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La entrañable historia de la agenda telefónica de Encarna

Por Javier Esturillo - Agosto 05, 2018
La entrañable historia de la agenda telefónica de Encarna
Encarna Alés muestra la página de su agenda dedicada a la Cruz Roja y al Hospital de los Marqueses. Foto: Cedida

La linarense Encarna Alés no sabe leer ni escribir pero tiene una capacidad innata para desenvolverse en la vida. Los dibujos de su nieto le permiten identificar los teléfonos para poder llamar

La historia de Encarna Alés es la de decenas de linarenses que no lo tuvieron fácil en la vida. Cuarta de ocho hermanos, nació en el seno de una familia humilde del barrio de San Antonio. Su padre era minero en el pozo de Arrayanes y su madre se dedicaba en cuerpo y alma a los suyos.

A los ocho años, Encarna se vio obligada a abandonar la escuela para entrar a trabajar en una panadería. No ganaba dinero. Su salario era en especies: una barra de pan que ella dividía en trozos. Uno se lo quedaba y el resto lo llevaba a casa. Eran años difíciles en el Linares de la posguerra, marcado por la dureza de la mina y la escasez.

Tras pasar por la panadería, cayó en una casa pudiente de la ciudad. Fue sirvienta y, al igual que en su empleo anterior, no percibía remuneración alguna. A cambio de limpiar y hacer las tareas propias del hogar, recibía un plato de comida que ella, como hacía con la barra, distribuía para que sobrara y repartirlo entre el resto de la familia.

A sus 74 años, no sabe leer ni escribir, pero eso no ha sido óbice para llevar una vida normal y, sobre todo, para desarrollar una capacidad innata a la hora de desenvolverse en cualquier faceta o terreno. Por ejemplo, sabe diferenciar el tipo de leche del supermercado por su color, y telefonea siguiendo los dibujos que van acompañados al lado de cada contacto. Así, si quiere pedir cita al médico, tan solo debe ir a la página en la que tiene la imagen del Hospital de los Marqueses. Que se le rompe la lavadora, pues tan sencillo como identificar el electrodoméstico y dos herramientas (un martillo y una llave fija) que están junto al número de teléfono.

La original idea -y agenda- partió de su nieto Pedro Ortega. "Cuando yo tenía 11 años, mi padre le regaló un tarjetero para apuntar los números de teléfono. En vez de nombres, me entretuve dibujando algo que ella pudiese asociar con cada persona", recuerda. Pero, como es lógico, el tarjetero se quedó pequeño y el nieto lo pasó a una libreta que actualiza siempre que puede y regresa a Linares. "Una tarea que llevo haciendo 20 años y no la puede hacer nadie más. Porque ella no sabe leer pero entiende perfectamente mis dibujos. Nos lo pasamos en grande actualizando la agenda", dice con cariño Pedro Ortega, quien reside en Sevilla, donde trabaja como responsable de comunicación de Izquierda Unida Andalucía. 

Su abuela está tan acostumbrada a este curioso listín telefónico que cualquier cambio la altera. "Es más, hubo una vez me cambió el dibujo de la modista. Normalmente era una tijera y un metro, pero añadió una señora. Le dije: Pedro, ¿esto qué es? No me cambies las cosas. Yo así me entiendo", añade Encarna, madre de cinco hijos.

Para reconocer a la persona que debe llamar, añade acontecimientos o anécdotas para que sea más fácil de asociar. "Por ejemplo, mi hermano tuvo un conejo de mascota hace años. Ya no hay conejo, pero él sigue siendo un conejo en la agenda. Yo soy el que mejor notas sacaba de sus diez nietos, así que soy un libro. Una de sus hijas es una maleta porque hace muchos años trabajó vendiéndolas", explica Ortega. Esa combinación permite a Encarna marcar sin temor a equivocarse.

Linares cuenta con un centro de adultos para aprender a leer y a escribir, pero ella ha desechado la idea porque es feliz con sus nietos y con sus sobrinos. "Siempre ha tenido otras prioridades", remata Pedro Ortega, quien se siente "orgullo" por su familia, de la que ha aprendido valores como la solidaridad, la honestidad y la empatía hacia los demás, especialmente, de los que menos tienen.

FUROR EN TWITTER

Ese orgullo de abuela lo trasladó Pedro a su cuenta de Twitter, donde ha corrido como la pólvora. En solo dos días, ha recibido más de 22.000 retuits y más de 94.000 likes. Además, su historia ha despertado la admiración de la red.

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