Manadas

Los programas de la televisión analizan una y otra vez el caso del supuesto abuso en Pamplona; la peor noticia es que hay más ‘manadas’ sueltas

Es el juicio más mediático de la actualidad española. Cada mañana los magazines de televisión analizan qué será de La Manada, el grupo de jóvenes que mantuvo relaciones sexuales con una joven en un portal, durante los San Fermines de 2016. El juicio dirime si hubo violación, como sostiene la joven —sería una víctima— o si, como defienden los acusados, fue una orgía voluntaria. Hay poco más de minuto y medio de grabación que se presupone crucial para decidir si a La Manada le espera cerca de un cuarto de siglo entre rejas. El clamor social es lo que pide: al grito de Yo sí te creo, cientos y cientos de personas defienden a la joven que sufrió un shock después de aquel episodio. También ha tenido que recibir atención psicológica. Agustín Martínez, el abogado de los jóvenes más odiados ahora mismo por la sociedad española, reclamaba objetividad habida cuenta, dijo en un programa, de que el juicio social ya se ha celebrado. La cobertura de los medios televisivos se ha esforzado por contarlo todo, hasta los días en que las cámaras y los móviles estaban prohibidos en la sala. En la prensa, las crónicas de Manuel Jabois en El País han recibido elogios de medio mundo, incluidos compañeros de profesión de Guatemala. Quien esté siguiendo el caso, que se resolverá a comienzos del año que viene, ha recibido información abundante como para sacar conclusiones. Lo que subyace es que la resolución sentará precedente. De todo lo que se ha escrito rescato una reflexión que me ha convencido. La firma en su cuenta de Facebook el escritor español Juan Gómez Bárcena: «Lo que me aterroriza es tener la íntima convicción de que ambas partes son sinceras. Dice la verdad la víctima cuando afirma haber sido violada por cinco miserables —diría que ha quedado más que probado en el juicio—y diría que son sinceros los cinco miserables en cuestión al afirmar que, en su opinión, "eso" que pasó en el portal no es una violación. Y eso es lo terrible». Tan terrible como que no hay solo una manada.