Jesús Martínez, el talento jiennense que destaca en el musical de Antonio Banderas
El instrumentista de la capital forma parte de la orquesta del gran proyecto del actor, A Chorus Line, que se estrenó el pasado viernes sobre el escenario del nuevo teatro malagueño Soho Caixabank
De la música cofrade a las puertas de Broadway. Es la vertiginosa evolución que ha experimentado Jesús Martínez García (Jaén, 1990) desde sus comienzos como instrumentista en la desaparecida banda de la Buena Muerte, luego en El Despojado y La Estrella, tras su paso por el conservatorio y después de curtirse en espectáculos de relumbrón por toda la geografía española.
Una carrera meteórica que el pasado viernes alcanzó su primera gran cumbre en el malagueño teatro Soho Caixabank, el sueño escénico del actor Antonio Banderas, quien nada más escuchar los sones de trompeta de Martínez señaló al jiennense con su dedo como si lo signara con la marca de El Zorro y lo fichó para su musical: A chorus line, algo en lo que el amor ("que mueve el cielo y las estrellas", escribió Dante) tuvo mucho que ver.
"Conocí a mi novia (Ana Arco) en mayo, en Málaga; luego, en agosto, veraneando, me llamó un representante de músicos muy especializado en los musicales e hice la prueba, una audición". Estaba en el lugar adecuado y en el momento preciso. Así empezó todo: después, el mismísimo Banderas 'se dio la vuelta y lo fichó para su equipo', como si de un talent show se tratase: "Lo vi entrar de repente y me impactó, yo me acuerdo de la película de La máscara del zorro, es una estrella de Hollywood". "Enhorabuena, eres un fenómeno: estás dentro", le dijo el actor.
Una estrella, sí, pero sencillo a rabiar: "Llegaba a los ensayos, nos hablaba, está siempre pendiente de todo el mundo y es uno más trabajando con nosotros, muchas veces es el primero en venir y el último en irse, el que más ejemplo nos da", dice.
La presencia de Martínez García en el elenco del musical, que el pasado viernes resultó un gran éxito y para el que prácticamente no había entradas desde días atrás, da cuenta de su calidad con la trompeta y lo coloca en una posición de privilegio, con un currículum plagado de logros y un más que prometedor futuro por delante. Días y días de ensayo, de preestrenos, de perfilar y pulir una obra destinada a llenar teatros en España y en el resto del mundo con un jiennense en sus filas, y siempre con supervisores llegados desde Hollywood, para que no quede ningún fleco suelto.
EL MUSICAL
Estrenado en 1975, A chorus line marcó un antes y un después en el género. Obra emblemática de Michael Bennet, con libreto de James Kirkwood y Nicholas Dante, música de Marvin Hamlisch y canciones de Edward Kleban, narra una historia que se desarrolla en un teatro de Broadway a mediados de los años 70.
Comienza en el transcurso de una audición para una nueva producción musical que pone a prueba a los candidatos para protagonizarla. A través de los números musicales se muestran sus sueños sus secretos mejor guardados, hasta llegar al número culminante, One, donde las personalidades individuales de los bailarines se funden en una identidad nueva y común:
"Tiene muchas cosas en común con todos los que participamos en el musical; la historia es, casualmente, el mundo del artista, empezar hasta conseguir nuestros sueños, desde que empezamos a estudiar, pasando por los viajes, hasta llegar aquí", añade Martínez.
El trompetista está encantado con su participación en la obra. No en balde, y aunque su formación tiene mucho que ver con la música clásica, "hace cuatro o cinco años" decidió "dar un salto hacia la música moderna": "Me llamaba la atención, es más difícil, pero también hay más trabajo, porque hay menos cantidad de músicos versátiles que puedan dedicarse a eso", aclara. Miel sobre hojuelas porque, como él mismo asegura, "los musicales suelen ser muy sinfónicos, pero este tiene la ventaja de que su lenguaje es de música moderna, jazz, swing, música de cine, cabaret... y yo he tocado mucho de ese estilo, he tenido esa suerte", suscribe.
Estará en cartel en Málaga hasta mediados de enero, de miércoles a domingo, y a partir de febrero viajará a Bilbao, Barcelona, Madrid... En verano, Estados Unidos, todo un sueño: "Ahora mismo estoy en el clímax de mi carrera", afirma, satisfecho.
LOS COMIENZOS
Si se mira hacia atrás, su historia comienza en el señero barrio de la Merced, donde se empapó de ambiente semanasantero al lado de su padre, Modesto Martínez Elías, exgobernador de Los Estudiantes al que se le cae la baba hablando de su vástago y que, a día de hoy, es también un activo bloguero muy apegado al costumbrismo jiennense: "En mi familia nadie se dedicaba a la música, pero he mamado desde pequeño la Semana Santa y me llamó siempre la atención; no sé por qué, un día decidí empezar a tocar el tambor, luego me pasé a la corneta y a los ocho años elegí la trompeta". La proximidad de su casa con el conservatorio de Jaén hizo el resto, y de allí salió convertido en todo un musicazo titulado.
Y con un currículum de escándalo, que diría Raphael. No cualquiera puede decir que ha pasado por algunos de los mejores festivales de música del calendario anual ni que ha pisado escenarios como los del teatro sevillano de la Maestranza, el Falla de Cádiz o el Auditorio Nacional de Madrid, y son solo unos pocos. Tampoco todos los músicos tienen en su haber méritos como los que Jesús Martínez acumula con sencillez, sin darse demasiada importancia; ahí está su estancia en la Academia de Estudios Orquestales Baremboim-Sald o hitos entre los que se encuentran sus actuaciones al lado de figuras internacionales como Ara Malikian, Rubén Simeo, la Spanish Brass y Michael Davidov, por poner algunos ejemplos.
Trompeta lead de la Granada Big Band, de la Jaén Jazzy, de la Andalucía Big Band... Sería interminable decirlo todo; lo que no se puede omitir es que, de tanto sembrar, ahora recoge. ¡Y menuda cosecha la suya!
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