"Internet ha hecho que la gente lea más"
"Estoy curtido por el humo de mil batallas". José Luis García Calero (Jaén, 1957) está tranquilo antes de la entrevista. Es licenciado en Filología Hispánica y gestiona la librería Metrópolis, siempre en el centro de Jaén capital, desde finales del año 1982, cuando abrió en la Carrera de Jesús. En 1996 la librería se mudó al número 17 de la calle Cerón, donde persiste. Habla con serenidad, no se precipita y aporta opinión sobre la cultura sin hacer cuentas a favor. La cita con LaContracrónica es en la planta de abajo. Rodeados de libros.
LA LECTURA
—En una de sus últimas entrevistas en prensa dijo que se leía más que nunca. ¿Sigue la dinámica?
—Sí. Yo empecé hace treinta y cinco años, y entonces muy poca gente leía. Sí es cierto que esa gente leía mucho, pero muchísimas personas no lo hacían. Ahora una gran parte de la población, la mitad diría, lee. Si no de manera habitual, de vez en cuando. Antes no era así. En ese sentido soy optimista. Internet ha hecho que la gente lea más. Que no se lee en papel, que se hace en el digital, pues bien. Se trata de no desaprovechar algo que nos ofrece la vida: la lectura.
—Si se lee más que nunca, ¿por qué los índices de lectura siempre apuntan a Jaén en sentido negativo?
—Eso puede ser verdad, pero lo cierto es que la diferencia entre el que más lee y el que menos lo hace es mínima. Los medios, o la sociedad en general, necesita siempre hablar de buenos y de malos, de mejores y de peores, de blancos y de negros. La diferencia entre las ciudades y las provincias que más leen debe de ser prácticamente mínima.
—Los soportes coexisten perfectamente. ¿Cuál es el perfil del lector que emplea indistintamente el papel y el soporte digital?
—Según las estadísticas, en España parece ser que el 95 por ciento de lectores lee en papel, o por lo menos compra papel, el libro tradicional. Solo un cinco por ciento compra el libro digital. Es verdad que en el ámbito digital hay mucha piratería, y en este país somos muy dados a lo gratis. De ese cinco por ciento que lee en digital solo están dispuestos a pagar 15 de cada 100. Es verdad que hay lectores que simultanean la lectura en ambos formatos, pero en general los 'lectores lectores' suelen preferir el papel.
—Supongo que la novela gráfica y las revistas en general han aguantado sin problemas el tirón del 'ebook'.
—Sí, por supuesto. Porque tienen un diseño que se presta más al papel, resulta más atractivo: el cómic, la novela gráfica. Además, desde que existe el libro digital las editoriales se han puesto las pilas para ofrecer algo que no hacían antes: mucha calidad, mucha buena impresión. El diseño es atrevido y bonito. Económicamente es más caro, pero la gente prefiere gastarse el dinero y tener algo material. Lo digital está ahí, pero no acaba de ser del todo tuyo.
EL COMERCIO
—En su librería siempre hay gente comprando. Eso quiere decir que le va bien. Un librero me dijo que Amazon acabaría con el negocio. ¿No era para tanto?
—(Se lo piensa) No lo creo. Los monopolios lo intentan, pero no lo consiguen. La sociedad contraataca y pone de moda otras formas de consumo. Es cierto que Amazon y las librerías digitales se están llevando parte del pastel, pero no creo que vaya a ser así.
—¿Cuánto gana el librero de un libro?
—Los márgenes comerciales suelen oscilar entre un 25 y un 30 por ciento.
—Ahora es posible pagar una cuota mensual y acceder a un número brutal de títulos. Hay jiennenses que viven en pueblos sin librería o con tiendas de libros muy limitadas. ¿Es una vía para democratizar la cultura?
—Sin duda. Si alguien vive en un población pequeña, pues tiene ahí el mundo global que le facilita mucho las cosas. También hay que decir que para que eso ocurra no hace falta comprar a Amazon; se puede comprar en nuestra librería o en cualquier otra. Es verdad que Amazon tiene un servicio de distribución de editoriales extranjeras a las que habitualmente las librerías generales no tenemos acceso, porque es costoso. Tú puedes pedir esos libros a Amazon o a otras librerías virtuales como Casa del Libro y FNAC, pero me parece un poco estúpido, porque ya tienes el libro en la librería. Si vienes aquí, te lo llevas ya, no esperas 24 horas.
—¿Cree que el librero debe comprometerse con la vida cultural de la ciudad en la que trabaja?
