilitan el retorno de nutrientes al medio natural y contribuyen al control de enfermedades en la fauna silvestre mediante la eliminación de cadáveres”, explicó García. Serafín, un pastor de 92 años de El Almicerán, en Cazorla, recuerda con nostalgia: “Eran como guardianes del cielo, pero de repente dejaron de verse”.
UN REFERENTE MUNDIAL EN CAZORLA
La recuperación del quebrantahuesos comenzó en 1996 con la creación del Centro de Cría de Guadalentín, ubicado a 1.300 metros de altitud en el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas. Gestionado por la Junta de Andalucía y la VCF (ong internacional Vulture Conservation Foundation), este centro se ha consolidado como “referente mundial en la cría en cautividad” de la especie. Desde 2015, ha registrado el nacimiento de 90 polluelos, de los cuales 88 salieron adelante. La mayoría han sido liberados en puntos de suelta en Europa, mientras que otros permanecen en cautividad para mantener el stock reproductivo. En 2024, el centro batió un récord con 11 nacimientos, representando entre el 25% y el 40% de los polluelos nacidos en la red internacional de cría.
Los últimos nacimientos, siete en total, se produjeron entre el 25 de febrero y el 25 de marzo de 2025. De estos, dos serán transferidos a la FCQ, dos se liberarán en Vercors (Francia) y tres en Cazorla. “El elevado número de pollos que nacen anualmente y la capacidad de nuestras parejas para realizar adopciones dobles de pollos procedentes de otros centros europeos son clave”, señala Francisco Rodríguez, director del centro. Esta capacidad de adopción ha permitido criar polluelos de otras instalaciones cuyas parejas no podían asumir su cuidado, reforzando la diversidad genética.
El convenio de colaboración firmado hace dos años entre los gobiernos de Andalucía y Aragón, la FCQ y la VCF ha sido crucial para intercambiar polluelos, como los siete cedidos por Aragón procedentes de la población pirenaica, aumentando la diversidad genética de las poblaciones liberadas en Andalucía y Picos de Europa.
Un programa de reintroducción pionero
El proyecto de reintroducción, iniciado en 2006 en el marco del Programa Europeo de Especies Amenazadas (EEP), ha liberado 90 ejemplares nacidos en centros como Guadalentín. La técnica de hacking, originalmente utilizada en cetrería, ha sido fundamental. Los polluelos, liberados a los 90 días en nidos artificiales en cuevas o paredes rocosas, reciben alimento a través de tubos para evitar el contacto humano. Esto fomenta su fidelidad al territorio, asegurando que regresen al alcanzar la madurez reproductiva entre los 7 y 10 años. “Aunque realizan grandes desplazamientos en sus primeros años, vuelven a sus orígenes para asentarse y reproducirse”, explica un técnico del programa.
La reintroducción se ha centrado en los Parques Naturales de Cazorla, Segura y Las Villas y Castril (Granada), con una expansión reciente al Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada. En 2024, la decimonovena campaña de suelta liberó siete polluelos: cuatro en Cazorla y tres en Sierra Nevada, marcando el inicio de una nueva fase para recuperar todas las zonas históricas donde la especie estuvo presente. En 2025, tres hembras han sido liberadas en Sierra Nevada, donde quince ejemplares ya sobrevuelan de forma habitual, evidenciando una creciente fidelización. La población silvestre andaluza, estimada en 65 ejemplares, crece gracias a estas liberaciones y a los nacimientos en libertad.
EL VUELO DE ESPERANZA
Un hito clave ocurrió en 2015 con el nacimiento en libertad del primer polluelo, Esperanza, hijo de una pareja reintroducida. “Este año conmemoramos el décimo aniversario de ese momento, que demostró la viabilidad del proyecto”, afirmó García. Desde entonces, 16 polluelos han nacido en la naturaleza, consolidando una población de once territorios reproductores: nueve en Cazorla y dos en Castril. La especie también se distribuye por Sierra Nevada, Sierra Mágina, Sierras Sur de Jaén, Sierra Arana, Sierra de Huétor Santillán y zonas limítrofes como Albacete y Murcia.
En 2025, el proyecto ha dado un paso histórico con la reintroducción en el Parque Natural Sierra de Grazalema (Cádiz), de donde la especie desapareció a principios del siglo XX. “Será el punto de suelta más meridional de Europa, con la posibilidad de conectar poblaciones europeas con las del norte de África”, destacó García. Este esfuerzo, iniciado el pasado mes, requiere trabajos técnicos especializados, como escalada, seguimiento individualizado y acompañamiento intensivo de los ejemplares. “No estará exento de dificultades, pero nos permite mirar al futuro con esperanza, como ocurrió con el lince ibérico”, añadió.
LAS AMENAZAS
A pesar de los avances, las amenazas persisten. Según SEO/BirdLife, el veneno, responsable del 36,7% de las muertes no naturales, es la principal causa de mortalidad, seguido por la electrocución en tendidos eléctricos (23,3%) y la contaminación por plomo de munición de caza. En 2024, la FCQ denunció la primera muerte de un quebrantahuesos en España por colisión con un aerogenerador en el complejo eólico Refoyas (Castellón-Teruel), lo que llevó a suspender la reintroducción en el Maestrazgo turolense. “No estamos en contra de la energía eólica, pero muchos parques no aplican tecnologías preventivas”, critica Gerardo Báguena, presidente de la FCQ.
La competencia con buitres leonados, que descarnan cadáveres pero ocupan sitios de nidificación, y la desaparición de prácticas ganaderas tradicionales también complican la recuperación. Sin embargo, Andalucía ha liderado desde 2002 la Estrategia Andaluza para la Erradicación del Uso Ilegal de Cebos Envenenados, que ha reducido significativamente esta amenaza, clave en la extinción de la especie en los años 80.
SÍMBOLO DE COLABORACIÓN
El éxito del quebrantahuesos es un testimonio de la colaboración entre la Junta, la FCQ, la VCF, agentes de medio ambiente, el Seprona y comunidades locales. La FCQ, creada en 1995, promueve la investigación y la educación ambiental a través de iniciativas como el Ecomuseo de la Fauna Pirenaica en Aínsa (Huesca) y la app de seguimiento que permite identificar ejemplares marcados. “La información sobre la distribución y estatus del quebrantahuesos es básica para su conservación”, señala la fundación en quebrantahuesos.org.
Con una población nacional que supera los 1.000 ejemplares y 200 parejas en Europa (100 en España), el quebrantahuesos es un símbolo de restauración ecológica. “Es un ejemplo de lo que se puede lograr con visión a largo plazo y políticas públicas sólidas”, defiende Catalina García. Su regreso a Cazorla, Castril, Sierra Nevada y, pronto, Grazalema, no solo repara un equilibrio natural roto, sino que conecta Europa con África, consolidando a Andalucía como un faro de la conservación. En los cielos del sur, el quebrantahuesos vuela como un emblema de esperanza y resiliencia.
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