LA ASOCIACIÓN QUE CUIDA DE LAS MUJERES RECLUSAS

'Tendiendo Puentes' impulsa proyectos con el apoyo de CSIF para dar una segunda oportunidad a quienes salen o están cerca de abandonar la prisión

Salen o van salir de la cárcel. En algo indefinido llamado alguna vez 'hogar' espera el mismo contexto que las empujo a delinquir. Y para cambiar el rumbo de las vidas necesitan aliados. Mujeres reclusas del Centro Penitenciario de Jaén han encontrado un apoyo en la asociación Tendiendo Puentes, que ahora trabaja en dos proyectos para empoderarlas a fin de que, una vez fuera, aprovechen la segunda oportunidad y dejen atrás obstáculos que las condenan, ninguno tan palmario como la violencia machista.

Es 10 de octubre de 2024 y desde la sede de Faecta, María José de la Torre, responsable de proyectos de 'Tendiendo Puentes', y Martín Paredes y María Jiménez, técnicos del colectivo, explican a Lacontradejaén en qué consiste 'Mujeres libres y capaces' y 'Mujeres libres, violencia cero'. El primero ya está en marcha y el segundo, que implica el trabajo de campo en el centro penitenciario, comenzará "en breve".

Ahora el enfoque está vinculado con los ámbitos laboral y administrativo y pensado para que las reclusas —algunas tienen el tercer grado y alternan la vida en libertad con las noches en prisión— adquieran habilidades básicas como preparar una entrevista de trabajo, hacer un currículo o aplicar para una oferta de empleo a través de internet. "Ellas enfrentan la brecha digital, y es muy importante que dominen las nuevas herramientas y sepan cómo buscar trabajo", apunta Díaz.

La previsión es que el colectivo atienda a una treintena de mujeres de edades que comprenden desde los 18 hasta los 40 años. En la mayoría de los casos son madres, de manera que hay una ocupación urgente, asegurar el alojamiento. "Hay que tener en cuenta que algunas han normalizado la violencia machista que sufrieron en su casa. No pueden volver, porque de nuevo vivirían lo mismo", expone María José de la Torre.

Esa primera cobertura para asegurar un lugar seguro lleva a 'Tendiendo Puentes' a colaborar con el albergue municipal y con el Hogar de Santa Clara. "Además, garantizamos que tengan alimentos en los comedores sociales. Paralelamente está la cuestión laboral. Tienen que estar ocupadas para que no recaigan en malos hábitos", añade.

A la hora de hacerse un hueco en el mercado, la presencia es tan importante como saber desenvolverse en la comunicación directa. "Nosotros las instruimos con cursos de oratoria y con simulaciones en grupo de entrevistas de trabajo", apunta Martín Paredes.

Fue en abril del año pasado cuando la asociación se puso en contacto con el Centro Penitenciario de Jaén y ahora es la propia prisión la que hace de vínculo entre 'Tendiendo Puentes' y las mujeres, o incluso éstas contactan directamente gracias al peso que ha ganado el colectivo en los barrios de San Juan, La Magdalena y Antonio Díaz.

"LAS HISTORIAS QUE CONOZCO SON DE MÁXIMA PRECARIEDAD"

Antonia Jiménez es la presidenta de 'Tendiendo Puentes' desde su origen en 2022. Trabaja de limpiadora y aun conserva el deje de Badajoz, pese a llevar 44 años viviendo en Jaén. "Yo era socia, surgió la posibilidad de ser presidenta y dije que sí, porque me parece una labor muy importante", comenta en conversación telefónica con este periódico.

Jiménez tenía experiencia suficiente en colectivos sociales como para afrontar el cargo, pues formó parte de Comandado Sororidad y del Centro Social Autogestionado. Además, es una defensora a ultranza del Punto Violeta, el recurso habilitado para atender a las mujeres (potenciales) víctimas de violencia machista, cada vez más extendido en pueblos y ciudades de la provincia, visible en las fiestas. "Los proyectos para empoderar a las reclusas son muy importantes, porque lo primero es que abran los ojos con respecto a la violencia machista", dice.

La líder del colectivo especifica que hay quienes, por cuestiones como la falta de formación, sólo relacionan el maltrato con la violencia física y se habitúan al acoso psicológico, con las consecuencias nefastas a nivel humano. "He hablado con exreclusas del casco antiguo. Son todas historias de máxima precariedad: mujeres que robaban porque no tenían otro modo de salir adelante", revela. "Una vecina me dijo que en la cárcel encontró la tranquilidad que no tenía en su casa. Imagine de dónde venía. Eso sí, nunca más va a robar ni volvería a prisión por nada del mundo", añade.

"ES UN PROYECTO INNOVADOR Y NECESARIO PARA LA REINSERCIÓN"

El sindicato CSIF apoya 'Mujeres libres y capaces' con la donación de la mitad del dinero que se recaude en la XI Carrera por la No Violencia de género y la Igualdad, prevista para el 17 de noviembre. La organización destinará por primera vez la recaudación procedente de los 500 dorsales a dos colectivos, pues la otra parte es para 'Programa de mujer' de Cáritas Diocesana.

"El proyecto que ha presentado 'Tendiendo Puentes' es muy innovador, bonito y necesario para lograr la reinserción", valora en declaraciones a este medio Cecilia Cueva, secretaria de Igualdad y Relaciones Institucionales de CSIF. "Hablamos de mujeres que pasan por un desarraigo emocional enorme al ser separadas de sus familias. Además, necesitan formación y estar capacitadas para que no reincidan cuando recobren la libertad", abunda.

Cueva entiende que la iniciativa también pone de manifiesto una realidad quizá difuminada por la ficción más estereotipada: las cárceles no son sinónimo de hombres; también hay mujeres. "Debemos apoyarlas para que, cuando rehagan su vida y busquen trabajo, no las condene el estigma de haber sido presidiarias. Es clave que recuperen la autonomía", razona.

SIN JUICIOS EN LA ATENCIÓN DIRECTA

Con 'Mujeres libres, violencia cero', la asociación Tendiendo Puentes impartirá 20 temas con cuatro sesiones de dos horas en el Centro Penitenciario de Jaén. Será la parte presencial, de contacto directo, como ya han hecho en la sede de la federación OCO. "Tengo ganas e ilusión de aprender de ellas. Nunca he entrado en la cárcel. Soy docente, estoy acostumbrada a los menores y a los problemas de la educación. Este proyecto es un reto", interpreta María Jiménez.

"El prejuicio que tengas se cae al conocer las historias de estas mujeres. El contacto con ellas te enseña que juzgar es un error; cualquiera puede acabar en la cárcel si lo acorralan las malas circunstancias", apunta Martín Paredes, quien por segunda vez visitará la cárcel para colaborar.

María José de la Torre sí está acostumbrada a la atención en persona. "Es un trabajo multidisciplinar y hay que entender por lo que han pasado y por qué han llegado a delinquir. Impacta vivirlo desde dentro. Nuestro objetivo es ayudar para que la reinserción sea posible", sentencia.