—Claro, por supuesto que sí. Tiene que apoyar las iniciativas de la ciudad y dinamizarla desde la propia librería. Todo el mundo debe aportar su grano de arena. Nosotros lo hicimos desde el principio. Desde que abrí siempre quise vivir de esto, que no deja de ser un negocio. Pero también tuve claro que la apuesta era agrandar la ciudad, beneficiar a la capital y a la provincia, que a veces está peor que la ciudad. Por supuesto que hay que empujar en la misma dirección.
—'Círculo Ánimas' sacó a leer a la calle a un buen puñado de vecinos del casco histórico. ¿Cómo lo ve?
—Todo lo que sea ver como algo normal la lectura es fundamental, porque es algo que nos ofrece la vida. Recibimos la información y el conocimiento a través de la lectura. Cuando vienen niños o incluso adultos que dicen que no les gusta leer, siempre les digo lo mismo: "¿No te gusta leer o no has encontrado el tipo de lectura que te gusta?" La lectura en sí misma no tiene sentido, lo tiene en cuanto tú recibes el conocimiento o la información a través de ella. Cuando comemos no nos gusta todo; pero puedes elegir lo que sí. Igual sucede con la lectura. Hay padres que se empeñan en que los niños lean algo determinado. Si el niño prefiere otro tipo de lectura, ¿por qué obligarlo? Lo importante es que lea lo que le interesa. Ya tendrá tiempo de llegar a otros conocimientos.
—¿Le convencen las adaptaciones de libros al cine?
—Es verdad que no siempre son buenas. Las novelas suelen ser bastantes mejores que las películas, pero a veces las adaptaciones son necesarias para divulgar la obra. Son un mal necesario.
CULTURA CADA DÍA
—¿Cuántos libros suele leer al mes?
—Siempre llevo dos, tres y cuatro libros al mismo tiempo. Incluso alguno como La montaña mágica lo llevo desde hace más de un año, porque leo tres páginas de vez en cuando. Me está pasando con este libro como a los personajes de la novela: no pueden salir del hospital, están atrapados. Me pasa igual, porque quizá es una lectura detenida y que invita a pensar. Es un libro agónico que te lleva a esa situación como lector.
—¿Prefiere algún género en concreto?
—Sí, por formación he leído novela, y ahora prefiero el ensayo, que me aporta más conocimientos. La novela no deja de ser un ensayo vivido, pero hoy por hoy prefiero el ensayo.
—Rodeado de tanta creación, ¿nunca le ha tentado escribir?
—Como a casi todo el mundo, pero no me llama demasiado la atención si no tengo claro cómo quiero hacerlo. Realmente no me lo he planteado ni he publicado.
—¿Sabe cuántos libros hay aquí?
—No, sinceramente no. No tengo ni idea.
—¿Por qué Metrópolis?
—El griego clásico siempre me gustó bastante. Metrópolis no deja de ser mi ciudad. Metrópolis puede ser la gran ciudad y puede ser la película de Fritz Lang. Puede ser muchas historias. En definitiva, siempre he pensado que significa mi ciudad.
—¿Sería tan amable de recomendar un libro a los lectores de LaContracrónica?
—Lo último que he terminado es Cuando desciende la luz, una novela de la autora danesa Charlotte Rorth publicada por la editorial Maeva. Cuenta cómo ella tuvo una experiencia espiritual al visitar casualmente Baeza y Úbeda, sobre todo en esta última ciudad. Se le apareció realmente Jesucristo, según ella. Y lo cuenta en el libro. Es curioso y polémico.
—¿Lee el periodismo de Jaén?
—No —dice tras sopesarlo—, lamento decir que no, porque me interesa mucho la prensa. De hecho, quise estudiar Periodismo. No pude hacerlo por una serie de circunstancias. La prensa escrita me gusta muchísimo: compro periódicos casi a diario. Pero desconecté de la prensa local no porque no tenga importancia, sino porque creo que está muy adocenada, muy marcada. Y eso no me gusta nada. No me gusta que me mientan.
—¿Algo más que quiera decir?
—Sí, estamos aquí, en la vida, para aprender y conocer. No perdamos la oportunidad de hacerlo. Pérez Reverte dijo hace poco que con los medios de comunicación actuales ya nadie tiene excusa para decir que no lo sabía. Es una estupidez decirlo, porque todos estamos avisados. Creo que no podemos perder la oportunidad ni el tiempo. Hay que ponerse las pilas. Y leer.
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COMENTARIOS
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