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'Lucero Tena' resucita en un pueblo del Santo Reino

Por Javier Cano - Septiembre 06, 2025
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'Lucero Tena' resucita en un pueblo del Santo Reino
Marta Medina Viedma con sus castañuelas. Foto cedida por Marta Viedma.

La bedmarense Marta Medina Viedma (Bedmar, 1947), afincada en Cataluña desde hace más de medio siglo, enseña a tocar los palillos a sus paisanas de forma voluntaria, desinteresada, por amor a su municipio. 

Más que agradecida al Ayuntamiento por la "ayuda" que presta a la Asociación Hijos de Bedmar en Cataluña (de cuya coordinadora forma parte), hoy desgrana para los lectores de Lacontradejaén lo que ella llama "el lenguaje de las castañuelas"

—¿Cuándo empezó usted a sacar música de este instrumento?

—Hace veinte años, cuando se formó la asociación. Había que aprneder algún instrumento, mi hijo me sugirió las castañuelas y aprendí, en Cornellá.

—¿Dónde se formó?

—Igual que nosotros tenemos esta asociación, allí había otras que daban clases. He ido a varias.

—Y de aprenderlas en tierras catalanas a enseñarlas en su patria chica...

—Yo venía aquí, a Bedmar, y veía que la gente no tenía interés por ellas, así que le dije a mi hijo (responsable de la asociación) de enseñar a la gente. Él me animó, me dijo que valía para eso y que era una buena obra. 

—¿Desde cuándo imparte cursos en Bedmar, entonces?

—El año pasado empezamos con cinco o seis personas, pero este año ya son veinte. Estamos contentas.

—¿Contentas? Habla usted en femenino, ¿es que los hombres no se animan?

—La verdad es que ahora mismo no tengo ninguno en el taller. 

—Entrando en materia, Marta, ¿cuál es su metodo de enseñanza?

—Yo lo que enseño es el lenguaje de las castañuelas.

—Suena muy bien (nunca mejor dicho): ¿qué es exactamente el lenguaje de las castañuelas?

—Hay muy buenos profesores que enseñan a través de solfeo, o de oído, pero yo lo hago a través de ese lenguaje, que es muy sencillo. 

—Somos todo oídos (todo ojos, mejor dicho).

—La mano tiene cinco dedos, cada uno suena con un número, del uno al cinco. Cuando manejas los dedos bien y eres capaz de hacer el movimiento del abanico con la castañuela, cada dedo dice una cosa.

—¿Los dedos dicen?

—Sí, sí.

—¿Y qué dicen?

—Riá pitá los cuatro dedos de la mano izquierda, y va pasando de una mano a la otra. Luego enseño a chocar las castañuelas unas con otras, eso se llaman chin. Y el dedo corazón derecho y el izquierdo, al mismo tiempo, hacen el tan: riá pitá chin tan

—Se podría decir que esas son las "palabras" básicas de ese lenguaje...

—Eso es lo básico, sí. Los dedos no hacen lo que les mandas, tienes que dominarlos. 

—Habla usted de riá pitá chin tan, ¿quiere decir eso que las castañuelas (al menos el método que enseña en Bedmar) se reducen al género de las sevillanas solamente?

—No, se pueden tocar pasodobles también. 

—¿Hacen falta condiciones especiales para ser un buen ejecutante de palillos, o cualquiera podría?

—Todo el mundo puede, y además es muy bueno, está recomendado por los médicos, para los mayores. Mueves las manos, la cabeza piensa.

 Marta, en Bedmar, con sus alumnas. Foto cedida por Marta Medina Viedma.
Marta, en Bedmar, con sus alumnas. Foto cedida por Marta Medina Viedma.

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