Pedro Sola, un trabajador que se va "por la puerta grande"

Tras casi treinta y cinco años como empleado del horno cazorleño de José Antonio García Franco, el recién jubilado deja el mejor de los recuerdos en la empresa

"No sé si yo he sido el jefe perfecto, ni si él ha sido el trabajador perfecto, pero lo que sí sé es que hemos sido capaces de caminar juntos durante más de tres décadas. Con respeto, con compromiso, con esfuerzo. Y eso, en los tiempos que corren, vale más que mil palabras. Gracias por tu lealtad. Gracias por tu oficio. Gracias por ser parte del alma de este horno".

Con estas palabras, que hizo públicas, puso una alfombra de afecto y aprecio el empresario cazorleño José Antonio García Franco para su empleado de toda la vida Pedro Sola, quien alcanza una merecida jubilación tras treinta y cuatro años en la conocida firma panadera de su jefe, presente también en la capital de la provincia y en Úbeda.

"En estos años no se ha dado de baja nunca, bueno, solo una vez porque lo operaron de cataratas, pero a las dos semanas estaba trabajando", celebra el empresario, y apostilla: "De esos no los hay ya".

A las puertas de la jubilación el propio José Antonio, el negocio se queda sin el oficio y la experiencia de Pedro Sola, para el que García Franco ni siquiera se plantea buscar un sustituto: "Es muy difícil en estos tiempos sustituir a alguien así, la filosofía de la gente en cuanto al trabajo ha cambiado mucho". 

Y es que Pedro lo mismo hacía pan que repartía por la calle, y todo con "seriedad y formalidad", confirma su jefe hasta hace pocos días. "Siempre nos hemos respetado mucho, un respeto mutuo. Y mucho afecto, por supuesto".

Según el dueño de los hornos, "la gente lo echa de menos, pregunta por él, pero ahora ha entrado en una etapa nueva de su vida": "Tiene su familia, y un hijo y un nieto en Madrid, así que ahora podrá aprovechar para verlos más", concluye. 

Así se va Pedro Sola después de (asegura el también presidente de la Asociación de Panaderos de Jaén) "no mirar horas, las que hubiera que echar, aunque fuesen días de fiesta". Por la puerta grande.