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El mundo cofrade jiennense despide a su 'joyero de cabecera'

Por Javier Cano - Enero 19, 2021
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El mundo cofrade jiennense despide a su 'joyero de cabecera'
Fernando Cruz coloca una joya en el marco del Santo Rostro. Foto cedida por Ángel Cruz.

Fernando Cruz, propietario junto con sus hermanos de un señero establecimiento en la Carrera, falleció el pasado jueves a los 79 años de edad 

Pregoneros, conferenciantes, presentadores de carteles o boletines, fotógrafos... Muchos, pero que muchos de los protagonistas de la Pasión y la Gloria jiennenses exhiben en sus hogares, con orgullo, placas, recuerdos o medallas salidos de los talleres de Fernando Cruz (Jaén, 1941), 'joyero de cabecera' del mundo cofrade de aquí que, a lo largo de medio siglo de trabajo, tuvo siempre a las hermandades entre sus clientes predilectos.

Se marchó el pasado jueves a causa de "una oclusión intestinal", aclara su hermano Ángel Cruz (propietario junto con sus hermanos Santi y Fernando de la ensolerada joyería que atendían en la Carrera desde hacía 35 años largos), después de superar, el pasado mes de noviembre, el mismísimo Covid-19, a los 79 años de edad, tras una dilatada trayectoria al frente de su ensolerado negocio. "La muerte, que no puede vivir sin nosotros", escribió el gran Huidobro.

Cofrade de Nuestro Padre Jesús y de La Estrella, Fernando Cruz Pérez era un joyero de dinastía, hijo y nieto de reconocidos orífices de aquí que primero en sus talleres de las calles Tablerón (calle cofrade donde las haya) y Gracianas y, luego, en la tienda de 'Bernabé Soriano' (tribuna pasionista de la capital), labró y labró joyas únicas para una Semana Santa que amó toda su vida y cuyo mayor símbolo, ese que tanto trabajó con sus manos, llevaba en su propio apellido:

"No solo placas, también hemos hecho muchas flores de Pasión a las Vírgenes, los clavos de plata que tiene el Cristo de la Merced y muchos arreglos para las cofradías, entre ellas para la de Nuestro Padre Jesús", recuerda Ángel Cruz, y apostilla: "Es lógico, poníamos siempre un precio más económico a las hermandades, siempre nos gustado ese mundo".

Hombre amable en el trato, conversador, su prestigio profesional lo hizo depositario de encargos de esos por los que vale la pena toda una vida de dedicación; entre ellos, "la colocación de una esmeralda donada por señora de Torredelcampo cuyas hijas, una vez fallecida esta, cumplieron su voluntad" (en palabras del deán de la Catedral jiennense, Francisco Juan Martínez Rojas).

Una donación que vino a engrosar el maravilloso repertorio que conforma el marco del Santo Rostro y que sumó otro buen pedrusco a las 210 esmeraldas, 191 rubíes y 193 diamantes que hermosean la valiosísima moldura de la Santa Faz de Jaén, momento inmortalizado en la fotografía que corona este recuerdo. 

RECONOCIMIENTO A SU FIGURA

La muerte de Fernando Cruz ha llegado con la fuerza de un dolor nuevo al mundo cofrade local, algunos de cuyos nombres más destacados lamentan la pérdida de uno de los artesanos más reconocidos y reclamados por las hermandades:

"Importantes fueron también los arreglos que en varias ocasiones le hizo a la corona de oro procesional de la Virgen de la Capilla, patrona de Jaén y única Virgen coronada canónicamente de esta ciuda, así como la reparación en el valioso 'rostrillo de procesión' cuando volvió a ser usado en una nueva etapa desde 1998", en palabras de José María Francés, ex hermano mayor de La Amargura y miembro de una dinastía histórica en las filas de la alcaldesa mayor de la capital.

Jesús Pegalajar, histórico de El Yacente, indica que Cruz "fue el responsable de revisar el estado de la gran corona de las Dolorosas de Jaén, que es la de la Soledad, y volvío a colocar la cruz que se había desprendido". "Cada vez que una estrella de las preseas de la Virgen se caía, íbamos a su taller y casi siempre no nos cobraba", recuerda el actual vocal de Comunicación y Publicaciones de la Agrfupación.

Otro destacado cofrade, Joaquín Riquelme, actual secretario de la Agrupación de Cofradías y ex hermano mayor de El Perdón, no ahorra elogios al desaparecido joyero:

"Desde que estábamos en el Grupo Joven de El Perdón, hacíamos allí las placas de los encuentros cofrades, los grabados de las imágenes en plata o las famosas medallas grabadas en láser con nuestras imágenes titulares, siempre las comprábamos allí, lo mismo que la insignia de oro de la hermandad". 

Según Riquelme, incluso "cuando cerraron la tienda (en marzo hará cuatro años) tuvo a bien donarnos los moldes gratuitamente; la insignia de la campaña 'La sonrisa de un niño bien vale un juguete' se hizo allí; los escudos, tanto el antiguo como el sacramental en oro y en plata... Si había que reparar alguna corona o restaurar o soldar alguna potencia, alguna rosa de pasión, también recurríamos a él y si no donaban ese trabajo, cobraban un precio muy reducido", explica.

Y no solo eso, que también en la venta de lotería de diferentes colectivos pasionistas arrimaron el hombro, y nunca negó sus escaparates para que, desde ellos, las hermandades anunciaran con sus carteles actos y cultosa:

"Siempre ha tenido un trato cercano y amable, incluso le pedíamos sugerencias para algún obsequio de la hermandad y siempre te daba una buena idea", evoca Riquelme. Todo ello, junto con su "afabilidad, su cariño y su empatía con el mundo cofrade" lo añaden ya a la nómina de inolvidables de la Pasión y la Gloria de Jaén. 

 Foto cedida por Ángel Cruz.
Foto cedida por Ángel Cruz.

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