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Metamorfosis y nostalgia Covid-19

Por Patricia Castillo - Mayo 15, 2021

¿Has visto cómo se transformaba Hulk? ¿Sabes cómo se trasforma el personaje del libro Metamorfosis de Kafka? Esta pandemia ha sido dura. Ahora que abren las puertas y las personas saldremos del estado de alarma, ¿cómo nos vamos a sentir después de todo lo que hemos sentido y vivido?

Quizás hemos cambiado, como hace un año y tres meses decíamos que iba a ser. Tengo esperanza pero también tengo miedo y mucho respeto, sobre todo por los mayores y por los sanitarios que están agotados. Yo también añoro la vida “feliz” de salir sin mesura o sin pensar en que me puede ocurrir algo. Ha llegado la hora de contarnos cara a cara las experiencias y ver si esos sentimientos han jugado con nosotros, nosotros con ellos o ha sido ficción; o realmente hemos crecido a través de un no parar de reír, de noticias televisivas pandémicas, nostálgicas y diferentes pérdidas y tristezas que hemos vivido.

La felicidad se nos ha caído durante este tiempo, también se ha levantado. Nos estancamos o hemos ordenado nuestros sueños y vamos a sacar afuera nuestros proyectos con mucha energía y valor: encajando cada pieza que se ha quebrado en estos meses de tanta intensidad. Ahora toca sanar. Asumir. Aprender y asentar este proceso, viendo cómo hace unos meses nos dolía todo y, ahora, vas a salir a comerte el mundo. ¿Así lo piensas?

Con las vacunas estamos más seguros, ya hemos decretado el ánimo y vamos a comenzar a bailar (esperamos) algún día sin reparo, dejándonos llevar y, de vez en cuando, echando la vista atrás para recordar la historia y no olvidar que crecimos y que esto llegó sin avisar. Te he visto en cada trozo de papel en blanco y tuve la destreza de escribirte y la cobardía de no entregarme por miedo al fracaso... En todo este tiempo me pregunté: ¿para qué me está sirviendo la nostalgia? Ahora tengo una respuesta muy consciente: para tomar impulso; para eso usamos este sentimiento; para encontrar ese impulso vital que nos hace falta y lanzarnos de lleno a la vida y tomar decisiones desde la experiencia.

Es como un refuerzo emocional y esa es la finalidad psicológica, reflexiva y restauradora que me ha dado a mí. Te recomiendo un libro que leí: El futuro de la nostalgia de Svetlana Boym. A ver qué te parece.

También hay que tener cuidado con la nostalgia; por una parte, lo vivido es imborrable y un legado a aceptar y, segundo, no hay que anclarse en ella. Luis Rojas, psiquiatra, con el libro Antídotos para la nostalgia, explica que idealizar en el pasado nos distorsiona de la realidad y empezamos a dejar ir muchas cosas, no nos concentramos en el presente... ¡Eso es! ¡Vamos a vivir conscientes! ¿Te parece? ¿Cómo te sientes?

No vamos a recuperar el tiempo perdido pero sí vamos a seguir adelante y a aprender a vivir el presente, y se puede usar la nostalgia para avanzar, caminar, con todo lo que ha supuesto una pandemia y crisis, y lo que aún nos queda.

Escribiendo mi tercer libro y unas actividades para mi proyecto —pronto conoceréis más— me voy preparando emocionalmente para vivir experiencias, llenarme de entusiasmo y emoción.

Me di cuenta de que soy más creativa de lo que pensaba, me busqué la vida con esas sensaciones y emociones y aunque añoraba a ciertas personas, cosas, momentos, supe que un día yo estaría mejor, y que lo que estaba sucediendo era un ciclo más en mi vida que se movía al mismo tiempo que mi crecimiento personal y profesional.

¿Alguna vez te ha pasado? Cerrar ciclos es algo muy útil para continuar adelante. Siempre digo que lo mejor es ayuda de un especialista. También es algo bello y transformador. Es como cuando te miras al espejo y no encuentras tu risa o el brillo de tus ojos y, de repente, te dejas llevar por el flow de la vida, haces un jasseo (aconsejo ver la película de Soul) y de repente dejas de cuestionarte, dejas de culpabilizarte, te das un abrazo a ti misma o a ti mismo, haces las paces y vuelves a renacer.

No te miento, caí en la nostalgia un tiempo, ya sabes, había caído tanto que no sabía ni cómo levantarme ni para qué. Tampoco te niego que quise reavivar llamas apagadas y me he hecho mucho daño, pero ¡bah! ya aprendí y lo estoy poniendo en práctica.

Así comienzas a mirarte y a distinguir los pensamientos de las emociones, los falsos y boicoteos y lo que realmente te hace ser, tú. Valoras el amor, los lazos con la familia, amistades y encuentras la salida entre tanta oscuridad. A esto le sumamos la seguridad que sientes y, aunque la transición de la oscuridad que ha hecho tambalearte, la luz vuelve a ti y te das cuenta de que eres otredad. Y eso que la incertidumbre ha sido un éxito en estos meses, pero aprendiste a lidiar con ella y a saber que la vida no es cierta y que lo único que hay cierto es que todos tenemos el mismo principio y el mismo final.

Esto me hace sentir mejor, pero aún tengo miedo y, si realmente hemos aprendido algo de estos días y primaveras robadas es que cuidarnos los unos a los otros es lo que nos hace realmente humanos. Sigamos con esa decisión y elijamos el bienestar y la Paz.
Con amor:

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