Los nuevos medios: enfocados y móviles
Hasta no hace mucho, la aparición de un nuevo medio de comunicación en la época de la especulación mediática (que también la hubo) era celebrada como muestra de firmeza y avance democrático, por aquello de la función social de los medios y por hacer cumplir el derecho de ‘recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión’ recogido en el artículo 20 de nuestra Constitución.
La difusión para el conocimiento de ese nuevo medio por parte de la ciudadanía tenía que ver con grandes campañas publicitarias y rimbombantes fiestas de inauguración, en las que no se procuraba ningún tipo de límite económico.
Hoy, que nazca un nuevo medio de comunicación, o que cierre, ha dejado de ser noticia. Los efectos de la crisis económica en el ámbito de las empresas periodísticas, la irrupción de la tecnología y los dispositivos móviles y, derivado de ello, los cambios de hábitos de consumo de los lectores han propiciado no sólo que miles de periodistas hayan perdido su empleo y cientos de medios hayan desaparecido, sino que otros tantos, desde el emprendimiento, hayan nacido en estos años. Según el Informe de la Profesión Periodística editado por la Asociación de la Prensa de Madrid, en ocho años (comienzos de 2008 a finales de 2015) un total de 458 nuevos medios, lanzados por periodistas, de manera independiente (sin pertenecer a ningún gran grupo editorial, me refiero) han visto la luz. Hemos pasado de la época de los medios de masas a la de la masa de medios.
Cuando se actualicen esos datos, habrá que incluir a LaContracrónica de Jaén. Y no por dejar de ser noticia la aparición de un nuevo medio hay que dejar de destacar el esfuerzo, implicación, sacrificio y amor por la profesión que ello implica.
Ese va a ser el futuro que le depara a esta tan denostada, por algunos sectores, profesión, la de contar las cosas que pasan y que le interesan a los ciudadanos de manera veraz y de la forma subjetiva más objetiva posible. Un futuro que pasa por lanzarse a ser dueños de nuestro propio destino, de emprender en nuevos proyectos, porque la tecnología permite que cualquier periodista a título personal sea capaz de competir con cualquier gran medio de comunicación en eso que se llama la ‘economía de la atención’. Ante la saturación informativa y amplitud de la oferta existente, el negocio reside hoy precisamente en eso, en captar el máximo tiempo posible la atención del usuario que nos ve y consume tras la pantalla, cualquiera que sea.
Y el futuro, dentro de ese proyecto, pasa también por la apuesta por lo local, temático y especializado, sirviendo de la manera más eficaz posible a pequeñas comunidades interesadas en nuestro producto. Un modelo de negocio del tipo enfocado. Muy dirigido. De ahí que el periodismo local, atrasado aún respecto a los grandes medios por falta de tiempo y recursos tanto económicos como humanos, sea el que mayor margen de mejora tenga a la hora de innovar y apostar por nuevos formatos, nuevas herramientas y nuevas vías de ingreso.
Falta la última pata. Además del emprendimiento y de la apuesta por lo local, todo nuevo proyecto hoy en día tiene que ser móvil. Ni siquiera ya digital. Lo digital está comenzando a ser historia. No digamos ya lo impreso. El consumo de internet en el mundo, de manera global, ya es mayor en dispositivos móviles que en cualquier otro soporte. Lo queremos todo en nuestro móvil, en nuestro bolsillo. Y los medios tienen que estar donde está su público, su audiencia. No queda otra.
LaContracrónica dispone de todos los ingredientes para salir airoso en este difícil escenario de la información (sí, información, el entretenimiento para otros) en la red. Difícil porque la oferta es ilimitada, la línea divisoria, entre lo que es información y lo que no, es muy delgada, y la demanda, aún siendo también numerosa, no da dado aún el paso de financiar la inversión que todo proyecto de este tipo supone, amparada en el mágico mundo de la gratuidad que, de manera irremediable, conduce a ese otro mundo no tan mágico del ‘todo vale’.
Los cimientos están puestos. Una línea editorial distinta, renovada, ‘con otra mirada’, como reza la cabecera, con nuevos formatos, diseños, una nueva manera de contar las cosas, un proyecto independiente, de la mano de periodistas de trayectoria solvente, profundizando en la información más cercana y de servicio para el lector, a través de la múltiple distribución que hoy permite la tecnología, con las redes sociales y la multipantalla como actores protagonistas.
Nacimiento de medios como este sí vale la pena festejarlos y convertirse en noticia. Larga vida a LaContracrónica. Los lectores seremos los grandes beneficiarios.
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