Huelga estudiantil en Aldeaquemada: “Por un transporte de calidad”
Los padres de los doce alumnos que tuvieron ayer un accidente plantan a la empresa de transportes y confían en que vuelva la doble línea hacia La Carolina
Siete menos cinco de la mañana. Aldeaquemada, 15 de febrero. Los padres de una docena de alumnos aguardan con sus hijos junto al microbús que los traslada a La Carolina. Los estudiantes —son del segundo ciclo de la ESO y de Bachillerato— y la monitora que los acompaña en el viaje declinan; hoy no se suben al bus. La huelga está pactada. El día anterior hubo un accidente en ese mismo transporte; no iban los menores, pero a nadie le sorprendió. Sara Fernández, una de las madres, mira al conductor del bus. Luego le dice: “Hoy no se montan”. Y doce alumnos —algunos cursan enseñanza obligatoria— se quedan en casa. Por seguridad. Por un transporte de calidad, reivindican. El conductor arranca: le espera otra jornada en la que recorre el mismo trayecto varias veces. Son unos cuarenta kilómetros de carretera, la mitad por sierra.
La historia continúa esta mañana, horas después del plantón. Un inspector de la delegación de Educación ha visitado Aldeaquemada después de que dos centros de La Carolina confirmen la ausencia, hoy, de los alumnos de Aldeaquemada matriculados en los institutos carolinenses Juan Pérez Creus y Martín Halaja. El inspector habla, después de comprobar cómo es la carretera, con los padres. “Nos ha tranquilizado. Dice que hará cuanto pueda para que se solucione. Dentro de sus competencias, claro”, explica Sara Fernández a LaContracrónica. Según ha podido saber este medio, Educación investigaba a la empresa desde noviembre.
EL CAMBIO, EL CONFLICTO
Los padres afectados vieron cómo la empresa del transporte escolar unificó los viajes de alumnos y de pasajeros convencionales en un solo autobús. Esa modificación con respecto al año pasado fue en septiembre. Coincidió con el comienzo de curso. A partir de entonces los doce alumnos abundaron en comentarios similares cada día, cuando regresaban a sus casas: “Mamá, hoy casi nos estrellamos”, le dijo, en una ocasión, a Inmaculada Galera su hija, estudiante de tercero de la ESO. “La carretera está llena de curvas. En invierno aún es más peligrosa, con el hielo. Y si hay un camión circulando, el otro vehículo debe detenerse”, cuenta la madre.
Sara Fernández reconoce que bajaron la guardia. Debían de haber actuado desde el primer momento. Lo hicieron cuando la monitora les contó un episodio a los padres: un día, por las prisas, el conductor instó a la monitora a que cogiera la línea de Santa Elena para regresar desde La Carolina. En vez de la habitual. “Aquello nos pareció el colmo”, recuerda.
“En diciembre le mandamos una carta a la Delegación de Educación. Le informamos de lo que pasaba. Y nos hicieron caso omiso. Estamos contentos con lo que nos ha dicho el inspector hoy, pero nos duele que actúen ahora, después del accidente”, agrega, molesta, Fernández.
MÁS PROBLEMAS
Ramón Alcaide es padre de uno de los doce estudiantes. El suyo cursa primero de Bachillerato. Hoy le han contando cómo fue el accidente de ayer: “Al parecer, había un camión de una empresa de madera con una rueda pinchada. Estaba parado, claro. Y el microbús este no lo ha visto y le ha dado. Eso me han dicho”, narra Alcaide. ¿Qué es lo que ocurre en Aldeaquemada con la línea escolar? “Antes salían dos autobuses a las siete de la mañana. Ahora solo uno, que regresa a las ocho y media para trasladar a los pasajeros no escolares. Ahí está el problema: en hora y media intenta hacer lo que el año pasado hacía en al menos dos horas”, resuelve.
No solo los estudiantes están afectados; la línea no escolar parte de Aldeaquemada más tarde. Las personas mayores que tienen citas médicas en La Carolina a las nueve o antes de esa hora no llegan a tiempo. Es imposible. “Y si es una consulta para un especialista, hay que ir a Linares”, añade Alcaide.
INFRAESTRUCTURA, SOLUCIONES
Manuel Fernández Vela, alcalde de Aldeaquemada, acumula documentación en el despacho del Consistorio local. Ya ha mandado más de un escrito a Fomento. Porque este problema implica –o apela— a dos ramos, Educación y Fomento. “Lo que pedimos tanto a la administración como a la empresa es que haya dos líneas, una para estudiantes y otra para los pasajeros”, expresa el alcalde a LaContracrónica.
En noviembre, la empresa sugirió a los padres de los alumnos la posibilidad de que sus hijos saliesen un cuarto de hora antes de las siete de la madrugada. El objetivo, evitar las prisas diarias. “Nos negamos. Si mi hija tiene que levantarse a las seis de la madrugada para ir a clase, más vale que la ingrese en una residencia de La Carolina”, razona Inmaculada Galera. “¿Es menos mi hija que un estudiante de allí?”, se pregunta. De fondo, otra cuestión contextual: el aislamiento de un pueblo de unos 600 habitantes. Hay, a menudo, problemas con la mensajería, según dice Galera. La carretera era conocida “antiguamente” como la 611. Curvas, montaña, vehículos de gran tonelaje. “La 611”, dice el marido de Galera.
Mañana los doce alumnos de Aldeaquemada volverán a subirse al microbús. Será un voto de confianza. Igual todo se soluciona. Pero no es un cheque en blanco: “Queremos que el informe del inspector derive en que nuestros hijos dispongan de un transporte de calidad”, advierten. Y avisan otra vez: “Si se repiten los problemas, los niños no irán a clase”.
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