"Esperamos con poca fe una solución inmediata"
Dos empresas son las que optan de manera definitiva a quedarse con el servicio de comedor escolar en un problema enquistado en el tiempo
Unas veces con una canción fúnebre de fondo y otras con la infantil "Quiero comer", representantes de UGT, monitoras y alcaldes se han concentrado a las puertas de la Delegación del Gobierno autonómico para reclamar, de una vez por todas, una solución al problema de los comedores escolares. Se trata de un servicio que en Jaén parece condenado a tener conflictos. El 2019 se vio interrumpido por el desistimiento el contrato de Royal Menú y en 2020, Col-Servicol hizo lo propio. Así, los municipios afectados han encadenado dos campañas de recogida de la aceituna sin el servicio.
Estas circunstancias se han puesto sobre la mesa en la concentración llevada a cabo esta mañana en la que UGT ha demandado "soluciones inmediatas". "Esperamos con poca fe que haya una solución inmediata", confiesa el responsable de comedores de FsCM UGT en Jaén, Javier Lacarra. Pone el acento en el hecho de que, además del alumnado, la "gran preocupación" son las 120 monitoras escolares que llevan sin trabajar desde marzo del año pasado. Para ellas, confían en que la nueva adjudicataria proceda a la subrogación.
Pero denuncia que poco o nada saben de las dos empresas candidatas a quedarse el servicio. El secretario general de UGT en Jaén, Manuel Salazar, confiesa que las noticias las conoce por los medios de comunicación y demanda al delegado de Educación, Antonio Sutil, sentarse en la mesa de diálogo para conocer, por lo menos, la solvencia de estas firmas. Precisamente, Sutil las ha defendido en declaraciones a Europa Press. Considera que son "buenas noticias para arreglar la situación", asevera, no sin denunciar que tiene que cambiar un modelo que se originó en 2007 con el anterior gobierno socialista.
Mientras tanto son 147 los comedores escolares que va a licitar la Junta de Andalucía, entre ellos los 40 de la provincia de Jaén, que llevan sin este servicio desde principio de curso. Son 120 los empleados afectados y 1.500 menores sin servicio. En su representación, ha acudido a la protesta un nutrido grupo de alcaldes socialistas afectados, entre ellos el de Martos, Víctor Torres, donde hay cuatro centros sin comedor. Ha hecho hincapié en que es la segunda campaña de recogida sin él. "Además de ser una herramienta de conciliación de la vida familiar, en estos tiempos de recolección de la aceituna supone también un elemento de ayuda para los trabajadores temporeros", advierte.
Y sin olivar a los empleados, Ana María Cárdenas ha alzado la voz en representación de las monitoras. "Algunas compañeras están de ERTE, otras ni eso, la empresa ha desaparecido". La situación que describe es más que complicada y su esperanza radica en que la nueva adjudicataria subrogue a los empleados.
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