Un viaje modesto hacia la gloria
El Software DelSol Mengíbar vive sus días más felices en la Segunda División del fútbol sala nacional en puestos de play off de ascenso a Primera y con un proyecto más que consolidado
Juan Lavirgen Gómez ha transformado un modesto equipo de un municipio pequeño en un club modélico. Su proyecto, que arrancó hace nueve años, ha alcanzado de manera insospechada una dimensión desconocida. Con apenas tres años de experiencia en la Liga Nacional de Fútbol Sala, el Software DelSol Mengíbar busca el más difícil todavía en el meritorio capítulo de su humilde enciclopedia que se escribe estos días en la Segunda División. El presidente de la entidad habla con sencillez de estos momentos felices que son consecuencia del trabajo bien hecho gracias al esfuerzo de un grupo de directivos que ha sabido superar con tesón y constancia los obstáculos del camino.
Mengíbar, que no llega a los diez mil habitantes, oposita a una nueva proeza en el deporte jiennense. Su equipo de fútbol sala es tercero en la tabla y tiene cada vez más cerca el play off de ascenso a la Primera División. La victoria del pasado sábado ante el Córdoba CF (8-3) ha desbordado la ilusión en el pueblo, donde no se habla de otra cosa que de las gestas de los guerreros que entrena Javier Garrido, un "loco del fútbol sala" que ha conseguido llevar al Software DelSol Mengíbar de la Segunda B a un paso de la élite. La historia reciente de este club no se entiende sin su máximo responsable técnico. Su continuidad en el banquillo ha permitido consolidar el bloque y prolongarlo en el tiempo sin sobresaltos. "Es la raíz de todo esto. Siempre hemos confiado en su trabajo", subraya Juan Lavirgen.
El club mengibareño, patrocinado por la empresa tecnológica Software DelSol, la Diputación, el Ayuntamiento y un listado de pequeños negocios del pueblo y la provincia, cambió varias piezas en verano para buscar ese salto de calidad que permitiera competir al máximo nivel. Llegaron varios jugadores de fuera, entre ellos Emilio Buendía, con más de 75 goles anotados en la mejor Liga del mundo, pero que arrastraba una lesión de rodilla que le obligó a pasar por el quirófano y a perderse la recta final de la competición con su anterior club, el Levante. La apuesta fue arriesgada, aunque segura porque Buendía ha sido todo un revulsivo para la plantilla.
Le acompañan otros futbolistas con experiencia como el incombustible José López, el jerezano Manu Orellana, el cordobés Colacha, el linarense Tortu o el meta Juan Zardoya, criado en el Aspil Vidal Ribera Navarra, a los que hay que sumar los jugadores de la casa que siguen en el plantel.
La junta directiva ha sido capaz de construir un proyecto con una buena base, cumpliendo con los compromisos y sin salirse del presupuesto. Ofrece seriedad y estabilidad que en estos tiempos no es poco. Tienen un contacto directo con los jugadores del primer equipo y con la gente de la cantera. Ese ambiente de cercanía y de camaradería es el que crea la implicación necesaria para que todo funcione. El sueño de jugar por el cambio de categoría está ahí. Que se cumpla o no dependerá de diversos factores, pero nadie puede negarle a la afición el derecho a vivir una experiencia única.
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