"Venimos a sumar, no a romper con nada de lo que se ha hecho bien"
Antonio Álamo Morante (Villacarrillo, 1978) es el nuevo presidente del Colegio Oficial de Enfermería de Jaén tras ganar las elecciones hace una semana. Mañana por la tarde toma posesión del cargo y sustituirá a José Francisco Lendínez Cobo, hasta ahora presidente desde 1994. Es enfermero de Atención Primaria de la Unidad de Gestión Clínica de Andújar, especialista en atención sanitaria.
Junto a él estarán, en lo alto de la pirámide de la institución colegial, Alicia Trujillo González -enfermera de la Unidad Quirúrgica del Hospital Neurotraumatológico de Jaén- como vicepresidenta primera y Rosario Merino Ruiz –enfermera del Hospital San Agustín de Linares y profesora asociada de la Universidad de Jaén- como vicepresidenta segunda. Este domingo, repasamos el tiempo de cambio para las enfermeras jiennenses, para la profesión y para el Colegio, empezando por sus estatutos, para que nadie pueda estar dos mandatos al frente de la institución.
—¿Enfermero de vocación o de tradición?
—De vocación. Vengo de familia de Guardia Civil, por lo que se podría decir que no soy el único que se ha dedicado al servicio público, sino que es una vocación.
—¿Dónde estudió?
—En Jaén. Precisamente la semana pasada hizo 30 años que acabé los estudios, en 1994. Fuimos la primera promoción cuando dejó de depender de la Diputación.
—Es curioso, se graduó el mismo año que José Francisco Lendínez accedió a la presidencia del Colegio.
—Efectivamente. De hecho, yo no he conocido otro presidente.
—¿Qué le llevó a tomar la decisión de presentarse?
—No es algo que uno se plantee de un día para otro, sino que es un cúmulo de muchas cosas. La primera, los propios compañeros, que te van planteando nuevos retos con respecto a la profesión. Entendíamos que había llegado el momento de cambiar las cosas, de hacerlas de otra manera.
Pero para tomar la decisión tienen que sumarse muchas cosas, como por ejemplo tener una situación profesional estable, con experiencia suficiente; estar bien formado, tener gente que te acompañe, gente que se quiera sumar al proyecto... Y sobre todo que tengas una familia con mucha paciencia para aguantar todo lo que llevamos en estas últimas semanas, que no ha sido poco. En definitiva, seguir queriendo trabajar por la Enfermería. Eso es lo que más moviliza, no solamente a mí, sino a todos los compañeros y compañeras que me acompañan en esta aventura.
— ¿Los 30 años de la anterior presidencia pesaron mucho a la hora de tomar la decisión?
—La ilusión ha podido más. Nosotros, en definitiva, no vamos contra nadie, ni íbamos contra nadie. Queremos sumar y aportar; aportar nuestra visión de la Enfermería actual, nuestra visión profesional, la experiencia que hemos ido adquiriendo en estos años y, sobre todo, la ilusión de lo que hemos vivido y nos han transmitido los compañeros a lo largo de estos años de trabajo.
—Su lema de campaña era 'Ya es hora'. ¿Estaba planteado con doble sentido?
—Tiene varios sentidos. Ya es hora de que la enfermera y el enfermero tomemos iniciativas de este tipo, ¿no? De poder optar a representar a nuestros compañeros, de poder seguir aportando, de aportar a la Enfermería desde otra perspectiva, de que la Enfermería también se mueva. Hemos sido durante muchos años una profesión dura de movilizar, dura de convencer a la hora de creerse lo que son y el eslogan iba más por todo eso que por el relevo.
—¿Qué le dijo su antecesor tras las elecciones?
—Vivimos en localidades distintas y la verdad es que el contacto ha sido más bien escaso. Me llamó para felicitarnos por el trabajo que hemos realizado en estos días. Ahora es tiempo de ponernos a disposición de los compañeros y compañeras y seguir trabajando en el proyecto.
—Hubo mucha movilización para votar. ¿Había ilusión?
—Nosotros hemos sido los primeros sorprendidos, tanto por la participación como por el resultado. Ha sido una experiencia inolvidable estas semanas de correr, de presentar la candidatura, de movernos por toda la provincia en nuestros días libres o de asuntos propios... La verdad es que hemos disfrutado mucho conociendo a gente increíble que son un auténtico referente de su profesión, totalmente desconocidos y metidos en los pequeños municipios de nuestra sierra, de nuestros hospitales... Son una auténtica joya para la profesión y haber conocido a todos esos personajes para nosotros ha sido un favor consumado y eso nos ha dado el beneficio increíble.
—¿Por dónde pasa la hoja de ruta a partir del lunes? ¿Qué es lo primero que tenéis pensado hacer?
