'Mamá es una campeona'
Encarna Gutiérrez, de 42 años, comparte entrenamientos, competiciones y sueños con su hija Marta Cano, de 15, en el Club de Atletismo Unicaja Jaén
Madre de tres hijos, 42 años y viviendo la plenitud de su carrera deportiva. Es Encarna Gutiérrez. Atleta nacida en Martos, profesora de Educación Física en Fuensanta y corredora del Club de Atletismo Unicaja Jaén de la División de Honor. Es un ejemplo, sin duda, para el resto del equipo, pero, sobre todo, para una de sus compañeras, su hija, Marta Cano, de 15 años. Encarna ha cumplido un sueño: correr al lado de su 'pequeña' en el club de su vida, pero ha roto una promesa, dejar el atletismo de alto nivel cuando Marta llegara a la competición. "Reconozco que he sido una mentirosa porque ahora tengo más ganas de seguir", bromea. Encarna lleva el deporte en la sangre, al igual que su hija, que, desde la cuna, ha estado rodeada de zapatillas de clavos y de baloncesto, porque el padre, Juan Manuel Cano, es un apasionado de la canasta y ahora de las medias maratones, por lo que todo queda en casa.
Encarna y Marta se miran con complicidad. Hay química entre ellas, aunque la madre, como es lógico, mantiene esa mínima distancia de autoridad que siempre existe entre el progenitor y el vástago. Marca los pasos en el entrenamiento y también en las concentraciones previas a la competición. Comparten habitación y confidencias. Ella es "Súper Encarna" para el resto del equipo femenino del Unicaja. Lo corrobora la sonriente Marta. "Es una campeona", exclama. "Mi amigos chulean ya por mí de madre", remata. Encarna sabe lo duro que es el mundo del atletismo. Lleva desde hace muchos años vinculado a él y recuerda que para conseguir un objetivo hay que sacrificarse mucho. Es uno de los muchos consejos que da a Marta antes de pisar el tartán. "Sabe que esta carrera, como la vida, es muy larga y lo importante es prepararse bien. No tiene que obsesionarse con las marcas. Tiempo tiene para conseguirlas", afirma.
Marta es un torbellino. No para de moverse, está ansiosa por empezar a correr. Encarna tiene las mismas ganas, pero ve la competición de otra manera, más pausada y madura. Le gusta alcanzar las metas, aunque su reto ahora es disfrutar en la pista, más que rebajar en una centésima el crono. "Físicamente estoy como una chica de 25 años. Sin embargo, no tengo esa ansiedad por competir. Para mí esto es un regalo", agradece. Y es que Encarna lleva mucho tiempo en el atletismo. Empezó con la misma edad de su hija. Luego lo dejó por un tiempo debido a los estudios en la Universidad, donde se volvió "loca con todos los deportes". Tras ser madre y forma una familia, retomó la actividad hasta convertirse en una de las mejores mediofondistas de Andalucía en veneranos. Encarna ha sido subcampeona de Europa en relevos 4x400 y bronce en el Mundial de Lyon 2015, en la misma disciplina. También es especialista en 400 metros vallas.
A Marta, en cambio, le atrae más la velocidad. Compite en 60 y 100 metros lisos, pruebas en las que ha conseguido unos extraordinarios resultados. De hecho, es una de las firmes promesas del club y, por eso, ha dado el sato hasta el equipo de División de Honor, donde ha coincido, cosas del destito, con su madre. La primera vez que estuvieron juntas con la camiseta del Unicaja fue hace dos semanas en Manresa. Encarna, que le saca veinte años, al resto de su compañeras se llevó una bolsa llena de piruletas y solo las daría si cumplían las expectativas. Se quedó sin niguna.
A sus 42 años le queda cuerda para rato. Seguirá en el atletismo hasta que el cuerpo aguante, con 60, 70 u 80 años. No ha sufrido ninguna lesión de gravedad durante su carrera y eso le permite afrontar el futuro con ilusión, más aún al lado de Marta, con la que forma un binomio perfecto. En el Unicaja presumen de madre y de hija. Fran Lara, campeón del Mundo veterano de 3.000 metros obstáculos, sigue en un rincón el entrenamiento con una sonrisa en los labios. Está orgulloso de sus atletas. No en vano, son todo un ejemplo.
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