"Los alumnos me dicen: '¡Maestra, ya estás cantando!"
En el mejor sentido de la expresión, María del Mar Gálvez Gómez (Mengíbar, 1989) da la nota en el escenario o en el aula, según toque. Quizá porque es doctora en Lenguas y Cultura y profesora de Inglés en Secundaria, domina los acentos y no le cuesta nada el andaluz que se gasta en el coro romero de su tierra o el anglosajón que destila en el instituto. Artista y docente, en ambas disciplinas brilla con luz propia.
—¿Cantaora o cantante, María del Mar?
—No sé, diría cantante, porque canto un poco de todo, aunque es verdad que empecé con el Coro Romero Desde Adentro, de aquí de Mengíbar, con canciones más flamencas; pero intento hacer de todo. De hecho ahora, en el Conservatorio Privado y Escuela de Música Maestro Emilio Cebrián, donde recibo clases con Alfonsi Marín, estoy ampliando horizontes.
—Prefiere no quedarse con un solo género, no limitarse a lo flamenco y desdeñar el resto...
—Exacto.
—¿Cuándo, cómo se dio cuenta de que podía también con otras músicas?
—Siempre me ha gustado cantar otro tipo de canciones; en casa he cantado de todo tipo, pero me daba un poco de respeto hacerlo en público, porque no era lo que siempre había cantado o porque no se había presentado la oportunidad. Al ser profesora, tengo que trabajar con la voz a diario y decidí coger algo de técnica vocal para no hacerme daño, para cuidar mi instrumento, y vi que dentro del conservatorio podía hacer incluso lírico, algo que no había pensado.
—A día de hoy, ¿con qué género se encuentra más cómoda? ¿O no le hace ascos a ninguno?
—Sigo combinándolo todo, la verdad; sigo en el coro y lo combino con las audiciones y las clases del conservatorio, y si surge alguna actuación en solitario, pues también.
—Sabe lo que es pasar por el estudio de grabación con el coro romero. ¿Y en solitario? ¿Ha grabado algún disco?
—No, y la verdad es que lo veo un poco lejano, no sé si llegará esa oportunidad.
—Del escenario a las aulas, María del Mar. ¿Tira usted de su faceta artística a la hora de enseñar Inglés a los estudiantes de Secundaria, o ese talento no le da juego a la hora de explicar?
—Digamos que lo intentas combinar: al explicar un idioma o enseñarlo, las canciones son algo supermotivador para los alumnos y, además, una herramienta muy útil que hace que aprendan inglés de una forma más divertida y con un lenguaje más cotidiano incluso. Lo intento incorporar a mis clases, sí.
—¿Y cómo reaccionan los estudiantes cuando se arranca usted?
—Me hace gracia, porque a lo mejor sale algún tema de vocabulario, yo lo conecto con una canción y claro, los alumnos me dicen: "Maestra, ¡ya estás cantando!". Me gusta incorporarlo a mis clases, y los alumnos lo agradecen.
—Dos vocaciones, la música y la docencia: ¿cuál pesa más, cuál tiene más tirón para usted?
—Creo que no podría desarrollar la una sin la otra, me encanta mi trabajo, creo que es una de mis pasiones y como intento incorporar la música, pues me encanta. Luego, en mi tiempo libre, en mis ratos de ocio o en mis momentos de más nerviosismo la música es mi vía de escape. Me encantan, no existiría una sin otra.
—Vamos, que no dejaría las clases aunque diera un pelotazo musical, aunque saliera vencedora de un castin, si es que se presenta usted a cástines...
—Sí, me he presentado varias veces. Con dieciséis años recién cumplidos me presenté a Operacion Triunfo y luego pasé los de Se llama copla, de Canal Sur; pero nunca he querido dejar mis estudios a un lado, no he querido centrarme en la música abandonando lo otro. Como lo tenía muy claro, sabía que mi profesión no la quería abandonar. Ya llevo un iempo que no me presento a cástines.
—¿Hija de profesor y cantaora, o de cantante y maestra? ¿Cuál de las dos pasiones que ejerce le viene marcada por la sangre?
—Ninguna, mi madre es peluquera y mi padre mecánico, no han cursado estudios superiores; pero a mí, desde bien pequeñita, mi madre me cuenta que reunía a las vecinas para darles clase, me encantaba, y jugar a las maestras. Y la música..., algunos familiares de mi padre (no directos) sí cantan, pero ellos no. Tanto a mi hermano como a mí sí nos gusta la música, aunque no la hemos vivido en casa.
—Sus alumnos la 'escuchan' a diario, pero el resto de los mortales, ¿cuándo puede oír cantar a María del Mar Gálvez? Más de uno, a estas alturas de la entrevista, estará lamentando no tener edad para matricularse en el 'insti'.
—[Ríe] Bueno, en septiembre retomaremos las clases y haremos las audiciones; y por las redes sociales, en la página del Coro Romero Desde Adentro, o en mis perfiles.
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