LAZOS CATALANES EN EL MAR DE OLIVOS
El proceso soberanista llega hoy a su día más importante con la celebración del referéndum promovido por la Generalitat. Una votación, considerada ilegal por el Tribunal Constitucional, que puede romper el orden establecido en España si el Parlament, amparándose en la más que probable victoria del sí, declara la independencia unilateral de Cataluña. El Gobierno catalán, los partidos y asociaciones favorables al derecho a decidir y la independencia sacan hoy toda su artillería a la calle para que la convocatoria sea un acto reivindicativo multitudinario y una nueva demostración de fuerza ante el resto del Estado.
El referéndum no solo se vive con pasión en Cataluña, sino también en Jaén. Catalanes que residen en nuestra provincia cuentan a lacontradejaen.com su visión ante la consulta. Un abanico de opiniones para intentar dar luz a la situación que vive Cataluña y que ha llevado a España a la mayor crisis institucional y política de los últimos 40 años.
"Rajoy y Puigdemont son los grandes culpables de lo que está pasando"
Jordi Vilella lleva cerca de cuatro años viviendo en Linares, donde es músico profesional en la Zodiako Orquesta. Su punto de vista sobre el conflicto entre España y Cataluña se mezcla entre el respeto y la indignación por la manera en la que los políticos han manejado la situación. Porque para Jordi Villena, natural de Lleida, Mariano Rajoy y Carles Puigdemont son los "verdaderos culpables" del desenlace de los acontecimientos. "Es como una pelea entre niños", asegura mientras lamenta la fractura social que se puede producir en su comunidad autónoma por la "escasa altura de miras" de los dirigentes políticos. "Nunca debimos llegar a esta situación. Ni unos ni otros han querido dialogar, y sin diálogo no se resuelve esto", afirma.
Hasta que llegó a la ciudad de las minas, este guitarrista de 32 años solo hablaba catalán, apenas utilizaba el castellano para relacionarse con la gente. Se siente orgulloso de ser catalán y catalanista, pero no se considera independentista. No está de acuerdo con el referéndum, tal y como ha sido convocado, aunque ampara el derecho a decidir, siempre y cuando "cuente con las garantías legales". "Los catalanes queremos votar y ese deseo es mayoritario", sentencia. Toda su familia está en Lleida y hoy saldrá a la calle para reivindicar las urnas. "Si estuviera allí, no votaría, pero acompañaría a mis hermanos a los colegios". También tiene claro que la raíz del problema es económica. "Todo esto es por la pasta. Cataluña quiere recibir en proporción a lo que aporta al resto del Estado, algo que no ocurre en estos momentos". Tampoco cree que la presencia policial ayude mucho a apaciguar los ánimos, si bien confía en la serenidad del pueblo catalán para que la jornada se desarrolle dentro de la normalidad.
"No iría a votar, pero esto no quiere decir que rechace el derecho a decidir"
Periodista, Antonia Merino Camacho lleva mucho tiempo viviendo en Andalucía, primero en Córdoba y luego en Jaén, donde reside junto con su marido, compañero de profesión, y sus dos hijos. Nacida en Barcelona, se muestra a favor de que se haga un referéndum, aunque esto no significa apoyar la independencia. No concibe Cataluña sin España, pero teme que el enquistamiento y las posturas extremas a las que se han llegado aceleren la desconexión del territorio. Cree que el Gobierno de Mariano Rajoy no ha ayudado en nada para revertir la situación. Es más, a su juicio, su intransigencia a dialogar lo único que ha hecho es alimentar el soberanismo. "Este conflicto territorial no ha caído del cielo. Llevamos muchos años a cuestas con él. El inmovilismo del Gobierno ha sido determinante. Los independentistas han ganado la partida con argumentos demagogos y falsos, pero que han calado entre la gente", entiende.
