"Las Jornadas de Investigación sobre lo Desconocido no se han valorado"
Mar Contreras Morales (Jaén, 1970) tiene el discurso, muy natural, a medio camino entre la ilusión de haber creado algo propio y la pena de no haber logrado más respaldo. Las IX Jornadas de Investigación sobre lo Desconocido han sido las últimas precisamente porque ella ya estaba cansada de cargar con todo sin el apoyo, según lamenta, de las administraciones.
Está muy agradecida por el trabajo de Óscar Fabrega y Antonio Jesús López, sus dos grandes pilares en la Asociación Cultural Tempus Fugit 101. Contreras tiene el logo del colectivo tatuado en el hombro izquierdo, como muestra a Lacontradejaén. Amante del misterio y de las cosas que están ahí y cuesta explicar, esta celadora que trabajó en Pioneros todavía es optimista. ¿Y si algún pueblo de la provincia se anima a resucitar la cita? Lo deja entrever en la entrevista con este medio, en la Redacción, donde se presenta para hablar de todo un poco.
—¿Cómo han ido las IX Las Jornadas de Investigación sobre lo Desconocido?
—Maravillosas. Fueron un éxito de público y de recaudación de alimentos, que era el objetivo principal. Las conferencias, increíbles. Ha sido un fin de jornadas por todo lo alto. No puedo estar más contenta.
—¿Cuáles han sido los temas que más han interesado?
—Óscar Fábrega hizo la conferencia sobre su libro A propósito de Poe y tuvo mucha afluencia, aunque fue general. Radiestesia y energías telúricas, de Marta Ruiz, también estuvo muy bien. Jesús Callejo, que abordó la Sábana Santa, logró el lleno. Y Luis Tobajas, que habló sobre En busca de Moisés y el éxodo, también estuvo llena. Ha sido un culmen estupendo, como digo. El sábado por la tarde fue espectacular.
—¿Algo que le haya sorprendido de la novena edición?
—Me ha llamado la atención que haya venido gente de fuera: de Loja (Granada), Mallorca y Barcelona. Lo que es afluencia de público externo me ha llamado la atención eso, que hayan venido a ver las jornadas. Estoy muy satisfecha, porque cuando ves que la gente colabora con alimentos es genial. Incluso hay asistentes que lo trajeron por duplicado. A nivel personal, me gusta que la gente haya disfrutado gracias al nivel de los ponentes.
La parte negativa, que también existe, es el fin de las jornadas. Ya no las haré más. Son diez años, desde 2013 que empecé, y yo quería que Jaén tuviese un congreso de esta magnitud sobre temas que generalmente no se abordan, pero tienen su público. Eran de las jornadas más antiguas de España.
—¿Y por qué da un paso al lado?
—Porque no tenemos ayuda de las administraciones ni contamos con patrocinadores. Estos diez años han salido del bolsillo. Tú no puedes hacer un congreso pagándolo tú. Cuando esto es para Jaén y hay desplazamientos, el esfuerzo existe. Fíjese que la mayoría de los ponentes son de fuera. Al menos hay que pagar el alojamiento y la comida. Hubo un momento que no podía ni pagar el desplazamiento y los ponentes lo entendieron. Pero los gastos de aquí sí competen a la organización. Y han salido de mi bolsillo. Le hablo de gente que acumula decenas de libros y que tienen una trayectoria. Mariano Fernández Urresti ha venido tres o cuatro veces, por ejemplo, y ha sido primer premio del certamen de la Fundación Caja Granada de Jaén.
—Ha faltado apoyo.
—Exactamente. Yo sola no puedo. Si a nivel profesional mi camino tira por otro lado y ya no estoy en Jaén, no puedo organizarlas. Lo he tenido que hacer todo prácticamente. Mis dos compañeros están en Almería y me apoyan, pero el día a día era para mí. Ha sido un gusto organizar las jornadas, pero me ha faltado publicidad institucional. Eso es faltar el respeto a los propios ponentes, que vienen a entregar lo que saben. El 19 de enero le mandé un mensaje al concejal y aún no me ha contestado.
—¿Nunca ha tenido respaldo económico en nueve ediciones?
—Jamás, nunca.
—¿Siempre fue importante el carácter benéfico de las jornadas?
—Es lo principal. Aparte de la divulgación, lo más distintivo ha sido recaudar alimentos para Mensajeros por la Paz.
"ME QUEDÉ CON LAS GANAS DE TRAER A JUAN JOSÉ BENÍTEZ"
—¿Y la idea de las jornadas quién la emprendió?
—Surgieron por mis inquietudes en temas de misterio y parapsicología, cuestiones que se tratan menos en el día a día. Son temas que están ahí, como el de la Sábana Santa. En 2005 me propuse crear un congreso de esa magnitud para Jaén, pero me vine atrás por lo todo lo que conlleva a nivel de logística. En 2011 ó 2012 con la cantante de flamenco Vicky Romero sí que nos lo planteamos y tiramos hacia adelante. Contamos con la sala de la Asociación Española contra el Cáncer para las primeras ediciones. Lo asumimos todo, hasta fregar los suelos. Un año hubo donativos para la asociación, incluso. Vicky Romero siguió con su carrera y ahí es cuando encontré el apoyo de Óscar Fábrega y Antonio Jesús López y armamos la asociación. Entonces solicitábamos el Salón Mudéjar para las ponencias.
