“Hay jóvenes maltratadas que no saben que son sumisas”
Su nombre es Mercedes Espinosa Bolivar (Jaén, 1975). Acaba de empezar unas prácticas en una gran superficie. Es madre, tiene 42 años y sabe lo que es emplear el tiempo en buscar ayudas. Ayudar es precisamente lo que más le gusta. Por ello ingresó en la Asociación Entorno Mujer. Hoy asesora a mujeres que lo pasan mal y que incluso son víctimas de violencia machista. Espinosa nos atiende en la Plaza de Santa María. Su hija la escucha con atención: no sabe por qué mamá lleva hoy un pequeño micrófono y responde tantas preguntas.
—¿En qué consiste el proyecto de inserción laboral del Ayuntamiento en el que está participando?
—Me enteré a través de la asociación Entorno Mujer. Había una serie de cursos destinados para la inserción laboral de las mujeres. Hice la solicitud, y estoy en ello desde enero. Trabajo en una gran superficie. Ahora, en la caja, pero también probaré otros puestos.
—¿Cuánto tiempo llevaba desempleada?
—Yo he sido parada de larga de duración. No tenía trabajo desde 2014. Y me llamaron, tras casi dos décadas, este año para una bolsa municipal. Estuve un mes, en mayo.
—Está ahora en prácticas. ¿Qué tal ha sido la parte anterior?
—Primero hicimos un curso en el que nos hacían preguntas personales a la manera de una ficha escolar. Lo último que hemos hecho es la primera etapa para ser cajera, porque hay que realizar diferentes etapas. También he completado el curso de carné de manipulador de alimentos de alto riesgo.
—¿Y cómo le van las prácticas?
—Llevo desde el lunes, y la cosa va muy rápida para enterarme de todo en cinco días. Pero la verdad es que bien.
—¿Es su primera vez en este tipo de trabajo?
—Sí, en un supermercado, sí. Aunque más joven, con 16 años, también trabajé en la atención al público como dependienta.
—¿Ve opciones de consolidarse como empleada?
—Nunca pierdo la esperanza, porque soy una persona muy optimista. Pero, claro, el mercado para las personas mayores de 40 años está complicado, tanto para el hombre como para la mujer.
REDUCTOS DE MACHISMO EN EL TRABAJO
—Justo le iba a preguntar por eso: ¿es más difícil para la mujer parada encontrar trabajo que para el varón sin empleo?
—Más o menos, conforme está la cosa, igual. Diría que nos damos la mano hombres y mujeres en este aspecto.
—¿Cree que la administración debe intervenir con ayudas para paliar, si las hay, diferencias de género?
—Sí, claro, pero tanto a las mujeres como a los hombres de más de 40 años. Hay personas que hasta caen en depresión porque se piensan que ya no pueden hacer nada por sus familias. Y tradicionalmente quien lleva la casa hacia adelante es el hombre. Aunque hoy ya es tanto él como la mujer.
—El paro juvenil suele ser centro de debate público. ¿Se habla menos de los parados de larga duración con más de 45 años?
—Creo que no se habla lo suficiente, dada la gravedad. Es cierto que existen ayudas, pero no basta.
—¿Conoce muchos casos?
—A nuestra asociación viene gente cada instante para que la asesoremos y así intentar remontar. Hay personas que desconocen asuntos como las ayudas y las opciones de empleo.
—¿Hay aún machismo en el mundo laboral jiennense?
—Sí, yo me lo he encontrado. A veces no he sido valorada como mujer en el trabajo que he desempeñado.
—¿Tiene solución?
—Creo que sí. Y lo mismo que hay un curso de riesgos laborales debería haber otro de feminismo.
—En su caso, ¿el machismo lo perpetró alguien joven?
—No, fue alguien mayor que yo. Me acosó.
“SIEMPRE ME HA GUSTADO AYUDAR AL PRÓJIMO”
—¿Por qué se animó a entrar en ‘Entorno Mujer’?
—Tanto mi pareja como yo estábamos sin empleo y debíamos mantener a mi hija. Además, siempre me ha gustado ayudar al próximo, sin ánimo de lucro.
—¿Cómo ha vivido desde 2014 hasta mayo de este año sin empleo?
—Buscando. Lo mismo iba al Imefe que a la bolsa de empleo de Martos. No he parado de echar solicitudes y currículos. Ha habido veces en que he entregado el CV y lo han tirado a la basura en el día. En un establecimiento hasta lo vi con mis ojos.
—¿Su familia la ha ayudado a pasar ese momento?
—Mi madre y mi suegro han estado con nosotros.
—¿Cuánto tiempo lleva en ‘Entorno Mujer’?
—Desde el año 2011.
—¿Qué ha aprendido como secretaria de la asociación?
—De todo un poco. A mí me asesoró Jéssica Macías, que es la presidenta. Cuando yo entré, como decía, no tenía ingresos. Y mi hija nació en 2008.
—¿Hay muchas mujeres indefensas en la capital?
—Sí, vienen casos de mujeres que no se desahogan con sus familias y vienen a nosotros para ver cómo podemos ayudarlas. Son sumisas totales.
—Ustedes ofrecen información, sobre todo.
—Claro, les asesoramos en lo que necesitan y no tenemos problema en acompañarlas a las instituciones a las que deban acudir para cualquier petición.
—¿Le gustaría seguir en el ámbito de las asociaciones?
—Sí, ayudar al prójimo me gusta y me siento con ganas. A ver si podemos seguir con nuestra actividad y tener por fin una sede. No tenemos techo propio.
—Supongo que se sentirá identificada con algunas de las mujeres a las que ayuda.
—Es así, aunque yo ahora estoy muy feliz junto a mi pareja. Da pena que hay gente sumisa total. Antes, las mujeres aguantaban porque estaban con alguien mayor. Pero hoy por hoy hay personas jóvenes que aguantan como entonces. Ni saben que son sumisas. Y encima se autoinculpan.
—¿Y por qué aguantan? ¿Usted se lo explica?
—Me pongo a pensar y no lo sé. Es cierto que hay casos y casos.
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