Comienza el juicio por la muerte por apuñalamiento del sacristán de Alcalá la Real
Francisco Zúñiga perdió la vida el 26 de febrero de 2021 a los pies de la Iglesia de la Consolación y el presunto autor fue detenido aquella noche
Los familiares de Francisco Zúñiga, el sacristán de Alcalá la Real que perdió la vida el 26 de febrero de 2021 tras ser apuñalado a los pies de la Iglesia de Consolación, esperan que la Justicia actúe de forma ejemplar. Mañana, lunes 4 de noviembre, comenzará el juicio en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Jaén una vez sean elegidos los miembros del jurado popular.
Está previsto que las sesiones se extiendan hasta el próximo 8 de noviembre. Los hechos conmocionaron a la población alcalaína, dado que Zúñiga era un vecino que se hacía querer, tanto por su labor en la parroquia de Santa María la Mayor, donde se produjo el ataque con arma blanca, como por el trabajo que desempeñaba en una zona azul de aparcamientos próxima al templo.
El presunto autor, de nacionalidad rumana y nacido en 1988, fue detenido la misma noche de los hechos en la calle Guardia Ávila García. Los roces entre el arrestado y Zúñiga se habían manifestado por la forma que tenía el primero de pedir limosna junto a la iglesia, provocando la inquietud de Zúñiga.
ATACADO POR LA ESPALDA
Aquella noche del 26 de febrero de 2021, el capellán recibió por sorpresa ataques con arma blanca, sin mediar palabra, cuando Zúñiga estaba cerrando la iglesia, hábito que repetía hasta en cuatro ocasiones diaras. No pudo hacer nada para defenderse.
Tampoco sirvieron los esfuerzos de los efectivos sanitarios trasladados hasta el lugar, pues Zúñiga murió poco después de las 20:20 horas. El Ayuntamiento convocó un día de luto oficial y centenares de vecinos acudieron a Consolación para presentar sus respetos y honrar a memoria del alcalaíno.
El exobispo de Jaén Amadeo Rodríguez acudió a la misa de despedida del sacristán y destacó que era "un hombre de fe" que hacía el bien a sus hermanos. "Aunque tenía una debilidad, era especial, y eso se traducía en voluntad, grandeza y servidumbre", añadió entre lágrimas en la ceremonia Jesús Zúñiga, hermano del fallecido.
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