El sacrificado gesto de amor de una pareja hacia su perro
Claudia Andrea y Estanislao, propietarios de Jerry, han preferido buscarle al bóxer una nueva familia al no poder atenderlo, por motivos de salud
En su Oda al perro, Pablo Neruda unas palabras que describen con exactitud de retrato hiperrealista lo que parece pasar por la cabeza de Jerry: "Sus ojos / son dos preguntas húmedas, dos llamas / líquidas que me interrogan...".
Así mira este bóxer que actualmente vive a cuerpo de rey en Sabiote, donde el matrimonio formado por Estanislao Henares y Claudia Andrea Ramírez ha disfrutado de la fidelidad y la compaña de este gallardo can con siete otoños de vida; tanto lo quieren que no se separarían de él si no fuese porque, haciéndolo, le garantizarían una vida mejor.
Y precisamente en esa situación se encuentran, obligados a alejarse de una mascota que es puro nervio, todo alegría, celebración constante: "Es muy bueno y obediente, convive con un gato y un guacamayo sin problemas, pero necesita salir, tiene la sangre joven, como yo digo", explica Henares.
¿Cómo llegó este ejemplar a manos de la pareja? ¿Y qué los ha empuja a tener que despedirse de él? "Tuvimos anteriormente un pastor alemán, hasta que murió con diez años; siempre estuvo con nosotros y fue muy duro perderlo", comenta Estanislao, y prosigue:
"Al morir el pastor alemán, como mi mujer y yo lo pasamos muy mal, el jefe de la Policía Loca de Sabiote, con el que tenemos buena amistad, sabía de una familia que no podía tener a Jerry por un problema de salud, nos lo ofreció y dijimos que nos lo trajera".
Fue llegar a casa, hace tres meses, y conquistarlos: "El perro está en casa como un marajajá, es mi guardián, mis pies y mis manos; mientras mi mujer está trabajando, muchas horas del día, yo estoy solo y él me acompaña".
Con esta información, conocer el motivo de la separación obligada es urgente, el lector tiene que estar en ascuas... "Padezco una discapacidad física grande, y hace un mes y medio me dio un brote, estoy siempre de médicos, de hospitales, y el animal se tiene que quedar solo", aclara, y añade:
"Mi distracción era sacarlo, pero eso ya no puedo hacerlo, el brote me afecta a las piernas y el brazo derecho y mi mujer trabaja muchas horas del día, así que he pasado una semana de compromisos, pidiendo a amigos y conocidos que saquen al perro".
Doloroso, vaya que sí, pero noble por parte del matrimonio, que acaba de encontrarle "una familia que lo cuide bien": "No quiero desprenderme de él para que esté en malas condiciones, aunque eso me cueste seguir como estamos ahora mismo".
Un sacrificado gesto de amor de Claudia Andrea y Estanislao hacia Jerry, que deja atrás su casa de los últimos meses para empezar una nueva vida en manos de otros propietarios: aquello de "te dejo porque te amo", o lo que es lo mismo, un amor saludable.
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