—La hoja tiene muchas rutas. Desde el punto de vista colegial, queremos reforzar las conexiones directas con los colegiados y colegiadas. Vamos a tratar de modernizar todavía más si puede el Colegio para mejorar la accesibilidad, el área informática. No puede ser que cualquier compañero que viva en Santiago de la Espada, por ejemplo, y quiera votar, tenga que desplazarse hasta Jaén. La formación tanto reglada como no reglada es otro pilar, además de todos los aspectos necesarios para que las enfermeras sientan que el colegio es su casa.
Y desde el punto de vista de la profesión, hay muchos temas por tratar.
—Efectivamente. Uno de ellos está en la puerta de entrada a este salón: un cartel que demanda a reclasificación profesional de las enfermeras al grupo A1 al mismo nivel que otras titulaciones con la misma formación.
—Esta es una reivindicación que viene de años que es el reconocimiento A1. No sabemos por qué no se equipara. Esta es una lucha abierta y que nos llevará muchos años y para ello es fundamental seguir haciendo visible la figura de la enfermera. Ha habido situaciones que nos ha permitido ser más visibles, como la pandemia de Covid-19. Fue una oportunidad para que la gente viera qué hacemos. Y esta labor de visibilización tenemos que seguir haciéndola.
—Es curioso que diga que la gente no ha tenido ese conocimiento de qué hace la enfermera, cuando es nuestro contacto más cercano y directo con la sanidad.
—Es cierto que todavía en muchos sitios la visión secundaria del profesional de la Enfermería sigue estando muy calada. Somos referentes en muchos temas de salud para la profesión, tomamos decisiones y las tomamos bien y de ellos se repercute positivamente la salud de la persona. Se ha tomado mucho más conciencia a raíz de la pandemia y es un momento fundamental para nosotros como profesión.
—Hay otro problema al que se enfrenta la profesión que es el incremento de las agresiones a los profesionales sanitarios.
—Hay que entender que las situaciones complejas de salud pueden generar momentos tensos. Las espera, los nervios de esos momentos no son nuestra responsabilidad pero al final el paciente lo acaba pagando con nosotros. Entendemos que la educación social es lo que terminará con esta lacra, que no sólo afecta a los compañeros y compañeras enfermeras sino que cualquier trabajador de la sanidad.
—¿Está funcionando bien el botón de emergencia que implantó la Junta?
—Bueno... lo tenemos. Se activa la alarma interna, se avisa a los compañeros y entendemos que es una medida de seguridad que puede ser eficiente pero en la gran mayoría de los casos no evitan la agresión.
—Si tenemos que hablar del principal problema de la profesión, ese sería la falta de personal.
—Creo que es un problema equivalente en todas las profesiones sanitarias y que nos iguala. La falta de profesionales en algunas categorías profesionales es preocupante y en el caso de la provincia de Jaén, la fuga de profesionales. Los últimos estudios apuntan a que se han marchado unos 170 y hay que trabajar mucho en ello. Esta falta de personal afecta a la calidad del servicio que se está dando a los pacientes y hay que trabajar por la estabilidad de la profesión, por unas condiciones de trabajo dignas, empezando por el salario y pasando por las ratios de pacientes versus sanitarios... Son muchos factores.
—Todos los asuntos que hemos estado hablando tienen a la administración, y a los políticos detrás. ¿Qué le parece que la sanidad se haya convertido en un campo de enfrentamiento político?
—Todos los temas sanitarios o de educación influyen mucho en las elecciones. Debemos trabajar por un proyecto a medio y largo plazo con un gran consenso político de manera que no seamos moneda de cambio por unos votos. Las políticas de salud deben ser políticas de Estado, que de verdad nos lleven a dónde queremos. Debemos trabajar por la igualdad de todos los profesionales sanitarios, a trabajar y poder competir en igualdad con otras comunidades, a tener un sueldo digno, a fidelizar a los sanitarios en el territorio, a evitar las desigualdades, los desequilibrios...
—Hemos hablado de problemas que afectan a la profesión en general, no sé si en Jaén hay alguno específico, si tiene alguna particularidad.
—No hay muchas diferencias.
—¿El hecho de que nosotros, por ejemplo, seamos parte de esa España Vaciada, propicia esa fuga de profesionales?
—En Jaén se vive muy bien, no creo que ese sea el problema. Son las condiciones laborales, el tipo de contrato, el reconocimiento salarial, sobre todo a nivel de nuestra profesión, el tema del desarrollo de las futuras especialidades, que no solamente nos afecta a nosotros como provincia, sino que afecta a toda la profesión a nivel nacional.
—Mañana toman posesión, ¿qué mensaje quiere trasladarles?
—A todos ellos quiero darles las gracias. No solo a los que nos han apoyado, sino a todos, sobre todos a los que no nos han apoyado. Hemos venido a sumar, no venimos a romper con nada de lo que se ha hecho bien. Venimos a intentar trabajar y colaborar en otras líneas, aprovechando lo bueno que se ha hecho y sobre todo sumando. Queremos contar con todo el mundo, porque somos la candidatura para toda la profesión. El colegio es para todos y nuestra intención es que aquí lo más importante no sea quien se va o quien llega, sino que aquí lo importante tiene que ser nuestro colegio.
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