Joseba Aguado, en la cuerda floja
La bochornosa derrota ante el Motril deja al técnico granadino al borde de la destitución y al presidente del Linares muy tocado con vistas al futuro
Joseba Aguado puede estar viviendo sus últimas horas como entrenador del Linares. La bochornosa derrota ante el Motril CF (1-2), segunda consecutiva, ha sido la gota que ha colmado la paciencia de la sufrida afición azulilla que ayer pagó los platos rotos con el entrenador granadino y con el presidente del club, Jesús Medina, quien atraviesa su enésima crisis desde que accedió al cargo. El Linares es un equipo sin alma, desorientado, carente de criterio e incapaz de doblegar a equipos de su mismo nivel. Pocos, por no decir nadie, confían ya en Joseba Aguado, un técnico al que le viene muy grande la responsabilidad de dirigir una entidad con la historia y el peso social del Linares. Los datos son incuestionables: el equipo es undécimo, con 23 puntos, a cuatro de la promoción de ascenso y a trece del líder, algo inaudito para una plantilla estructurada para competir con los mejores.
Además, los azulillos se han visto superados en todos los enfrentamientos directos con los primeros clasificados, a excepción del Vélez. Han perdido contra el Atlético Malagueño, el Motril, el Real Jaén, el Antequera, El Palo y ha sido humillado por el Guadix. Así las cosas, la junta directiva decidirá esta noche si da un voto más de confianza a Joseba Aguado -algo que no entendería ningún aficionado- o, por el contrario, opta por su destitución para encomendar el timón del equipo a otro técnico, capaz de sacar el máximo redinmiento a una de las plantillas más caras del Grupo IX de Tercera División.
JUSTIFICACIONES
Joseba Aguado volvió a justificar la derrota ante el Motril -que jugó los últimos minutos del partido con un hombre menos- por las lesiones que acumula el plantel. Un argumento que no convence a nadie, puesto que -se supone- que tiene materia prima suficiente para hacer frente a ellas.
Pero no solo se la juega el entrenador granadino, sino que también lo hace Jesús Medina, cuyo proyecto navega hacia la deriva, puesto que no cumple, de momento, ninguno de los compromisos adquiridos al principio de temporada, salvo el económico. Los socios comienzan a cansarse de los devaneos de un presidente que no está dando la talla en los momentos más delicados.
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