Las sorpresas que deja la sequía
El descenso del nivel del agua en su cauce del Guadalquivir a su paso por Villanueva de la Reina deja ver una solería de piedra
La falta de agua en los caudales hacen florecer piezas que difícilmente se pueden ver en años "normales" desde el punto de vista hidrológico. A finales de agosto, José Antonio Palomares, fotógrafo, hizo un recorrido por algunos embalses que evidencian los preocupantes efectos de la sequía. Y es que la falta de lluvia deja a los embalses bajo mínimos y “desentierran” infraestructuras que, en algunos casos, estaban olvidadas. Ahora, el historiador Juan Vicente Córcoles explica que el descenso del nivel del agua en su cauce del Guadalquivir, a su paso por Villanueva de la Reina, ha dejado ver una solería de piedra posiblemente romana.
Se encuentra junto al recinto ferial, al inicio del paseo de ribera del Guadalquivir, junto al núcleo urbano. Según explica Juan Vicente Córcoles, se observa muy bien unas hileras de piedra en la dirección NS que enmarcan un piso de piedras más pequeñas, predominando cantos rodados de cuarcita. "Pueden pertenecer a un muro de contención de las aguas que han quedado bajo el Guadalquivir, o restos de una calzada que iba junto al cauce que venía por la margen izquierda del río desde Andújar hasta Cástulo", relata. No lejos del casco urbano hay restos de un miliario romano que marca el “Camino de los Romanos” que va hacia los llanos de Espeluy.
Ya el pasado mes de agosto, el fotógrafo carolinense documentó la bajada de agua de la presa del embalse del Panzacola, en La Fernandina. Tal y como explicó el autor de las fotos en su perfil, asomaba de entre las aguas. “Dos semanas después ya se puede llegar a la presa caminando”, relataba en su perfil.
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