El 'Retablo de la memoria encontrada' de Calvo Morillo, a por los 35 años

Su Martos natal, Jaén capital y el universo rural y costumbrista protagonizan el, para muchos, mejor poemario del desaparecido escritor y cronista marteño
"Y yo y mis pantalones cortos, / y mis piernas y mi perro, / y todo, y la mesa de madera sin pintura, / todo junto a las rosas que cortó / mi madre, las últimas rosas, / la última elegancia de su mano".
Son versos del primer poema de Retablo de la memoria encontrada, cuarta entrega en la jaenerísima bibliografía del poeta Miguel Calvo Morillo (Martos, 1930-Jaén, 2021).
Publicado por la Diputación Provincial de Jaén en 1991, dentro de la colección Poesía, se trata (para muchos) del mejor poemario del también cronista oficial de la Ciudad de la Peña; versos que dan cuenta del arraigo del poeta al terruño, su patria chica y la capital de la provincia, donde desarrolló gran parte de su trayectoria literaria.
En veintisiete textos, Calvo Morillo despliega todo un universo rural tamizado de delicadeza, en el que los recuerdos de infancia y juventud emergen hasta conformar un auténtico memorial que alcanza hondísimos instantes en versos como "se le habían gastado los huesos a la piedra / y daba lástima, y las columnas parecían / pobren que piden en las fiestas / enseñando sus llagas y sus muñones, y no pedía limosna, porque la piedra no tiene manos...".
Audaz (por desacostumbrado en su producción poética) en su uso del verso libre, Retablo de la memoria encontrada es, también, un ejemplo rítmico, que informa del talento del también autor de Pueblo de cal y tierra, Palabras en el Pueblo, Epístolas a Cástulo o Al aire de tu vuelo, entre otros.
Un poemario para degustarlo a la vera de la mesa camilla, capaz de regresar al lector a sus orígenes de la mano de una poesía de aristocrática veta popular.

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