—¿Cuál ha sido el común denominador de las nueve ediciones?
—Las tres primeras ediciones fueron en la sede de la Asociación Española Contra el Cáncer, pero el resto se han celebrado en el Salón Mudéjar. Otro factor común ha sido el cariz solidario y, en lo que respecta a los ponentes, han venido muchas veces Óscar Fábrega, Jesús Callejo y Mariano Fernández Urresti. Recuerdo también con cariño a Juan Ignacio Blanco. Hemos traído personalidades que en su momento marcaron la diferencia. Me duele que hayan pasado desapercibidas. Porque todo no son procesiones, que yo respeto mucho, o bailes. Hay temas que también son parte de la cultura, como la Sábana Santa. Me comentaron que había una partida para 'el turismo oscuro', que es un término que no acabo de entender, pero que tiene un nicho de mercado. Lástima que en nueve jornadas no haya tenido esa suerte.
—¿Y cuánto se ha gastado?
—Este año, 800 euros. Y doy las gracias a Juan Viedma, a Cástor Tirado y Juan Pablo Lombardo, que han cooperado como amigos
—¿A quién le hubiese gustado traer?
—Sí (risas), a Juan José Benítez. También lo intenté tres veces con Juan Eslava Galán y no pudo ser. Hablé con él en un viaje a Madrid donde coincidimos por casualidad y tuve una de las conversaciones más interesantes de mi vida. Aunque en general con quien lo he intentado, he podido, como Luis Tobajas, cuyo canal en YouTube, Desafío Viajero, es una pasada.
A veces creo que el nombre de las jornadas no se entiende bien. Es cierto que en los primeros años hablamos de más allá de la vida, pero tampoco se ha tratado nada tan oscuro como para tener prejuicios.
—Me sorprende, porque lo desconocido vende. Es raro que la idea no haya ido a mejor.
—Claro, ahí está Cuarto Milenio.
—Pensábamos en el mismo programa.
—Y no me lo tomo como un fracaso. Una retirada a tiempo es una victoria. Creo que ha sido un triunfo dejarlas por todo lo alto y, a nivel personal, me queda la satisfacción de haberlo logrado con mi propio esfuerzo. Jaén merece un congreso así, insisto. Aunque si no se valora, creo me toca de disfrutar de estas conferencias en otro sitio.
—¿Descartas que la iniciativa vuelva alguna vez?
—Si alguien toma el relevo y tiene el suficiente empuje, me parecería maravilloso. Yo ya lo he dado, he cumplido. Si en algún pueblo hay un ayuntamiento que se anima, yo lo haría. Aquí en la capital no doy de más. Con apoyo hubiese 'disfrutado' más.
"SE ESTÁN HACIENDO MÁS COSAS, PERO YO QUIERO SALIR DE JAÉN"
—Cambiamos de tema. ¿Cómo es vivir en Jaén?
—Si le soy franca, estoy deseando salir. Jaén se me queda corto. Y que conste que ahora se están haciendo más cosas, pero enfocadas a públicos muy concretos. Como decía antes, hay muchas propuestas de religión y de bailes que no abren campo. Es mi tierra y he vivido aquí siempre, pero no entiendo como un sitio con tanto misterio y patrimonio no se explota más, aunque es cierto que ya se están haciendo rutas. Debería haber explotado antes.
Respeto mucho lo que se hace, pero no me llama tanto la atención. A nivel de turismo, sólo hay tres hoteles, y eso en una capital no puede ser.
—Le quería preguntar por eso. ¿Cuáles son los cambios que, a su juicio, necesita con más urgencia la ciudad?
—Alojamiento. Y ver más tiendas abiertas. Hay que tener un sitio en el que la gente cuando venga encuentre más establecimientos como La Bodega Maestra. Y hacen falta hoteles. Una amiga de Madrid quiso venir a las jornadas y no pudo porque no había habitaciones. En cuanto se juntan dos o tres eventos no hay oferta hotelera. Parece que ahora hay más turismo rural. A Jaén le falta esa capacidad de mantener al turista.
—La última, pura curiosidad: ¿qué tal fue trabajar en Pioneros?
—(Risas) Muy bien. Estuve muy poco, pero fue muy buena experiencia. Fue, a comienzos de los años 90, la época de los pinchadiscos y de los vinilos. Venían y probaban la música. Lo recuerdo con mucho cariño. Pepe Morales quería informatizarlo todo y le ayudé a organizarlo, pero a mí me encantaba bajarme a la tienda del Gran Eje, donde estaba Pedro de encargado. Me encantaba hablar con él.
Pepe Morales te ponía a prueba al principio. Hice la entrevista y le dije que quería trabajar porque me gustaba Pioneros. Por eso entré. Me hizo una prueba de una semana y me quedé. Creo que estuvo algo más de seis meses. Aquello eran como los semáforos: venían oleadas de gente a la tienda, y luego te quedabas sola, para ordenar. Guardo un gran recuerdo y además aprendí mucho de música.
Fotos y vídeo: Fran Cano.
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