¿Por qué sus señorías no buscan la gran coalición?
Unas 48 horas previas al escrutinio de las últimas Elecciones Generales remitía a la Redacción de Lacontradejaén un artículo denominado España se quiebra ante lo desconocido. Su contenido no debía de apartarse demasiado del entonces imperante sentimiento de muchos españoles, manifestando que volveríamos a equivocarnos, sobre todo paras las generaciones venideras.
Manifestábamos igualmente, a partir de ahora caminaremos por una España llena de oscuras incógnitas que probablemente se quiebre ante la desconocida nueva situación que surja. Da la sensación que en estos momentos, y cara a los dos meses venideros, se hace más real la cita de Marco Aurleio, Meditaciones – Libro X. 37 a la que aludíamos: "¿Para qué hacen algo? ¿De qué nos ha servido?". Días más tarde en estas mismas páginas, cuando como media España intentábamos interpretar tanto mensaje político, invocábamos un antiguo proverbio árabe: "Un no significa un medio sí".
Aparentemente, las circunstancias de voracidad política empujaban a los protagonistas a una solución insuficientemente meditada, desconocida en su cruda realidad de ante mano y lo que aparentemente podría haber sido una solución ecléctica, pero posteriormente se pudo comprobar ante los planteamientos y pretensiones de sus protagonistas, que su alcance, podría suponer entre los unos y los otros, hipotecar cincuenta años a España. Son los inconvenientes de la política, que en la mayoría de las ocasiones mantienen deliberadamente ausente al elector de lo que se cocina entre bambalinas. ¡A eso se le denomina 'bien general'!
Temo que una vez más el sistema político podría llegar a otro de sus paroxismos convertido en burdo y presunto juego de palabras que este País no se merece, por mucho que nos lo estemos ganando a pulso. Definitivamente, en el caso de que el proverbio árabe no llegue a cumplirse alegrémonos al menos de que no haya anclado en mentes en una España cuyos políticos no salen muy bien parados. Estimo que este corto periodo de tiempo que nos queda, debería dedicarse a reflexionar sobre 'La teoría de lo menos malo', que no es otra que considerar si hemos madurado lo suficiente para admitir en este sistema político imperfecto, otras, aún no contrastadas.
Ya que los actuales políticos, los cuales no merecemos, aparentemente son incapaces de encontrar un medio gobierno estable, brindemos soluciones, si es que todavía no se permiten translucirlas a estos estabulados ciudadanos. Intenten ponerse de acuerdo el “tripartito más votado”, dejando al margen una parte de la voracidad política, que haga factible una aceptable gobernanza, disponiendo entonces, los votantes de un plazo algo más amplio para expresar ese libérrimo juicio que no somos del todo capaces de expresar.
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