Jamilena 'resucita' su antiguo patrimonio fotográfico

Una iniciativa de la Asociación Cultural y de Estudios Jamilenudos recupera los colores originales de imágenes del municipio datadas a mediados del siglo XX 

Se pondrá el tiempo amarillo / sobre mi fotografía, sentenció Miguel Hernández en los versos últimos de su poema Un carnívoro cuchillo. En devolverle su color original a ese amarillo y al evocador blanco y negro que acentúa con su poesía los lugares que permanecen inalterables o los paisajes que no son casi ni sombra de lo que fueron, trabaja la Asociación Cultural y de Estudios Jamilenudos (Ascuesja) desde hace unas semanas. 

El colectivo atesora en sus archivos testimonios gráficos del pasado local que si hasta ahora han admirado a quienes los han visto, sorprenden mucho más al natural, realzados con la paleta cromática que, hasta hoy, la tecnología no había permitido recuperar.

En eso anda esta activa asociación que vela por todo aquello que conforma el acervo cultural, sentimental, patrimonial e histórico del pueblo; en esta línea, recopila viejas imágenes que, una vez en su poder, escanea y 'resucita': "El proyecto nace porque encontramos en un programa de genealogía [My Heritage] una aplicación que digitaliza fotos antiguas; cuando vemos esa sociedad de antes, la imaginamos en blanco y negro, y vimos la posibilidad de darle un poco de color", aclara José Carlos Gutiérrez, presidente del colectivo y cronista oficial de Jamilena.

Siguiendo la estela de los documentales que causan furor en la pequeña pantalla y que muestran la realidad de los grandes conflictos mundiales (o la mismísima dictadura franquista) tal cual la vieron muchos ojos, estos enamorados de su patria chica no lo han dudado.

"Dijimos: vamos a empezar por poco y a ver si tiene aceptación; luego, ya nos meteremos en más fondos, cuando veamos cómo queda", apostilla Gutiérrez. Y el resultado, a la vista está. Fotos sobrecogedoras que si en unos casos certifican la invariabilidad de lo que muestran, en otros dan noticia de cuánto han cambiado algunas cosas en el pueblo: "Una en la que se ve muy bien el cambio en el paisaje es la del cementerio; se ve lo que nosotros llamamos la sierra la Grana, donde está la cantera, que por entonces no estaba, ese bocado no lo tenía. Es curiosa, y verla en color, con la hierba verde y demás, supone un cambio muy grande. Nos ha soprendido precisamente", confiesa el cronista jamilenudo. 

No están solos en su tarea, no, que han encontrado eco en otra entidad, el Centro de Estudios del Valle de Otíñar, interesada en devolverle su aspecto real a lo que retratan las instantáneas tomadas al lugar de Santa Cristina a mediados de la pasada centuria.

"Una vez coloreadas todas (llevan alrededor de una decena al día de hoy), nos plantearemos si subirlas a las redes o realizar una especie de catálogo, para que la gente las conozca", concluye José Carlos Gutiérrez.