Sotillo y la historia detrás del lince encaramado a un árbol
El lince rescatado en Úbeda se convierte en protagonista, de nuevo, al conectar los núcleos de población de Sierra Morena y Sierra Arana
Pocos serán los lectores que no se acuerden de este caso. Ha sido noticia en este mes de agosto por sorprendente. Ocurrió la semana pasada, cuando se encontró a un lince en el barrio de la Colonia de San Rafael, en Úbeda. Una veterinaria de la Consejería de Medio Ambiente, perteneciente al Plan de Atención al Lince Ibérico, fue la encargada de administrar un dardo tranquilizante para hacer posible un rescate seguro y con todas las garantías del animal, encaramado a un árbol.
Se le trasladó al Centro de Conservación de 'La Olivilla' de Jaén para su evaluación y tratamiento. Su nombre es Sotillo y detrás del ejemplar hay una intrahistoria de trabajo arduo para preservar la especie.
El lince rescatado en un árbol por el personal del equipo de Recuperación del Lince Ibérico procedía de Sierra Arana (Granada). Precisamente, viene de un punto en el que se está trabajando en la creación de una nueva población de lince ibérico. Gracias a este viaje, ahora este ejemplar se convierte en protagonista y establece la conexión entre Granada y Jaén.
Así lo ha manifestado el coordinador regional del proyecto Life LynxConnect, Javier Salcedo, quien explica que fue liberado el pasado mes de diciembre en el término municipal de Iznalloz (Granada). "Ahora abre camino para conectar diferentes núcleos de población de linces, haciéndolo, en este caso, entre la incipiente población de Sierra Arana con la de Sierra Morena", relata.
"Este episodio es una prueba más del éxito del programa de recuperación y conservación de la especie, ya que se cumple con el factor de conexión", defiende. De hecho, el principal objetivo del proyecto Life LynxConnect es la conectividad entre los núcleos de lince ibérico para asegurar una metapoblación funcional autosostenible y viable.
Actualmente, Sotillo permanece en el centro de cría del lince ibérico de La Olivilla, en el Parque Natural de Despeñaperros, y se encuentra en perfecto estado. Debe permanecer unas semanas en las instalaciones hasta que se rebajen los niveles de estrés y sea devuelto al medio natural.
"En el momento de su captura se le realizo un chequeo para comprobar su estado, que resultó satisfactorio y, una vez valorados los resultados de las muestras analizadas tras el chequeo, si todo es correcto, se procederá a su liberación en el medio natural", ha concluido el coordinador general del proyecto.
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