Con el horizonte puesto en hacer de su vocación su medio de vida
La jimenata Natalia Viedma Gámez acaba de conseguir con éxito y en tiempo récord el acceso a las enseñanzas profesionales en el Conservatorio
"Voy a pelear por la música, me voy a esforzar tanto en el instituto, con mis estudios, como en el Conservatorio: me lo tengo que sacar", Así de claro lo tiene Natalia Viedma Gámez (Jimena, 2009), una jovencísima estudiante cuya voz, a través del teléfono, evoca la delicadeza de la Suite número 2 de Bach para flauta travesera (¡búsquenla, oíganla si no lo han hecho todavía).
Será, seguramente, porque a fuerza de pulsar los trece agujeros del hermoso instrumento de viento-madera la delicadeza ha calado en el alma de esta ejecutante vocacional y nada más abrir la boca, sus palabras suenan a acento de metal tamizado por el tacto de Natalia: "Solloza en su flauta toda su alma de artista", escribió el modernista Carrere hace la tira de tiempo, como si se inspirase en la protagonista de este reportaje.
La menor de dos hermanos, lo cierto es eso de interpretar partituras no es nada extraño en la cotidianidad de Viedma, como ella misma explica a Lacontradejaén: "Mi abuelo materno es músico también, de trompeta; y mis titos, mis primas, y mi hermano está empezando a hora con la trompeta; desde chica a mí tambien me ha gustado". Una tradición familiar que a ella la ha alcanzado de pleno pero, ¿por qué ese instrumento (que dicen que es el más antiguo del mundo y que Böhm, un alemán del XIX) reconvirtió en lo que hoy es) y no otro?
"Desde chica me ha gustado, mi prima la tocaba y me gustaba. Me decía que probara otro instrumento, pero a mí me llamaba la atención". Con estos mimbres, hace apenas un año que se metió en las filas de la Asociación Cultural Musical Fuente de la Estrella, de su pueblo, y (así lo celebran desde este colectivo) "ha conseguido superar los cuatro primeros cursos de estas Enseñanzas en tan solo unos meses de preparación".
Sí, meses de esfuerzo que han dado el mejor de los frutos y han puesto a Natalia Viedma Gámez a las puertas de su sueño, o sea: del Conservatorio. "Estudio, compromiso y muchísimo talento el de nuestra joven flautista, te deseamos lo mejor en esta nueva andadura musical. ¡Enhorabuena Natalia!", le desean sus compañeros. Entre ellos, el propio abuelo, trompetista en 'Fuente de la Estrella': "Él está muy orgulloso de mí, y me ha enseñado muchas cosas", asegura la jimenata.
Y todo ello, con los estudios del insti, los desplazamientos diarios a Mancha Real (en Jimena no se cursa tercero de Secundaria)... "Eso implica más esfuerzo, el cambio de pueblo por los estudios es fuerte también", afirma. Y sin descuidar otras aficiones, entre las que destaca el voleibol: "Entreno los lunes y los miércoles", apostilla.
Si se tiene en cuenta que los jueves son para la música (de la mano de Jesús Jiménez Medina, director de la Banda Municipal y auténtico descubridor del talento de Natalia), los domingos para ensayar con la asociación y que también tiene que cumplir con 'Fuente de la Estrella' cuando toca salir en procesión o actuar, lo cierto es que la agenda particular de la joven echa humo: "Me organizo el tiempo para estudiar y para la música", comenta. Ya se sabe, sarna con gusto...
Por eso no le duelen prendas a la hora de sentenciar que está dispuesta a hacer lo que tenga que hacer para abrirse hueco en lo suyo, en lo quiere que sea su aventura vital: "Me gustaría que mi camino fuera la música, ese es mi plan; me haría ilusión tocar en una orquesta importante".
Tiene los pies en el suelo, vaya que sí, y no desdeña la posibilidad de enseñar, de ser maestra (preferiblemente de Educación Musical) y compartir lo aprendido. Un plan B siempre es conveniente. ¡Pero que no le toquen la música, sus ganas de derramar belleza a través de la flauta travesera (acuérdense de Bach, de su Sonata número 2...)! Suerte, Natalia.
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