Juan Viedma Medina, un pregonero de excepción para Bedmar

El municipio honra a su ilustre hijo (decano de los canónigos de la Catedral) al elegirlo para exaltar las fiestas de la Virgen de Cuadros, de la que es gran devoto
"Ser pregonero en mi pueblo es un gran honor para mí, y además ha sido por unaminidad del Ayuntamiento, de todos; la gente de mi pueblo me quiere mucho, y yo a ellos. Al principio, cuando me habló el alcalde de esto, le dije que estaba agradecido, pero que no me veía. Le pedí un día o dos para pensarlo, pero me insistieron tanto que no pude negarme. '¡Todo el pueblo quiere que tú seas pregonero!', así que dije que sí.
Con estas palabras celebra Juan Viedma Medina (Bedmar, 1943) su reciente elección para proclamar y exaltar la Feria y Fiestas de la Virgen de Cuadros 2025. Una cita que llegará el próximo 24 de septiembre en la plaza del pueblo y que, según expresa a Lacontradejaén, lo tiene encantado: "Me hace mucha ilusión, muchísima".
Unas ganas (confiesa) que conviven con el hermoso riesgo de que el corazón le estalle en los labios en cuanto empiece a hablar. ¿No se lee en el libro de los Proverbios que así como en el agua se refleja el rostro, también en el corazón se refleja el hombre? Pue eso.
Y es que, pese a los años de oficio en el púlpito dirigiéndose a sus feligreses, los recuerdos y las vivencias bedmareñas pueden hacer de las suyas: "Estoy acostumbrado a hablar en público, sí, pero esto supone más dificultad; tengo una memoria enorme, pero me entra la emoción y me pierdo", comenta.
Capellán honorífico del santuario de la patrona (título histórico que reivindicó ante el obispo Ramón del Hoyo y que logró rehabilitar), hijo ilustre del pueblo, recordado profesor en un buen número de centros de enseñanza de la provincia, formador de seminaristas, canónigo cantor de la Catedral de Jaén... Una dignidad esta, la de la canonjía jiennense, que lleva a gala como "decano" emérito del templo mayor de la diócesis:
"Entré por oposición en el 75 de canonigo, la convocatoria se publicó en todas las catedrales de la Península y las islas; y ya llevo cincuenta años, soy el más antiguo pero no el más viejo". Una efeméride a la que su nombramiento como pregonero de Bedmar llega como un auténtico regalo.
UNA VIDA AL SERVICIO DE LA IGLESIA
La trayectoria pastoral de Juan Viedma Medina es larga, muy larga, y aunque lo ha llevado de acá para allá, siempre ha tenido en su patria chica su inmarcesible punto de regreso: "Nunca he perdido el contacto con Bedmar, no; lo saben mis compañeros sacerdotes, que se iban de viaje a excursiones durante la época de seminaristas, y yo siempre a Bedmar", explica.
Y es que "hablar de Bedmar" (apostilla) es hacerlo de sus raíces más hondas: "Mi familia tenía un horno al lado del Ayuntamiento; estaré dando el pregón y cuando vuelva la cara estaré viendo la casa donde nací; por el oficio de mis padres de panaderos, que tenían el mejor horno de Bedmar, han sido muy queridos, muy trabajadores y se han relacionado mucho".
No llegó a ser panadero antes que fraile, por aquello de la edad (ingresó en el Seminario de Jaén con tan solo diez años de existencia), pero sí que sus manos supieron el tacto que años después, una vez ordenado, sus manos sostendrían cotidianamente transubstanciado en carne nazarena.
Además su vocación le tiraba tanto que desde muy pronto se entregó al estudio, en una suerte de entrega infantil a ese destino suyo que, con palabras del poeta Schiller, le brillaba en sus adentros desde el mismo instante en que vio la luz primera.
"Me gustaba mucho estudiar, preparar las asignaturas del año siguiente. Don Antonio Rodríguez, el párroco, en cuanto yo llegaba al pueblo me encargaba de las clases de los monaguillos, que había un grupo enorme, con vistas a que entraran en el Seminario. Fomentábamos la vocación entre los niños", celebra, y se regodea sanamente:
"Llegamos a tener en el Seminario de Jaén la friolera de veintitantos seminaristas; en proporción y sin proporción, es Bedmar el pueblo que más seminaristas ha tenido en Jaén. Por eso el obispo don Félix Romero Mengíbar le concedió al pueblo tener órdenes sagradas, como premio al número de vocaciones que había".
De allí salió Viedma Medina para cumplir su misión en Baeza, en diferentes parroquias de Jaén y provincia (Las Infantas, Fuerte del Rey —donde llegaron a pedir al Ayuntamiento una plaza con su nombre—, la capital...). Y en un sinnúmero de institutos y colegios donde dio rienda suelta a su otra vocación reconocida, la docencia: Maristas, Teresianas, Divino Maestro, Santa María de los Apóstoles, Jabalcuz...
Seguro que muchos de quienes lo quieren, en su pueblo y más allá de esas entrañables fronteras, lo arroparán la tarde noche del 24, cuando la emoción y la razón le hagan firmar un discurso digno de un pregonero de excepción: de un patriota de Bedmar: "Lo llevo siempre en los labios", concluye.
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