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Marteña de cuna, jaenera confesa y jiennense del año en Málaga

Por Javier Cano - Abril 21, 2024
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Marteña de cuna, jaenera confesa y jiennense del año en Málaga
La flamante Jiennense del Año de la Casa de Jaén en Málaga, María Rosa Rico Damas. Foto cedida por José Galián.

María Rosa Rico Damas recogerá el próximo mes de junio el galardón que concede la Casa de Jaén en Málaga, entidad a la que está ligada desde hace décadas

Tiene la edad suficiente como para recordar los coletazos de la posguerra, pero también la coquetería precisa que le impide confesar así, abiertamente, el año que vino al mundo: "A mi madre no le gustaba decir cuántos años tenía, y a mí tampoco", espeta a Lacontradejaén. 

Sobre las personas como ellas escribió Wilde aquello de que nadie debería fiarse de una mujer que le declarara su verdadera edad: "Una mujer que os dice eso, está dispuesta a deciros cualquier cosa", sentenció el genio irlandés.

Calendarios aparte, lo cierto es que nada de esto trae hoy a la marteña María Rosa Rico Damas a las páginas de este periódico, sino todo un nombramiento que la pone en el candelero pese a no ser plato de buen gusto para ella (eso de estar en primera fila, claro, no el título en sí, del que está más que orgullosa): Jiennense del año 2023 de la Casa de Jaén en Málaga. 

"Me lo ofrecieron hace veinte años y me negué, pero ahora me lo ha vuelto a pedir la junta en pleno y me ha dado apuro decirles otra vez que no".

Aceptado el honor, no tiene más que palabras de gratitud y satisfacción: "Me siento muy halagada de que se acuerden de mí, llevo al lado de la Casa muchos años, siempre colaborando con ellos". ¡Tres décadas, nada más y nada menos!

Ella misma lo cuenta para los lectores de estas páginas digitales: "Los conozco desde los años 90. Pusieron en la feria una caseta, en la calle Ancla de Málaga, y allí conocí a Fortunato,  que nos atendió maravillosamente a mí, a Pepe (el conocido jaenés José Galián Armenteros, su esposo) y a mis hijas. Luego hemos ido a las casetas todos los años en las distintas calles donde han esstado, en el ferial, en la Peña El Sombrero...".

Vamos, que se puede decir (y nunca mejor dicho) que es una mujer de la casa... de Jaén en Málaga. Una activa organización que ha visto en esta docente jubilada, cofrade comprometida, marteña de cuna y jaenera por convicción a la persona ideal en quien se resumen los valores de este colectivo de residentes en la Costa del Sol que, sin embargo, llevan su patria chica por bandera: 

"La Asamblea General de Socios acordó por unanimidad conceder la distinción 'Jiennense del Año 2023' a doña María Rosa Rico Damas, nacida en Martos (Jaén), en reconocimiento a su gran labor y apoyo a nuestra entidad", hizo público el colectivo en sus órganos de difusión. 

Será el próximo 28 de junio, en una cena de gala en el Hotel Málaga Palacio, cuando María Rosa será investida con el hermoso título que conceden sus paisanos avecindados en tierras malagueñas. 

DILATADA TRAYECTORIA PROFESIONAL

A lo largo y ancho de su existencia, la protagonista de este reportaje ha tenido tiempo no solo de formar una familia y de labrarse un camino profesional dilatado y ungido por la vocación, sino también de erigirse en individualidad con peso propio en los colectivos en los que ha militado. 

No en vano, enumera con evidente complacencia los títulos (académicos aparte) que adornan su biografía, a saber: camarera de la Virgen de la Capilla bastantes años, y camarera de honor (nombramiento vitalicio, eterno mejor dicho) de La Estrella; cofundadora de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza de Málaga y consejera actualmente de la misma y hasta turista de honor de Torremolinos, que suma al galardón recientemente concedido. 

Sin embargo (teniendo en cuenta su carácter alejado de los focos, de la primera fila), para más de uno y de una siempre será doña María Rosa, la maestra (la misma carrera que estudió su madre). 

Toda una vida profesional dedicada a la docencia que comenzó en un cortijo tuccitano del que pasó a Torredonjimeno: "Allí lo pasábamos maravillosamente, éramos todos maestros jóvenes y todos los días bebíamos una copita de fino subiendo hacia la escuela, en el Bar Canelo".

De ahí, a Las Casillas de Martos y nada más casarse, en 1970, en Jaén capital: primero "en un antiguo patronato de las siervas de los pobres, junto a la iglesia de Santa Isabel", donde ejerció la tira de tiempo hasta que se integró en el claustro del colegio Jesús y María, en el últimamente tan traído y llevado paseo capitalino de la Alameda, donde se jubiló. 

"Siempre me ha gustado la docencia, estoy muy satisfecha de mi vida como maestra: si naciera, volvería a ser docente", concluye María Rosa Rico Damas. Una 'jiennense de bandera' compartida, en la que caben la infancia y adolescencia en Martos, el amor a un Jaén evocador cuyas tradiciones siente como suyas y una Málaga que le procura la felicidad merecida. Felicidades, pues.

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