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"Mi gran obsesión es volver a traer industria a La Carolina"

"Mi gran obsesión es volver a traer industria a La Carolina"

Por Esperanza Calzado - Agosto 13, 2023
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De Cristóbal Pérez (La Carolina, 1974) se puede decir que es uno de los alcaldes 'del cambio' que el PP ha querido desplegar en la provincia de Jaén en todos los comicios electorales. El pasado mes de mayo recuperó la Alcaldía del Ayuntamiento de La Carolina para el PP, después de los dos mandatos socialistas. No lo hizo de cualquier manera. Sumó el mejor resultado de la historia de la democracia para los populares carolinenses y lo hizo tras volver a la política recuperado de un calvario judicial que duró ocho años.

Fue en 2014 cuando dimitió de su cargo de teniente de alcalde de La Carolina y se dio de baja del PP al ser investigado en la Operación Enredadera. Desde el principio, negó haber cobrado comisión alguna de la empresa Fitonovo y ocho años después la Justicia le dio la razón. Regresó al partido, a la vida política activa y ganó como nunca nadie lo había hecho antes, ni tan siquiera el mítico Ramón Palacios. Este domingo, entrevistamos a uno de los alcaldes 'del cambio'.

—Ha pasado más de un mes desde que tomó posesión como alcalde de La Carolina. Le habrá dado tiempo a reflexionar y asimilar los resultados electorales. ¿En algún momento se llegó a plantear una victoria tan contundente?

—Siempre lo he pensado y le voy a contar una anécdota que lo demuestra. Durante la jornada de reflexión previa a las elecciones municipales, el equipo 'del cambio imparable', como lo llamábamos los 23 candidatos, hicieron una porra en el grupo de WhatsApp. Todos escribieron sus resultados y me pidieron que "me mojara". Les dije que me daba igual lo que sacaran los demás, pero yo estaba convencido de que íbamos a sacar once concejales. 

Cuando fue la noche electoral y con el 16% del escrutinio ya veíamos que nos daban once concejales, algunos de mis compañeros me miraban. Toda la noche disfruté pero estuve con la obsesión de conseguir ese décimo primer concejal porque creo que era la manera de entrar haciendo historia. Yo soy de las personas que piensan que si vas a hacer algo, hazlo a lo grande, no a medias. 

Así que las sensaciones son de inmensa alegría por el trabajo bien hecho. Este resultado no vino de la noche a la mañana, sino que llevamos mucho tiempo preparándonos.

—Quienes son de La Carolina hacen el comentario de que "ni con Ramón Palacios" se obtuvo este resultado. ¿Cómo le hace sentir esto?

—Son muchas sensaciones, la mayoría gratificantes. Es cierto que superar a una persona tan histórica como Ramón Palacios en intención de voto no lo ha conseguido ningún candidato anterior. Es digno de alabar a nivel personal pero tengo una doble responsabilidad. Según los análisis que hemos realizado, entre 1.500 y 1.800 socialistas han depositado su confianza en mí, lo que me lleva a tener una doble responsabilidad porque no quiero perder ese resultado.

—Su regreso a la primera fila política fue después de un calvario judicial de ocho años. ¿Cómo vivió ese tiempo?

—También ha sido un cúmulo de muchas sensaciones. La familia es la que, al final, peor lo pasa, sobre todo cuando ven los panfletos repartidos casa por casa que te calumnian o informaciones en las redes sociales que te injurian... Yo hice ese voto de silencio durante todo el proceso y le pedí a mis familiares que así lo hicieran. Gracias a Dios y creyendo en uno mismo todo sale bien. Ese sí es un consejo que doy a los demás: hay que creer en uno mismo, si crees en ti y crees en la proyección que tienes, al final las cosas pueden salir. 

—¿Entendieron familiares y amigos que quisiera regresar?

—Tuve poco espacio de tiempo para pensar y para trasladarlo a la familia porque de inmediato me llamó Erik Domínguez, el presidente del PP provincial. Yo anuncié mi candidatura en octubre y hay quien pensó que iba muy bien. Al final las cuentas me han salido bien pese que entre medio se han producido circunstancias personales difíciles como los problemas de salud de mi hija. Esto me hace pensar que si la carrera electoral la hubiera empezado más tarde no podría haber conseguido este resultado.

—Insisto. ¿Su familia lo entendió?

—Mi mujer siempre me dijo que me metía en camisa de once varas sin tener necesidad. Pero, al final, si amas una cosa no puedes renunciar a ello. Mi familia me dejó claro, desde un principio, que se iban a dar momentos complicados y en la toma de posesión lo dije, ahora viene lo gordo. La familia, al final, es tu apoyo y entiende que amo esto.

—¿Se encontró el ayuntamiento como esperaba?

—Yo esperaba encontrarme una situación complicada. Cuando veía las calles llenas de trabajadores municipales sabíamos que eso tendría un coste. Encontrarnos 421 empleados, de una plantilla de 241, choca a cualquiera. Se lo he trasladado al alcalde de Jaén o a la alcaldesa de Linares y no se lo creen. Yo me he comprometido a tener la transparencia debida con los ciudadanos e ir explicando la situación, pero los ciudadanos quieren que le solucionemos cosas, no que les expliquemos nuestros problemas. Sí voy a tener un espacio para que sepan lo que hay pero tengo que trabajar con los proyectos que tenemos entre manos y nos hemos comprometido a llevar a cabo.

