Juan Pablo Chipe: “Daré un taller de 'collage' en Etnosur”
El artista visual, hospedado en el Asno Azul, estrenará en abril una exposición de 20 ilustraciones en tamaño postal sobre el olivar
Ya está en Ribera Baja Juan Pablo Chipe (Nogales Sonora, México, 1980), artista visual que dará un taller de collage en Etnosur gracias a su vínculo con la Fundación Inquietarte. Chipe aprovecha para empaparse del sur de Jaén antes de inaugurar una muestra de 20 ilustraciones sobre el olivar en el Asno Azul, donde ahora reside. Asegura a LaContracrónica que está feliz contemplado un sinfín de olivos.
—¿Hasta cuándo estará en Ribera Baja?
—Mi intención es quedarme hasta el último día del mes de marzo.
—Debutará en el festival alcalaíno Etnosur.
—Sí. Daré un taller de collage gracias a la Fundación Inquietarte. El collage es una forma de pintar que solo usa recortes. Está compuesto de varios elementos que, al ensamblarlo, forma algún objeto y transmite ideas. Hay muchos tipos de collages. En arte plástica se trabaja con revistas, periódicos viejos y papel pintada.
–Usted es mexicano. ¿Cómo se da la posibilidad de visitar el sur de Jaén?
–Conozco a Jesús Pozo, presidente de ‘Inquietarte’. Él, que es un promotor nato, me recomendó que aquí podría trabajar los temas principales de la zona, como la Fortaleza de La Mota y el olivar. Serán los motivos de los ejercicios que haremos en el taller.
—¿Cómo serán las sesiones?
—Están previstas para unas 30 personas. Lo ideal es que sea en horario de luz, y durará dos horas. Aún no sé qué espacio tendré exactamente. Mañana voy a ir Alcalá la Real para informarme. La dinámica del taller precisa un sitio cerrado.
ESTRENO EN LA PROVINCIA, CON EL ASNO AZUL
—¿Qué tal Jaén?
—Muy bien. Me ha gustado. Es la primera vez que vengo, aunque llevo trece años viviendo en España. Ahora resido en Madrid. Suelo viajar a Málaga por trabajo. Quiero ir a Sevilla, y hace poco estuve en Granada. Jaén me ha dado muy buena sensación. La gente es alegre.
—El Asno Azul suma artistas. ¿Qué opina del proyecto?
—Tiene un gran atractivo por el hecho de estar en un pueblito pequeño. Ya estuve en residencias de ciudades como Málaga y Barcelona, y es distinto: uno no llega a desconectar. Aquí, en Ribera Baja, es un retiro. No hay ruido, y tienes el paisaje: los olivos no tienen fin; también ves almendros. La idea de El Asno Azul me gusta. Todo está nuevo ahora. Quiero invitar a dos amigas artistas, una de Canadá y otra de mi país. Ojalá vengan.
—Hay un proyecto a la vista en el alojamiento.
—Sí. En abril expondré una serie de 20 ilustraciones tamaño postal con el olivar como tema. Estará disponible pronto.
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