Cerrar Buscador

Mujer con mar de fondo y lancha neumática

Por Luis E. Vallejo Delgado - Junio 11, 2021
Mujer con mar de fondo y lancha neumática

En el dibujo a boli que estoy haciendo no sé por qué he dibujado una mujer en bikini tumbada. En seguida ha surgido una playa con arena y el recuerdo del mar, ese mar deseado y seseante que se mezcla con el sentir machista de la carne que nos vende el mundo como destino del placer, destino turístico.

El boli siempre me gasta una mala pasada y es por esto que he parado de dibujar y he comenzado este artículo. Porque para mí la palabra escrita es más que cuatro rayas vomitadas contra el papel… y las imágenes siempre se mezclan de forma indecorosa.

Pero ahora ha surgido una sombra sobre las olas. Es decir; estoy realizando líneas paralelas y perpendiculares con distinta presión para simular  olas y cortas corrientes marinas que avanzan para estrellarse contra la arena y llegar hasta el mismo trasero de la bañista que posa para mi boli.

La mancha se va haciendo cada vez más oscura. Es como una sombra de algo que flota en el aire. Como la nube ovalada, el cirro ahí suspendido en lo alto que va dejando una sombra en movimiento. La sombra funda un halo de tristeza, y un frio glacial recorre mi boli que avanza ahora muy seguro y comienza a recortar figuras y perfiles.

Tengo que lanzar el boli lejos y salgo de la habitación porque uno tiene que dirigir su vida y no echar por la borda todo.

Nos espera un verano al son del mar mediterráneo ese tan ansiado, tan acaparado por las miradas ensimismadas de los cuerpos al sol muy naranjas y azules y violetas, como si Sorolla las inventara de nuevo.

Pero ese mar ahora se ha convertido en un cementerio, el de esas víctimas ausentes de todo y de nadie en el que el fondo horrible del fango parece no reclamarlas. Porque, independientemente de que se estimen en miles o cientos de miles, etc.; como no se ven, no están ante nuestros ojos.  Porque preferimos no pensar que esa agua salada que nos va a tonificar amansa también los cuerpos insepultos  de seres que este año sufrieron  y perdieron la vida.

Ese mismo mar conformador de la cultura occidental que nos reporta cruelmente esa forma de ver y de pensar y de entender el mundo. Ese mismo mundo al revés en el que vivimos y sufrimos la despoblación y el desierto infantil y ciudadano de los pueblos sin futuro vacíos y llenos de personas de edades longevas, esperando al sol el futuro que no les lleva a nada.

Y todo porque hay un mar de por medio y muchas sombras que impiden se hagan cumplir algún que otro artículo de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que en su artículo 13 nos recuerda que…”Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado… toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio…”

He dejado de dibujar porque no encontrar la solución duele.

He visto un error

Únete a nuestro boletín

COMENTARIOS


COMENTA CON FACEBOOK