La Sagrada Lanzada decide 'no salir' este verano

El grupo parroquial opta por la prudencia y, ante la incertidumbre que se cierne sobre los meses estivales, deja en blanco la tercera edición de sus campamentos

La pandemia de coronavirus y el estado de alarma provocado por la emergencia sanitaria ponen a prueba a prohermandades que sin haber tocado calle todavía, ya saben lo que es eso de tener que decidir si salir o no. Ahí está el Grupo Parroquial de Culto de la Purísima e Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, Dulce Nombre de Jesús, San Francisco de Asís, Santísimo Cristo de las Aguas en su Sagrada Lanzada y María Santísima Reina de los Ángeles, que ha visto cómo la epidemia ha dado al traste con algunas de las citas más especiales de su copada agenda. 

La prohermandad tenía previsto trasladar la imagen mariana a la que dan culto en la parroquia de San Eufrasio hasta la iglesia de La Inmaculada y San Pedro Pascual, el pasado mes de abril; un acontecimiento esperadísimo tanto por el colectivo cofrade como por el vecindario de La Glorieta, que las circunstancias han obligado a posponer hasta que la situación lo permita. 

A esta suspensión temporal se unen ahora los campamentos que La Lanzada celebra cada verano y que en 2020 alcanzarían su tercera edición: "No se pueden garantizar en nuestro país que se puedan dar las condiciones sanitarias necesarias para la celebración de los mismos, así que evitaremos poner en riesgo la salud de los participantes en los mismos", aclaran desde el grupo.

Para la prohermandad que vicepreside María Montes, "la salud el principal valor por el que hay de velar en estos difíciles tiempos": "Es preferible esperar a que el año que viene se puedan volver a organizar los campamentos, para lo cual esperamos que las condiciones de peligro para la salud pública hayan desaparecido; por lo que desde el inicio del próximo curso cofrade en septiembre, nos pondremos a trabajar en la organización de estos bonitos días", adelanta la responsable.

La Lanzada pudo presentar, el 25 de febrero, su último boletín cuaresmal, Hora Nona, en el salón de actos de la Agrupación de Cofradías, pero después de una Cuaresma incompleta y una Semana Santa hasta hoy desconocida, sus cultos y actividades han tenido que cargar con la cruz del confinamiento, o lo que es lo mismo, de la suspensión. Sin embargo, se aferran a las virtudes teologales (fe y esperanza) y a algunas de las cardinales (prudencia, fortaleza, templanza...) para aliviar la tristeza de un curso prácticamente inédito.  

"Seguro que con nuestras oraciones a la Reina de los Ángeles, Ella intercederá porque así sea, oraciones que le dirigimos asimismo por la salud de toda la humanidad y especialmente por España y, cómo no, por el eterno descanso de los fallecidos por esta terrible pandemia; así como que dé fuerzas a todos los enfermos y los familiares de estos y de los fallecidos", desean desde la prohermandad, con la vista puesta en un 2021 cargado de anhelos.