Jueves Santo de emociones ante El Abuelo en el Camarín
La mañana deja en el santuario nazareno momentos para el recuerdo de la mano de devotos y saeteras a los pies de la imagen del Señor de Jaén
El Camarín de Jesús vivió su último Jueves Santo en plenitud en 2019. Víspera de una madrugada que la lluvia obligó a acortar, el día del amor fraterno dejó, entonces, lo que ya es tradición entre los muros carmelitanos del santuario nazareno: flores, saetas y poesía.
Tras un 2020 a puerta cerrada, la vieja iglesia conventual de San José, frente a los entrañables cantones, ha vuelto a abrir sus puertas hoy sin convocatoria oficial pero con una riada inacabable de ofrendas espontáneas que dejó claro cuánto ama Jaén a El Abuelo.
Desde el primer momento, jiennenses de la capital y la provincia han aprovechado una mañana más que buena para visitar a Jesús, que desde días atrás preside el templo junto con la Dolorosa y San Juan. Uno a uno han pasado por delante de la legendaria talla, ante la que han depositado sus peticiones, acciones de gracias y lágrimas, muchas lágrimas.
Para evitar el más mínimo riesgo de contagio, la cofradía que gobierna Ricardo Cobo ha controlado los accesos (en los que resultó inexcusable el gel hidrológico), las distancias de seguridad y el uso de mascarillas, así como ha habilitado un circuito de entrada y salida acorde con los protocolos establecidos por las autoridades sanitarias:
"Vivimos este día de una manera singular, extraña y con cierto desasosiego, desde el sentimiento cofrade, y desde el sentimiento cristiano de una manera reflexiva, interior, celebrando lo que habitualmente no celebramos por tener que preparar la procesión", ha explicado Cobo a Lacontradejaén.
Según el hermano mayor, durante las horas que ha permanecido abierta la iglesia ha sido "un fluir constante": "Nuestro Padre Jesús es el referente devocional de la Semana Santa de Jaén, y de la andaluza también; vienen a testimoniarle su cariño y su amor, es como una obligación para los jiennenses", apostilló.
FLORES, SAETAS Y POESÍA
Pese a la ausencia de convocatoria por parte de la hermandad nazarena, en ningún momento de la mañana ha faltado ante El Abuelo lo que cada Jueves Santo es ya tradición.
Así, la primera saeta se ha escuchado en voz de una de sus más fieles cantaoras, Mari Carmen Mesa, que ha desplegado su singularísima voz laína primero para el de los Descalzos y después, para la Virgen de los Dolores.
"Cuánto te pesa la cruz / que soportas cada día. / Por aliviarte, Jesús, / contigo la llevaría", versos del poeta, cronista y archivero de la cofradía, Javier Cano, redactor de este periódico.
Poco después Carmen Gersol, la primera garganta que ofrenda su saeta a Jesús cada Viernes Santo, ha puesto el vello de punta a los presentes con otra letra de Cano, estrenada para la ocasión: "Nazareno de Jaén, / que tu ejemplo me ilumine... / ¡Levántame a mí también / cuando cansado camine!", remató entre lágrimas.
El propio poeta jiennense ha recitado unos versos al Señor de Jaén, como si la mañana del Jueves Santo volviera a convertirse en esa cita anual que convierte el Camarín en epicentro del amor de las gentes del Santo Reino: "Abre esas puertas, Señor, / déjanos mirarte, Abuelo: / dos años lleva esta flor / cuidando a muerte su olor / para sembrarlo en tu pelo", recitó.
Ya en horario vespertino, el templo ha vuelto a abrir sus puertas para acoger la santa misa de la Cena del Señor, oficiada por el capellán del Camarín y de la cofradía, Antonio Aranda. Mañana viernes, informan desde la hermandad de Nuestro Padre Jesús, la iglesia acogerá los oficios de la Pasión de Cristo, a partir de las seis de la tarde.
Vídeo: Javier Cano
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