"Llevo tiempo pidiendo la oportunidad de tener más responsabilidades en el PSOE"
Juan Ángel Pérez (Alcalá la Real, 1970) es líder y cabeza visible del PSOE alcalaíno, pues así lo decidió la militancia en la asamblea para elegir al secretario general del partido. A diferencia de en 2013, cuando los afiliados se decantaron por Carlos Hinojosa para sustituir a Elena Víboras en la Alcaldía, ahora Pérez sí ha obtenido, de nuevo en el cuerpo a cuerpo frente a Hinojosa, el respaldo de los suyos en un contexto completamente diferente: el PSOE está por primera vez en la historia democrática del municipio en la oposición tras el pacto de Gobierno entre el PP y Ciudadanos.
Pérez subraya que la experiencia durante cuatro años como diputado de Cultura y Deportes le sirvió para conocer mejor la provincia después de dos décadas como edil. No obstante, siempre tuvo claro que quería volver al municipalismo, que en su caso es lo mismo que volver a Alcalá la Real. El reto, reconoce, está en marcha y es uno de los más apasionantes a sus 50 años de residencia en la tierra.
—¿Qué le ha llevado a presentarse como secretario general del partido?
—Ha sido un cúmulo de circunstancias. Soy un hombre muy de partido. Creo que la gente conoce poco esa faceta de mí. No sé si decir de 'aparato', porque no me gusta la palabra, pero sí soy una persona muy de partido. Llevo tiempo pidiendo tener la oportunidad de tener más responsabilidades, y la dimisión de Carlos Hinojosa como secretario general volvió a abrir esa puerta. Nunca había disputado la secretaría general antes; sí el relevo en la Alcaldía tras la marcha de Elena Víboras. Creí que ahora había una oportunidad. Y uno se presenta porque piensa que tiene algo que aportar. Tengo ganas, muchas ganas, de hacer cosas por Alcalá la Real.
—En 2013 perdió por siete votos y en 2020 gana por 21. Usted siempre ha tenido apoyo en su partido. Incluso recuerdo que un dirigente histórico del PSOE me confesó en 2013 que lo había votado a usted.
—Yo siempre he sentido el cariño de mis compañeros, incluso de las personas que me dijeron con claridad que no me votaban porque creían que aquel momento no era el mío. En eso tengo una suerte inmensa. Creo que no ha habido nadie con el que yo haya tenido un problema, y es difícil dado que siempre hay roces.
—¿Cuáles serán las líneas de ese nuevo impulso que quiere dar?
—En ello estoy. Quiero hacer un borrador de la hoja de ruta que debo discutir con mi ejecutiva y también con el grupo de concejales. Hay dos temas importantes. Por un lado, el PSOE en las elecciones del año 2019 se presentó con un programa ambicioso que debemos cumplir. Y desde el punto de vista del partido, yo marqué en la asamblea por donde quería que fueran los derroteros de la nueva etapa. He planteado que la sede del partido sea otra vez la casa de todos. A las redes sociales hay que darles una vuelta de tuerca más, porque a mi juicio son bastantes mejorables. Hay otro asunto que me preocupa: nuestra implicación en el tejido social. Vamos a empezar las reuniones con asociaciones y con algunos comités de empresas. Las fuerzas vivas de Alcalá ya me han dicho que quieren hablar con nosotros. Vamos a ser cercanos.
Hay otra pata importante en mi proyecto, que es defender el legado socialista. La memoria es bastante frágil y en algunas cuestiones —me refiero a tema de ponerse medallas— puede haber confusión. Tengo claro que 40 años de gobierno del PSOE en Alcalá han hecho que esta ciudad sea distinta. Es algo que reconoce todo el mundo. Cuando vienen aquí siempre dicen: "Qué bien está la ciudad". Lo dicen personas de diferentes partidos. Dicho esto, un municipio siempre se puede mejorar. Queremos recordar cosas que se hicieron con el PSOE y vamos a hacer una campaña para ello.
"NO ME HA SORPRENDIDO QUE HINOJOSA HAYA PRESENTADO LA DIMISIÓN COMO CONCEJAL"
—Los mensajes de apoyo han sido una constante tras la asamblea. Tanto cariño es también una responsabilidad, ¿no?