Tiene claro que no se habría llegado a este punto si hace cinco años, cuando se convocó la consulta del 9 de noviembre, se hubiera dejado a la gente votar. Según ella, en 2014 el sentimiento secesionista no era tan alto. "Ahora, en cambio, sí creo que existe la posibilidad real de una Cataluña independiente, frente a un Gobierno que sigue pensando más en el rédito político que en buscar una solución", insiste. "No iría a votar, esto no quiere decir que rechace el derecho a decidir; pero de ninguna manera puedo dar legitimidad al modo en que el Parlament aprobó las leyes del referéndum y de Transitoriedad. Papel mojado. Y no puedo dar legitimidad a una votación sin garantías e ilegal", añade. Sobre cuál es la solución, Antonia Merino opina: "Esta pasa por hacer política y por el diálogo. La política está precisamente para solucionar problemas y no para enquistarlos", propone.
"Lo que más me preocupa es la fractura social que se va a producir"
La historia de Juan Carlos Fernández es la de uno de tantos andaluces cuyos padres emigraron a Cataluña para trabajar en la década de los 60. Pese a llevar 30 años en Andalucía, en concreto en Martos, se siente barcelonés y catalán, aunque también "tremendamente andaluz". Un doble sentimiento que lleva a gala. Por eso, vive con auténtico frenesí todo lo que rodea al proceso y al referéndum. Natural de Sant Boi de Llobregat (Barcelona), se muestra respetuoso con los posicionamientos soberanistas y acusa a ambos gobiernos —español y catalán— de colocar a su comunidad autónoma en el disparadero. Critica, del mismo modo, la postura de Rajoy de enviar a más de 10.000 policías y guardias civiles a Cataluña. "Así no se soluciona el problema", asegura, antes de agregar: "Lo único que hace con esta decisión es pasar toda la responsabilidad a los agentes", lamenta.
Juan Carlos Fernández, conocido fotógrafo, visitó hace un año su tierra natal para ver a la familia. "Y siempre que voy me tratan de maravilla", dice. "Barcelona es una ciudad multicultural, vanguardista y europea. Creo que la imagen que están dando determinados medios de comunicación no se ajusta para nada a la realidad", censura. Y es que, para él, la prensa —de uno y otro lado– lejos de ayudar ha avivado las llamas del conflicto. Por eso, más allá del referéndum, lo que le preocupa realmente es la "fractura social que se va a producir". "Solo espero que el 1 de octubre se desarrolle con normalidad y en paz", solicita. Advierte, acto seguido, que esto —la votación— "va muy en serio" y prevé una "movilización masiva". En cuanto a su posicionamiento ante la consulta, Juan Carlos Fernández tiene claro que saldría a la calle y que acudiría al colegio para ejercer un "voto de protesta" por la posición "inmovilista" de Madrid. Al igual que el resto de los entrevistados, el trasfondo del proceso es económico. "Cataluña da más de lo que recibe y esto debe cambiar", concluye.
"Cuanto más se está negando ejercer un derecho, la gente más lo quiere"
Rosa Gascón es barcelonesa. Hace un año dejó atrás su tierra para emprender una nueva vida en Begíjar, el pueblo de sus padres, donde quiere montar un establecimiento hotelero rural. En Cataluña trabajó en el mundo de la publicidad y de la restauración. Su familia no es soberanista, ni ella se siente atraída por el independentismo, pero respeta a la gente que opta por la vía secesionista. Como miles de catalanes, apoya la celebración de un referéndum pactado y con plenas garantías democráticas. Rosa Gascón explica que la evolución del conflicto se debe a que "cuanto más se está negando ejercer un derecho, la gente más lo quiere". De hecho, ese apoyo a las tesis soberanistas se ha visto incrementado por la situación que vive España. "La crisis ha sido determinante, además de las negativas del Gobierno. Ahora hay más independentistas", comenta. Desde su punto de vista, solo mediante el diálogo y al política se resuelve el problema. Por eso lamenta la posición de ambas partes, porque, en su opinión, solo están fomentando la división. "La gente está muy quemada", afirma. Rosa Gascón vivirá el 1 de octubre expectante, como sus padres y sus tres hermanas que están en Cataluña.
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