Letras flamencas escritas desde el corazón jondo de Arjona

Ángel Justo Cámara, presidente de la Peña local, ha publicado varios libros de coplas para ser cantadas que han sonado ya en la voz de reconocidos artistas

"Hasta que el pueblo las canta, / las coplas, coplas no son, / y cuando las canta el pueblo / ya nadie sabe el autor". Versos de Manuel Machado que resumen con rotundidad de cante grande lo que cualquier poeta flamenco que se precie aspira a conseguir, el Premio Nobel de la literatura jonda: que sus composiciones vayan de labio en labio por esos mundos de Dios y si puede ser, de paso, por las gargantas de las figuras de este arte Patrimonio Inmaterial de la Humanidad desde 2010. Ya ha llovido.

"La máxima aspiración de un letrista flamenco es que tus letras las cante alguien que tenga tirón, eso es un orgullo para uno. Cuando yo escucho alguna letra mía me encanta, es lo máximo", asegura Ángel Justo Cámara Jiménez (Arjona, 1955). Sabe de lo que habla, que Miguel de Tena, Ricardo Fernández del Moral o Filo Colmenero han pellizcado almas ya por soleares, por fandangos, por siguiriyas rezumantes de su pluma.

Empezó a rimar palabras en el pueblo de Miguel Hernández cuando apenas levantaba un palmo del suelo y ya tenía el privilegio de escuchar poemas del autor de Perito en lunas en la voz de un profesor de ilustre linaje: uno de los sobrinos del poeta: "Él me metio la literatura dentro; tenía un libro de su tío y nos leía poemas suyos. Me marcó mucho", evoca. No es para menos. 

Si caló en su estilo el mundo lírico del escritor alicantino que hasta en la poesía flamenca de Cámara se trasluce esa influencia: "Hoy rodea mi garganta / un batallón de amargura / y voy llorando sin lágrimas / mis penitas una a una". Ese primer verso del arjonero huele a poesía hernandiana hasta los tuétanos, no hay más que repasar la obra del creador de las Nanas de la cebolla para darse cuenta:

"Rodea mi garganta tu agonía / como un hierro de horca...", escribió el de Orihuela en su cósmica Elegía Primera, que dedicó a Federico García Lorca cuando supo de su muerte. Hernández es mucho Hernández.

A fuerza de escribir al amor y a otros asuntos, el urgabonense se dio cuenta, hace diez años, de que lo suyo eran las letras flamencas. Sí, apasionado de este arte, confiesa que en cuanto escucha a un cantaor lo primero que hace es descifrar lo que sale por esa boca.

Encontró su camino, está claro, porque desde entonces hasta hoy ha publicado varios libros de versos para ser cantados (Poemas flamencos de un arjonero, Versos al aire, Poemas por soleá...) y hasta perfila ya su próxima entrega: Flamencuras, con prólogo del artista granadino Alfredo Arrebola.  

"Me siento cómodo escribiendo letras para el flamenco", dice, y sabe rodearse del mejor ambiente. Si el gran José Hierro escribió su monumental obra sentado a la mesa de una cafetería de su barrio madrileño, Ángel Justo Cámara tiene su particular paraíso de la inspiración en la Peña Flamenca de Arjona, de la que además es fundador y presidente: "Me voy allí, pongo flamenco y empiezo a escribir como un loco, a veces me salen cosas buenas y otras no tanto, que rompo si no me terminan de llegar. Oyendo flamenco es cuando me inspiro". ¡Olé!

Sí, toda una vida de trabajo fuera de su patria chica le dejó claro que, en cuanto se jubilara, había que volver a la tierra en que nació (lo cantaba Violeta Parra como nadie, eso), y vaya si volvió, con ganas de recuperar los años de distancia convirtiéndose en uno de los arjoneros más activos (además de presidir la Peña, es el máximo responsable del Urgavona CF). 

No cree en los premios, dice que se ha presentado a más de uno pero que nada, que la suerte le ha sido esquiva: "No me gustan, creo que están amañados", apostilla. No tiene razón, no señor, ni mucho menos. Eduardo Martínez, 'Niño Jorge', una de las figuras del cante jiennense de las últimas décadas, lo ha fichado como letrista y quiere que su próximo disco cuente con palos (delicadísimos, eso sí) de Cámara Jiménez... ¿No es eso un premio? ¿Y de los grandes?