—Sí. Cuando hablo con la gente, y se lo digo también a usted, rezo por estar a la altura. Tengo madurez personal y política, pero estas cosas de manera aislada no sirven. Tengo que hacer un cóctel potente con todos los ingredientes que hay. Tanto cariño implica más responsabilidad y también muchos ánimos. Me siento un privilegiado. Ayer —por el jueves— estuvimos en la presentación del programa de la patrona, la Virgen de las Mercedes. Fue la primera vez que salí a la calle después de un largo tiempo y me sorprendió el cariño de la gente. Incluso había quien pensaba que ya iba a ser el alcalde, y le expliqué que para eso aún falta. Tengo cosas malas, pero hay una positiva de la que me enorgullezco: se me identifica mucho con Alcalá, incluso en los cuatro años de diputado, siempre tuve a Alcalá en la boca. La gente que me conoce sabe que mi horizonte y mi meta es Alcalá la Real. No me interesa nada más. Eso es lo que la gente ve en mí. Noto ese cariño, aunque está claro que también tengo enemigos y hay gente a la que le caigo mal.
—Carlos Hinojosa y Cecilia Alameda han presentado la dimisión como concejales. ¿Le sorprende la decisión?
—No me ha sorprendido, porque es cierto que Hinojosa ya lo había anunciado a nivel interno en las asambleas del partido. Tuve la oportunidad de hablar con él esta semana y me gustó mucho la conversación que mantuvimos. Fue muy constructiva, con muy buen tono y afán colaborativo.
—¿Cómo debe ser la oposición del PSOE a partir de ahora?
—Nuestra oposición debe seguir igual, más allá de las maneras en que se digan las cosas, porque es algo muy subjetivo y cada cual tiene sus maneras. Será una oposición de apoyo al Gobierno local en temas y puntos de interés para Alcalá, que es lo primero. Y la ciudad está por encima de todo, incluidos los intereses de mi partido. En aquellos asuntos de interés general el PP y Ciudadanos tendrán nuestro apoyo. Si podemos mejorar algo con nuestras propuestas, se mejorarán. Y en aquellos otros asuntos en los que detectemos mermas, seremos implacables. Seremos constructivos, pero la gente —y el propio equipo de Gobierno— debe entender que somos oposición. El PP y Ciudadanos tienen que gobernar.
—¿Qué puede aprovechar en esta nueva etapa política de su pasado como diputado?
—Lo voy a aprovechar absolutamente todo. Ha sido una de las etapas más constructivas y felices de mi vida. También una de las más laboriosas. Ha sido fascinante. He salido de mi pueblo. Y lo subrayo por lo que decía antes de mi obsesión con Alcalá. Me vino muy bien un cambio de aires y fue positivo recorrer la provincia. Muy poca gente me conocía de fuera, de la misma forma que yo tampoco conocía a tanta gente. Ha sido una etapa extraordinaria en el apartado de las relaciones. Guardo grandes amigos tanto en la política como en la vida civil. Aún me sorprende que haya alcaldes y alcaldesas que me sigan felicitando cuando llega mi aniversario, por ejemplo. Y hay personas de la cultura y del deporte que todavía me piden opinión.
La Diputación es una auténtica universidad. Cambian las relaciones con el resto de partidos políticos. La forma de trabajar es diferente a la que yo conocía en mi ayuntamiento y eso ha sido muy enriquecedor. Las ruedas de prensa me han dado mucha soltura. Sin duda, enfrentarse al área de Cultura te abre todos los sentidos.
—Está usted felizmente recuperado del virus. ¿Qué mensaje traslada a la ciudadanía sobre la epidemia?
—El Covid-19 existe y es obvio, aunque a veces creamos que es un enemigo invisible. No sabemos qué textura tiene ni de qué color es, pero existe. Y está en más ámbitos de nuestra vida de los que creemos. Siempre digo que no hay que tener miedo a la vida, al hecho de salir y de tomar una cerveza. Sólo debemos ser respetuosos y seguir las normas de las tres emes: manos, metros de distancia y mascarillas. Con eso la situación ya sería otra. Soy una persona muy social, y también tengo necesidad de abrazar y tocar, y hay momentos que hay que actuar de otra manera. Debemos evitar los contagios y pensar en que hay personas asintomáticas. En definitiva, hay que hacer una vida normal sin olvidar que 'el bicho' sigue existiendo. Porque si todavía no hay una terapia que cure, los problemas seguirán existiendo. Creo que es posible, como digo, vivir sin miedo y con prudencia.
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