José Luis Munuera Montero, un árbitro solidario
El colegiado jiennense de Primera División ayuda a Cáritas con desayunos para los más desfavorecidos en el comedor social del convento de Santa Clara
Los rostros de la solidaridad en Jaén son poco conocidos. Cientos de personas trabajan cada día de manera anónima por los demás sin pedir nada a cambio. Forman parte de asociaciones, fundaciones u organizaciones de todo tipo. Religiosas o laicas. José Luis Munuera Montero, árbitro jiennense de Primera División, es uno de esos voluntarios con espíritu de ayuda al prójimo. El programa de Movistar + El Día Después ha mostrado el lado más solidario, y menos público, del colegiado, quien ofrece desayunos a los más desfavorecidos en el comedor social del convento de Santa Clara, en el barrio de San Ildefonso.
Lo de Munuera Montero viene de familia. Su padre Bernardo lleva cinco años echando una mano a Cáritas. Desde hace un tiempo, lo acompaña su hijo los sábados que no tiene compromisos arbitrales. Con los primeros rayos de sol, José Luis y su padre salen de casa para reunirse con el resto de voluntarios. Preparan las barras de pan, rallan tomate, preparan el café y la leche, colocan las botellas de aceite en las mesas y se disponen a atender al medio centenar de personas en riesgo de exclusión social, muchos de ellos inmigrantes, que se pasan por el centro para desayunar. Adscrito al Comité Técnico de Córdoba, Munuera Montero debutó el pasado mes de agosto en la Liga de la Estrellas. Fue en Balaídos, en un Celta-Leganés. Cumplía el sueño que venía persiguiendo desde pequeño. Esta temporada lleva pitados diecisiete partidos, con jugadores que cobran cifras estratosféricas, con las que se podría pagar una parte de la deuda de algún país del Tercer Mundo. "No pienso en eso cuando pasan a mi lado. Yo vengo de una familia humilde, en la que me han inculcado unos valores, que intento aplicar en mi vida", asegura.
Munuera Montero, que trabaja en el departamento de Grandes Cuentas de un laboratorio farmacéutico de Córdoba, donde tiene fijada su residencia, reconoce que no hay que irse a África u otras zonas de la tierra para sentir de cerca la pobreza. En Jaén también hay mucha gente que necesita ayuda. Personas que hasta no hace mucho vivían más o menos bien, pero que con la crisis han tocado fondo y, además de comida, necesitan cariño y comprensión. Por eso, a su juicio, toda ayuda es poca. "Siempre hacen falta manos. Voluntarios que se impliquen en labores sociales. A mí me gustaría ayudar mucho más, pero con el trabajo y el arbitraje dispongo de poco tiempo". No es el único de sus diez hermanos que colabora con colectivos. Prácticamente toda la familia está volcada en causas solidarias. Es una manera de tener los pies en el suelo y no perder la perspectiva de la realidad, a pesar de estar relacionado con un mundo muchas veces cuestionado por su frivolidad.
El colegiado jiennense habla con cierta timidez de su labor en Cáritas. Quizá porque huye de cualquier protagonismo. Quiere pasar desapercibido, como en el terreno de juego, y se siente uno más de la red de voluntariado de esta organización sin ánimo de lucro, cuya labor en la provincia es impagable. En este sentido, Munuera Montero destaca el carácter solidario de los jiennenses, dispuestos siempre a arrimar el hombro por causas nobles porque, como bien dice, toda ayuda es poca. A punto de concluir su primera temporada en la máxima categoría del fútbol español, Munuera Montero seguirá compaginando su trabajo y el arbitraje con su labor en Cáritas. Lo lleva en los genes.
José Luis Munuera Montero, el 'árbitro social'. #ElDíaDespués @movistarplus pic.twitter.com/sFENo2Pflm
— El Día Después (@ElDiaDespues) 8 de mayo de 2017
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