Cinco empresarios linarenses se quedan con el Polvorín de Vadollano

La empresa linarense Proyectos e Inversiones Dagasa se adjudica la compra del espacio y lo pone a disposición de las administraciones

Se queda en Linares para que sea utilizado por los linarenses. El Polvorín de Vadollano ya tiene dueño. La empresa local Proyectos e Inversiones Dagada, constituida por cinco empresarios linarenses, se ha adjudicado el concurso de subasta pública. Lo ha hecho tras superar un proceso en el que han concurrido quince ofertas presentadas por empresas nacionales, muchas de ellas con domicilio social fuera de Linares, tal y como informan los propios adjudicatarios. 

Fue en noviembre del año pasado cuando el Ministerio Defensa sacó a subasta el antiguo espacio por un precio de 220.650,52 euros. Con una superficie de 894.759 metros cuadrados, lleva años abandonado. Algunos vecinos de la Ciudad de las Minas dieron un paso adelante e iniciaron una campaña de crowdfunding para adquirirlo. El propio Ayuntamiento de Linares mostró su interés. 

Con la formalización de la compra, la empresa ha comenzado a estudiar la implantación y el desarrollo de diversos proyectos que beneficiarán a la ciudad y su comarca. Fue este el objetivo con el que los empresarios empezaron a  trabajar hace más de un año, realizando diversas gestiones ante el Ministerio de Defensa. 

No obstante, dejan una posibilidad sobre la mesa. "De existir interés por parte de las Administraciones Públicas, Ayuntamiento, Diputación, Gobierno Andaluz o Gobierno estatal, esta empresa muestra su voluntad de poner a disposición el Polvorín de Vadollano para sus usos y servicios mediante la articulación de cualquier sistema de colaboración que se considere oportuno, se puedan desarrollar conjuntamente en el mismo actividades o proyectos que redunden en beneficio de la ciudad y contribuyan a llevar a esta bella ciudad donde siempre ha estado y merecido", ofrecen.

Cabe recordar que el inmueble está situado a unos 7 kilómetros del noroeste del centro urbano de Linares, se encuentra a 1 kilómetro de la estación de ferrocarril de Vadollano. Es un terreno rústico en el que, para su anterior uso, se construyó una red de viales y dependencias propias de un polvorín, con dos fincas. La superficie total del recinto es de casi 900.000 metros cuadrados.

Fue cerrado en 2012 y más de 200 familias tuvieron que abandonar Linares, además de los empleos indirectos perdidos por el fin de la actividad. Vadollano presenta un rico entorno medioambiental, ubicado en Sierra Morena, con bosques de alto valor ecológico y zonas protegidas.