"Haremos que la gente se implique contra el cambio climático”
Es el primer miércoles de junio cuando María Zomeño Gutiérrez (Úbeda, 2001) atiende a este periódico en la Plaza de la Libertad de la capital jiennense. Ella, estudiante de Bachillerato, es una de las estudiantes que da vida a Jaén Fridays For Future, un movimiento que ya se ha estrenado en las calles de la capital con el mensaje que recorre Europa: no hay dos planetas, urge cuidar el único que tenemos los humanos.
Zomeño relata la inquietud, los nervios y la ilusión que hubo en el origen del colectivo jiennense. No se trata sólo de fuerza en la calle; hace falta un discurso, y la juventud con formación lo está articulando. “Cualquier persona puede aportar”, insiste en conversación con este periódico”. Queda eso, que todos aportemos. Por el planeta.
–¿Estuviste en la primera asamblea climática de Jaén?
—Sí, sí que estuve. Recuerdo que había mucho trabajo y que teníamos mucha ansiedad. Era la primera vez que se hacía algo así, y estuvimos la semana anterior difundiendo la convocatoria tanto por redes como repartiendo octavillas. No sabíamos cuánta gente iba a venir porque era la primera vez que se hacía algo así en Jaén. Cuando empezó nos llevamos una grata sorpresa: hubo muchísima participación, ganas y buen ambiente. Lo recuerdo con cariño, la verdad.
—¿Cuándo tomas conciencia de que se está fraguando un movimiento?
—Lo sabíamos antes de que se celebrara la asamblea, porque el movimiento había ganado fuerza en otros sitios. Lo que hicimos fue sumarnos a eso que ya existía.
—¿Qué sentimientos percibías en esas primeras reuniones?
—Por un lado teníamos el sentimiento común de que es algo muy importante, y que era necesario que se sumara más gente. Tiene que cobrar la importancia que tiene, pensamos. Pero es cierto que hay gente muy diferente dentro del movimiento. También está la desorganización propia del inicio. Es estresante todo el trabajo que implica y ver todo lo que aún queda por delante.
—Habrá gente que aun no sabe qué es Jaén Fridays For Future. ¿Cómo explicarles en qué consiste el movimiento?
—Sí, seguro que hay muchísima gente que no nos conoce. Lo que digo es que todos llevamos escuchando desde hace años el problema del cambio climático y sus consecuencias: la desaparición de especies y el aumento del número de desastres naturales. Esto va ir a más. Cuanto más lo dejemos, peor. El movimiento nació a partir de un grupo de jóvenes que tienen la convicción de hacer algo para frenar el desastre. Incluso haciendo lo mínimo ya es un comienzo. Es una medida desesperada para hacer algo.
“CUALQUIER PERSONA PUEDE HACER POLÍTICA”
–¿Cuáles son las medidas que puede hacer la ciudadanía para evitar el cambio climático?
—Realmente las acciones individuales las admiro, porque suponen una molestia. Me refiero a reciclar y comprar orgánico, por ejemplo. Creo que lo más importante que tenemos que hacer como ciudadanos es participar en el sistema democrático. Tenemos una democracia que no lo parece. Hay objetivos muy sencillos a nivel político en los que coincidimos la mayoría. Y, como no estamos acostumbrados a participar como ciudadanos en la vida política, no se cumplen. Es un mensaje que repito con insistencia: todo el mundo puede implicarse y hacer política. Todo el mundo debe tener una voz y ser escuchado.
—¿Hay algo que hicieses o no hicieses antes y ahora lo hayas modificado en aras del planeta?
—Yo empecé muy concienciada con el asunto del animalismo. Era vegana. Sólo tomaba alimentos de origen vegetal, porque la dieta a base de vegetales contamina menos. Ya no lo hago por varias razones. Entre ellas, me parece prioritario el concienciar a la gente antes que quedarme en mi casa haciendo lo que se supone que está bien. Es muy importante, pero no me da la vida para todo. Quizá he dejado la acción individual y me he ido más a la acción colectiva.
—¿Tomarán los jiennneses más conciencia después de vuestras manifestaciones?
—La gente ya tiene bastante conciencia del problema del cambio climático. Lo que sí vamos a hacer es que la gente tenga más ganas de implicarse. No es lo mismo estar en casa y ver desde el sofá en la televisión cómo se derriten los polos que ver que ya hay gente preocupada, tomando cartas en el asunto. Más que para concienciar a la gente nuestro colectivo propiciará que la gente se implique y decida hacer algo, y protestar por lo que está pasando.
—Habéis cargado contra las multinacionales que contaminan. ¿Crees que la solución pasa por las sanciones de los Gobiernos?
—Sí, totalmente, y deben ser sanciones más severas. Las contaminaciones que existen con el tema climático o son muy pocas o se incumplen sistemáticamente. Cuando una multinacional tiene la posibilidad de hacer lo que le dé la gana con el planeta, estamos dejando en sus manos nuestras vidas y nuestro futuro. Eso no puede ocurrir.
“SOMOS MUY JÓVENES PARA DECIDIR QUÉ QUEREMOS HACER”
—Estudias segundo de Bachillerato. Sinónimo de Selectividad. ¿Cómo lo llevas?
—Es cierto que hay mucha presión y mucha inseguridad. Somos muy jóvenes para que se nos pongan contra la espada y la pared, y que ya tengamos que decidir lo que queramos hacer y en función de eso estudiar más o menos. Eso sí que me ha pesado: la duda de si habré elegido el camino correcto o si me estaré esforzando para nada. ¿Me faltará o me sobrará nota? Eso es lo que más me ha estresado este curso.
—Te has decantando por la Formación Profesional. ¿Crees que ahora hay más estudiantes que piensan en caminos más allá de la vía universitaria?
—Sí, porque pienso que la formación universitaria cada vez se valora menos. Cada vez hay más gente con estudios universitarios que tras cuatro o cinco años estudiando y pasándolo mal no han visto recompensado sus fuerzas. La Formación Profesional atraerá a más gente.
—¿Por qué has elegido cursar Electrónica?
—Desde pequeña me han gustado los cacharros. Ha sido por gustos personales.
“EQUIVOCARSE DE CAMINO ES LO MÁS NORMAL DEL MUNDO”
—Lo has mencionado antes: ¿te da miedo errar en el camino y volver a empezar?
—Es lo más normal del mundo, y siendo lo más normal del mundo no se tiene en cuenta que quizá nos equivocamos. Y no se nos dan facilidades para cambiar de opción, sino que se nos mete miedo: ‘Esto condicionará toda tu vida’ o ‘tienes que sacar mejor nota’.
—Es muy normal que alguien empiece a estudiar y al año, o incluso antes, se da cuenta de que no es lo suyo.
—Conozco un montón de casos, y precisamente es eso lo que me ha metido miedo en el cuerpo.
—¿Te gustaría trabajar en la provincia?
—Me gustaría quedarme, pero no es mi prioridad. Sé que las posibilidades laborales son limitadas en Jaén. Tengo el cuerpo hecho a irme.
—¿Quieres añadir algún mensaje más?
—Todo el mundo puede ayudar, no hace faltar saber mucho ni tener muchas ideas ni ser muy listo para ayudar. Todo el mundo vale. Hace falta cualquier ayuda.
—¿Estás en algún partido político?
—No.
—¿Te gustaría?
—Quizá en un futuro.
Fotografías y vídeo: Esperanza Calzado.
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