VEINTICINCO AÑOS DE UNA MEDALLA HISTÓRICA
El Abuelo de Jaén recibió la más alta distinción que concede la capital un 21 de mayo de 1999, ante miles de personas congregadas en la Plaza de Santa María
Con más de cuatro siglos de existencia a sus espaldas y casi todas las distinciones que un jiennense puede acaparar, a más de uno le parecerá poco serio eso de conmemorar un vigesimoquinto aniversario, más todavía si la efeméride se justifica en la concesión de un reconocimiento más dentro del apabullante repertorio que atesora El Abuelo de Jaén.
Pero si las bodas de plata en cuestión y la presea recibida son las que son, eso es harina de otro costal. Sí, veinticinco tacos cumple la Medalla de Oro de la Ciudad en el pecho de Nuestro Padre Jesús, una conmemoración que su cofradía, lejos de guardársela en la intimidad de su agenda más íntima, proclama a los cuatro vientos convencida de que la ocasión lo merece.
Y es que a la imagen más querida de aquí no le faltaban, precisamente, ofrendas legendarias ni fechas marcadas que si hubiera que celebrar año tras año, faltarían fechas. Pero de ahí a pasar de puntillas estos cinco lustros que se cumplen en 2024, va un trecho largo no: lo siguiente.
Las llaves que evocan la protección del Nazareno durante la terrible epidemia de 1681; los escudos y las espigas decimonónicos en gratitud por una nueva ola de cólera o la superación de eso que, según los papeles viejos, pasó pasaba y sigue pasando, o sea: las sequías; las llaves de la ciudad, ya entrado el siglo XXI; una cruz de palosanto cargada de historia; túnicas, coronas, cordones...
Un paseo por el futuro museo de El Abuelo se prevé no apto para emociones fuertes, de tanta maravilla como la devoción secular ha procurado al patrimonio del humilde y conventual Jesús de los Descalzos. Un catálogo en el que la más alta distinción que puede conceder el Ayuntamiento jiennense brilla con luz propia.
UN ACUERDO HISTÓRICO
La concesión de este trascendental reconocimiento a la talla anónima (tan datada a finales del XVI como posible hija de la primera mitad del XVII) respondió a la solicitud que su propia cofradía elevó a la administración local a finales de la década de los noventa del pasado siglo XX.
Una petición que la hermandad del Viernes Santo se tomó muy en serio para que llegase al pleno municipal con los deberes hechos, sin flecos que pusieran en peligro su ejecución.
Subido el primer peldaño, la Corporación Municipal falló a favor y por unanimidad de los tres grupos políticos que a la sazón la componían (populares, socialistas e Izquierda Unida), como se especifica en el acta del 14 de abril de 1999, consultada por este periódico:
"Que la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno sintetiza cuatro siglos de historia de la Ciudad, representada esa historia en la veneración de muchas generaciones de giennenses a tan sagrada imagen, con su Antigua, Insigne y Real Cofradía, a través de innumerables cultos, grandiosas y emotivas procesiones, actividades sociales, caritativas y culturales, con el protagonismo unánime de la población". Vamos, que se cumplió el dicho popular: "Una cosa es Dios y otra, Nuestro Padre Jesús".
La publicación del preceptivo edicto ante posibles alegaciones dio, igualmente, los mejores resultados, al agrupar en un sí rotundo la opinión general de la ciudadanía jaenera, que en los veinte años inmediatamente anteriores solo había conocido a un paisano condecorado con el mayor reconocimiento local posible: el poeta autor de la letra del Himno a Jaén, Federico de Mendizábal.
Otra personalidad en posesión de la medalla, el exministro León Herrera (1922-2003), formó parte de la comisión creada al efecto junto con el secretario del Consistorio, Manuel Martínez, bajo la presidencia del entonces concejal de Festejos, Francisco Blanca. Solo quedaba fijar el día D y la hora H: el 21 de mayo de 1999, a partir de las siete de la tarde.
