Javier Aldarias: "Se están cargando la cultura"
El joven artista baezano lleva sus obras a Londres, Holanda, México o Cracovia y prepara un nuevo salto internacional
En Baeza creció uno de los artistas que están llamados a tener un futuro prometedor. Javier Aldarias comenzó sus andadura por el arte urbano en 2009. Sus dibujos empezaron a ilustrar los muros de la ciudad Patrimonio de la Humanidad hasta que se marchó a Cuenca, donde se forma. Graffiti, óleo, acrílico, grabado, la serigrafía y la escultura. Nada se le resiste a este baezano que, a pesar de su juventud, ya ha mostrado su obra en Madrid, Barcelona, Londres, Holanda, México y Cracovia, entre otras ciudades.
Como muchos jiennenses dentro del mundo del arte, lamenta que su trabajo y el de sus compañeros se valore más fuera de España que dentro. Sin embargo es de ideas claras y sabe que con tesón, determinación y esfuerzo puede labrarse un futuro en el complicado mundo de la cultura.
—¿Cómo y cuándo nace tu pasión por los grafitis?
—De pequeño, caminando por los paseos marítimos cuando estaba de vacaciones con mis padres, veía a gente pintar los típicos paisajes de puestas de sol, palmeras y demás. A partir de ahí, mis padres me compraron unos sprays y papeles para comenzar a hacer algo parecido. Poco a poco fui viendo a la gente pintar paredes y asistía a eventos. Dio la casualidad de que en los concursos de grafitis y festivales que se hacían en Baeza o alrededores iba Belin. Teníamos amigos en común y a partir de ahí comencé a seguir su trayectoria y su arte, y decidí lanzarme al muro yo también.
—Sin embargo, trabajas mucho el grabado calcográfico. ¿Con cuál te defines más?
—La verdad es que toco casi todas las variantes, pero suelo utilizar las que tienen un proceso más rápido, como son la serigrafía, la punta seca, litoffset, fotopolímero y plancha perdida. También depende de la obra que realice, del tamaño y detalle que quiero que tenga, o los colores.
—Tu trabajo ha sido expuesto en varios lugares, ¿cuáles han tenido mayor repercusión y de cuáles estás más orgulloso?
—En las grandes ciudades o espacios de exposición más grandes siempre tienen más repercusión o depende de la importancia del lugar donde son expuestas mis obras. Por lo general siempre estoy orgulloso de los sitios donde muestro mi trabajo. Me alegra poder exponer y no parar, ojalá no se acabe nunca (se ríe).
—Tus exposiciones han servido para hacer un trabajo interactivo con alumnos, como en el caso de Retales. ¿Es enriquecedor este tipo de actividades? ¿Qué les recomendarías a los que quieren seguir en tu camino?
—En ese caso, no tenía una línea centrada en mi obra pero sí pude mostrar diferentes técnicas a los alumnos del centro. Pienso que todo lo que se aprenda nuevo o guste es enriquecedor para la persona, se deberían hacer más. Les recomendaría que no se rindiesen, que siempre va a haber gente que critique, que te desanime, que te infravalore o te rechace. En mi caso, desde que estoy en la universidad los mismos profesores me han desilusionado. Desde uno de pintura que rechazó los cuadros que había pintado en su clase y que luego expuse en una galería, hasta, no hace mucho, una profesora que me decía que no servía como artista. Me dijo que dejase la carrera, que si me gustaba pintar me metiera a ilustración, que no sabía cómo había llegado al final de la carrera. Por eso les digo que luchen por lo que desean sin rendirse, en algún momento llegará lo bueno y deseado. No hay recompensa sin esfuerzo.
—¿De dónde viene tu inspiración? ¿Cuáles son tus artistas 'modelos' a seguir?
—Siempre me ha atraído la cultura pop. En la última línea de pintura y escultura que estoy investigando me influyen Marcel Duchamp, David Hockney, Jeff Koons o Gian Lorenzo Bernini, entre otros. Tengo una larga lista de artistas modelos, desde los nombrados anteriormente, hasta los más clásicos de la pintura como Rembrandt, Caravaggio o Monet. Pasando por los 80 a Roy Lichtenstein, Warhol, Saura, Feito, Chillida, Oteiza, Genoves, hasta lo más actual como Belin, Ydañez, Casas o Scheroff, los cuales son de la provincia de Jaén. También Samuel Salcedo, Okuda, Aryz, Fabelo... y una larga lista que podría dar para otra entrevista.
—¿Qué proyectos de futuro tienes en mente?
—Preparamos unos proyectos para unas ferias importantes y en una de ellas cruzaremos el charco. Pero no se puede concretar todavía. Con la galería Silves Arte Contemporáneo, que es mi galería madre en este mundo y la que empezó apostando por mi obra, estamos preparando este trabajo. También ultimo muestras en conjunto con Miguel Scheroff para seguir moviendo nuestra última exposición. Preparamos, además, unos proyectos que llevaremos al mural para intentar dar movimiento artístico a mi ciudad.
—¿Es complicado ser profeta en tu tierra? Expones en Londres, Holanda o México. ¿Es más fácil el reconocimiento fuera?
—Siempre es complicado. Simplemente hay que mirar en nuestra propia provincia cómo muchos artistas han comenzado a ser súper reconocidos y al principio en su propio pueblo no se les ha dado apoyo y ahora sí les buscan. Sin irnos lejos, en Linares la obra de Belin que pintó por su propia voluntad y de su bolsillo en las paredes se está destruyendo. El problema es que nos estamos cargando la cultura en general o, mejor dicho, se la están cargando. Fuera de España se nos aprecia mucho. Hay que tener en cuenta que el movimiento artístico que hubo en España en la época de Picasso fue enorme y se nos valora mucho fuera por eso. En cambio aquí se valora más la tauromaquia y se premia a un torero con la medalla a las "bellas artes". Es algo muy triste.
—¿Es posible vivir del arte?
—Es difícil y más en los tiempos que corren. Hay que tener mucha suerte, aunque hay artistas que sobreviven de ello. Tiempo al tiempo. Todo es esfuerzo y sudor.
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