Más que un mercado

El Ayuntamiento de Úbeda avanza en el proceso de remodelación de la plaza de abastos que quiere convertir un polo de atracción comercial dentro de un modelo desarrollo económico equilibrado

El comercio es clave para el éxito de cualquier ciudad y más aún cuando se trata de una con el marchamo de Patrimonio de la Humanidad. El Ayuntamiento de Úbeda es consciente de ello y, por tal motivo, está empeñado en hacer del mercado de abastos un atractivo polo magnético, sobre todo para los comerciantes del municipio. La remodelación sigue adelante con paso firme después de publicarse en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) el estudio de viabilidad económica de la intervención y gestión de la plaza. Todo ello bajo un modelo sostenible y equilibrado articulado en el proyecto de ciudad que defiende el equipo de Gobierno.

No en vano, se trata, en palabras de la alcaldesa, Toni Olivares, de un proyecto “estratégico”, porque es importante para Úbeda responde a la filosofía de crecimiento equilibrado del municipio. “En ese modelo de ciudad, es una pieza clave para el centro histórico. Queremos un centro histórico vivo y dotado de servicios y de habitantes", puntualiza la regidora.

El Mercado de Abastos es, a juicio de Olivares, el "broche del centro comercial abierto y del arreglo de la calle Corredera de San Fernando, cuya remodelación ya se ha previsto en la Edusi Úbeda y Baeza, financiada con Fondos Europeos", recuerda.

UNA PETICIÓN DE HACE MÁS DE DOS DÉCADAS

La regidora de la localidad ha resaltado que el asunto de la remodelación del Mercado de Abastos es una demanda histórica tanto de los vendedores como de los usuarios del espacio, desde hace más de 25 años, y que en este transcurso de tiempo se habían sucedido diferentes intentos de llevarla a cabo, todos hasta el momento fallidos. “Por todas las razones que les he expresado, este tema lo hemos convertido en una prioridad en la que llevamos casi dos años y medio trabajando y lo estamos haciéndolo codo con codo con los vendedores”, apostilla.

Al respecto, Olivares reconoce que se trata de "un proceso largo y complejo en el tiempo", puesto que requiere de una gran inversión que lleva aparejada una legalidad muy estricta al tratarse del edificio que es y localizarse en el centro histórico, afectado por el PGOU, el Plan de Protección del Centro Histórico y la Declaración de Patrimonio de la Humanidad. “Entiendo que quien no ha hecho nada no conozca los plazos y las legalidades que hay que cumplir”, enfatiza.