ACTO MULTITUDINARIO
Miles de personas se dieron cita en la jaenerísima Plaza de Santa María aquella espléndida tarde. Ante la Catedral, un escenario enmoquetado en color rojo hacia el que cofrades y promitentes llevaron a Jesús sobre unas andas de nogal, precedido del guion o pendón de la institución, portado por su hermano mayor, José María Mariscal: "Lo llevé con mucho orgullo", recuerda el hoy consejero de la cofradía a Lacontradejaén.
En alguna de las fotografías que ilustran este reportaje se pueden ver (con veinticinco años menos sobre sus anatomías) rostros que, actualmente, continúan ligados a los órganos directivos de la cofradía; entre ellos su actual hermana mayor, Rosa Garrido Cancio, la primera mujer (mientras los documentos no demuestren lo contrario) en gobernar la entidad.
El primero en intervenir fue el secretario municipal, que dio lectura al acta correspondiente de concesión. Posteriormente tomó la palabra el alcalde, Alfonso Sánchez Herrera (1946-2019), quien pronunció un discurso institucional en el que la emotividad convivía al 50 por ciento con su carácter gubernativo:
"Hoy es un día muy importante para todos nosotros. En este viernes del mes de mayo, la ciudad de Jaén salda una deuda de gratitud con su hijo más querido", comenzó el regidor, que se deshizo en palabras de elogio hacia El Abuelo: "Nuestro Padre Jesús es tan de Jaén como todos los aquí nacidos y aquellos quienes han hecho de esta su patria adoptiva".
Dicen que falló la megafonía, que fueron muchos los que no escucharon ni papa de lo que se dijo en el epicentro del Jaén antiguo aquella jornada, pero tanto el archivo municipal como el de la propia cofradía guardan celosamente la memoria escrita del acontecimiento.
Con un gesto mezcla de esfuerzo y respeto, Sánchez Herrera prendió en la túnica morada de Jesús la Medalla de Oro de la Ciudad, poco antes de entregar al hermano mayor el diploma correspondiente; él, el máximo responsable de la institución nazarena, fue el encargado de agradecer la concesión ante el gentío congregado, una vez más, en torno al de los Descalzos: "La medalla es un trocito de corazaón que cada jiennense entrega a su Señor", dijo Mariscal.
Con la ofrenda floral de una pastira y un chirri, un recital de poemas y un breve concierto de la Banda Municipal de Música, dirigida interinamente por Pedro Jiménez Ogayar, concluyó el acto.
"Teníamos un poco de miedo, era algo tan grande lo que se iba a celebrar que estábamos muy asustados con los detalles que había que preparar", rememora el ex hermano mayor. Según las crónicas, y a excepción de la ya citada megafonía (que al parecer no era cosa de la hermandad) salió a pedir de boca.
UN SELLO DE CORREOS PARA CONMEMORAR LA CONCESIÓN
Con la edad que tiene la Cofradía de El Abuelo, raro es el curso que no cuenta con alguna efeméride. Sin embargo, la de la concesión e imposición de la medalla goza de tanta consideración entre la actual junta de gobierno que, puestos a celebrarlo, ambición no ha faltado.
El mismo jueves pasado presentaban, junto con el alcalde de la ciudad, Agustín González Romo, el sello de Correos conmemorativo emitido por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, con el que la institución quiere compartir con cofrades, devotos, jiennenses, foráneos y aficionados a la filatelia, este XXV aniversario.
"Cuando surgió la posibilidad de realizar este sello, rápidamente pensamos en la medalla de oro como el mejor de los motivos posibles", asegura Rosa Garrido. Dicho y hecho. Un franqueo de curso legal diseñado por componentes de la Asociación Grupo Filatélico Virgen del Carmen de Jaén, que la cofradía ha puesto a la venta y que, si cuaja, llevará el rostro de Nuestro Padre Jesús allende las fronteras jaenitas.
Nuestro Padre Jesús Nazareno, Jesús de los Descalzos, El Abuelo... Solo le falta ser patrón de Jaén. Pero eso sí que es imposible. Y además no se puede.
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