Miedo al coche oficial

El alcalde viaja en un vehículo con graves problemas mecánicos que no puede sustituir

El Ayuntamiento de Jaén está entrampado hasta las cejas. Debe más de 530 millones de euros, no puede solicitar más préstamos y cualquier gasto está sometido no solo a un severo plan económico y financiero, sino al pago a proveedores. Cada euro que ingresa va directo a sufragar las obligaciones pendientes, más allá de gastos propios, como el abono de las nóminas, los servicios municipales y el propio funcionamiento de la Administración local. Todo ello hace que su margen de maniobra sea inexistente a la hora de plantearse una compra, por muy insignificante que parezca, aunque sea necesaria por motivos, por ejemplo, de seguridad.

Es lo que ocurre con los coches oficiales del Ayuntamiento, que no son muchos, pero cuyo estado comienza a ser alarmante dada su antigüedad. Según el Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO) promovido por Arval, los españoles estiran la vida de su utilitario hasta los 11,7 años, lo que supone dos años más que la media europea. El automóvil en el que viaja el alcalde, Javier Márquez, tiene más de trece años y comienza a dar verdaderos problemas. No le entra ni la primera, ni la segunda marcha y el cuentakilómetros ha dado ya varias vueltas (tiene más de 300.000 kilómetros a sus espaldas). Solo en 2016, realizó más de 17.000, teniendo en cuenta que sale lo justo de las cocheras municipales, solo para desplazamientos oficiales y, a ser posible, excepcionales.

El regidor ha reconocido a más de un trabajador que pasa verdadero pavor cuando viaja en él. Y razón no le debe faltar, si atendemos a las recomendaciones de la Dirección General de Tráfico y a los datos de siniestralidad. Así, según este organismo, el hecho de que circulen vehículos cada vez más antiguos por las carreteras españolas es una de las razones del incremento de la siniestralidad el pasado verano y recuerda que los vehículos en los que se han producido víctimas en estos accidentes tenían una antigüedad media de 13,6 años. Desde Anfac, la patronal de fabricantes, advierten de que este envejecimiento supone “un riesgo en materia de seguridad y un aumento de las emisiones a la atmósfera”.

Bien es cierto que el coche del alcalde no es un vehículo cualquiera. Se adquirió durante el mandato de Miguel Sánchez de Alcázar y está dotado con importantes medidas de seguridad, como blindaje, puesto que se compró siguiendo las recomendaciones del Ministerio del Interior -ETA seguía en plena actividad-. Eso hace al automóvil aún más pesado y más complicado de reparar cuando tiene averías. Javier Márquez es el cuarto regidor con el mismo vehículo, después de Miguel Sánchez de Alcázar, Carmen Peñalver y José Enrique Fernández de Moya. Y visto lo visto, salvo que le toque la lotería al Ayuntamiento, Javier Márquez deberá armarse de valor, controlar su miedo y asumir que al coche oficial le queda mucha carretera y manta por delante.

VEHÍCULOS ENVEJECIDOS

En la misma situación se encuentran el resto de vehículos destinados a uso oficial, como los de la Gerencia de Urbanismo u otros organismos autónomos. Coches que se han quedado anticuados y que no se puede sustituir porque básicamente no hay ni un céntimo en las arcas del Ayuntamiento y menos para "caprichos". Esto es un reflejo más (baladí para aquellos que consideran que el dinero público debe emplearse en otras cosas más importantes) de cómo se encuentra la Administración municipal.