La lluvia te traerá mi recuerdo
Paseando uno por la ciudad, se encuentra a veces bonitos detalles urbanos cómo este: una pintada en el muro de la torre de Andújar, en la calle Seis de Diciembre. Estoy seguro que la escribió un chico y va dirigida a una chica, tal vez los dos enamorados o justificados por el amor.
Bajo un ramillete de buganvillas –su nombre vienen del francés Bougainville, navegante francés que las trajo de Suramérica- arbusto trepador de la familia de las nictagináceas, aparecen algo descoloridas por el rigor de este verano. Pero es significativo y bello que la frase esté custodiada por estas llamativas flores, y es más, parecen asomarse, inclinarse, para leer la frase.
"Lluvia" y "recuerdo". La lluvia nos lleva a un tiempo de otoño, o de primavera. Preferiré el otoño. Es la estación más bella de esta tierra pues la lluvia limpia y deja una luz muy brillante en donde los horizontes aparecen nítidos, tanto en lo urbano como en lo rural, por nuestras campos y por nuestra sierra. Con la lluvia –el agua- vuelve la vida, y la otoñal recobra vitalidad y optimismo, de ahí que se identifique con el comienzo del año agrícola y con el comienzo del año amoroso. El otoño se identifica con la vid, con el vino, con Baco, de ahí que sea una estación divina. En Herculano se encontró una alegoría del otoño, consistente en un hombre maduro, coronado por pámpanos y portando una racimo de uvas en una mano y un libro en la otra. Con la lluvia el escribiente espera recoger su fruto.
Y con la lluvia "el recuerdo". Recordar es traer a la memoria una situación vivida, o traer al presente algo añorado, o también despertar algo que estaba dormido. Hay una fijación insistente en la frase que no se quiere perder. Agua y vida en una frase, bella frase, que te alivia el paseo y te hace pensar en la poesía.
Leamos poesía, y recomiendo ·La Realidad y el Deseo" de Luís Cernuda o "Las Flores del Mal" de Bodelaire.
Únete a nuestro boletín