—Supongo que indicarme sorpresas para mal que se haya encontrado será fácil, pero ¿y para bien?

—Lo que está bien, para qué cambiarlo... Tampoco es que me haya encontrado cosas muy buenas. Hay muchas por hacer pero lo que se tenga que mantener, se hará. En la limpieza y mantenimiento, La Carolina adolece de un trabajo importante y creo que la planificación de la plantilla es mejorable. Los ciudadanos no pueden venir al Ayuntamiento por un problema y salir con tres. Tengo una obsesión personal de mejorar y profesionalizar la plantilla municipal de cara al servicio del ciudadano porque, al final, es el que nos paga las nóminas. Pero insisto y te reitero que todo aquello que esté bien, no lo voy a tocar.

—¿Cuáles son las líneas estratégicas del proyecto de su equipo para estos cuatro años?

—Lo fundamental es estabilizar el Ayuntamiento y su situación económica. Las partidas presupuestarias están agotadas, los proveedores llaman porque quieren cobrar y no tenemos capacidad económica para pagarles; tenemos una plantilla sobredimensionada, disponemos de informe de la Intervención que dice que no tengo crédito presupuestario para pagar las nóminas desde septiembre hasta la 'extra' de diciembre... ¿Qué significa todo esto? No se trata de meter miedo a los trabajadores porque, por supuesto, van a cobrar su nómina. El problema es que al no tener crédito presupuestario tengo que 'comerme' el presupuesto del año que viene, lo que es un perjuicio para los carolinenses. Al final yo empiezo el año con un millón y medio de euros menos para ejecutar proyectos.

—De hecho, está explicando en redes de dónde va a sacar el dinero y quién o qué proyecto va a salir perjudicado.

—Exacto. Hay informes técnicos municipales que certifican las cosas, por qué no voy a hacer público para los ciudadanos ese informe. El técnico no es un político, no cae en la pelea política, sino que te dice lo que hay. Hay gente que está valorando esa transparencia y cuando yo en este mandato haga algo que no está bien no se me van a caer los anillos en decirle a los carolinenses que me he equivocado. Yo entiendo que el equipo anterior viniera aquí a hacerlo todo mal, desde luego que no. Todos tenemos buena voluntad y algunos tenemos más o menos capacidad. Nos equivocamos todos y seré el primero que me equivocaré.

—El empleo y la industria son, sin lugar a dudas, las principales reclamaciones de los vecinos de la capital de las Nuevas Poblaciones. ¿Qué se puede hacer para atraer más industria?

—Esa es mi obsesión personal y la delegación de Industria me la he quedado yo porque es una apuesta personal mía. Hemos perdido el músculo industrial que La Carolina tenían en las últimas décadas en detrimento de otros municipios cercanos. Hay trabajo que se quiere materializar a corto, medio y largo plazo. Uno de los compromisos que adquirí fue la cesión de los terrenos de Santana para hacer un parque empresarial que es vital para nuestro progreso. Al consejero de la Presidencia, Antonio Sanz, le hemos pedido a la Junta que nos ceda los 800 metros cuadrado diáfanos que tiene el CADE. Era una gestión que desde hace más de 12 años se estaba pidiendo y parece que lo vamos a materializar pronto. Tengo una obsesión para La Carolina que es tener suelo industrial. Podemos llamar a la puerta de 100.000 empresarios, pero cuando uno de ellos me diga que necesita 30.000 metros cuadrados se me caerá la cara de vergüenza. Por tanto, suelo industrial de oferta para poder convencer al inversor que venga. 

Tenemos otra línea de trabajo muy importante que es implantar la Escuela Municipal de Emprendimiento. El inversor que venga debe ver que La Carolina está dotada de personas cualificadas para trabajar en esas empresas. Mi responsabilidad es crear los mecanismos para que vengan empresarios que generen empleo y para ello también es necesario que la población esté preparada.

El sacrificio debe ser de todos. Yo voy a trabajar duro para traer industria pero necesito que mis vecinos me ayuden si queremos que La Carolina tenga futuro. Tenemos que trabajar todos para prepararnos y convencer a esos inversores para que vengan. 

—Una última pregunta. Estamos viendo a muchos vecinos ser recibidos por el alcalde. ¿Qué sensaciones le transmiten? Supongo que la mayoría vienen a explicarle sus problemas.

—Siempre he dicho que la política más bonita es la municipal. Te sientes gratificado de hablar con ellos pero la gente viene con muchos problemas. La Carolina no está como hace quince años. Desde la crisis mundial de 2008, no acabamos de levantar la cabeza y la situación es complicada. Los ciudadanos vienen y tienen que ser recibidos por su alcalde, solo que les pido paciencia porque hay una larga lista de espera. Hay más de 300 personas apuntadas pero no me puedo dedicar solo a eso sino que también tengo que trabajar en otros proyectos.

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